"Estabas bastante enojado cuando te emborrachaste, ¿no?" Mientras le limpiaba la cara, su voz sonaba apacible y suave, "¿Crees que me gusta atenderte? Tienes olor a alcohol por todas partes ... ¿No que eras un obsesivo de la limpieza? Si no fuera porque tu pierna aún no se ha recuperado completamente, no te estaría cuidando."
Mientras escuchaba sus quejas, su respiración se calmó gradualmente y de repente se sintió somnoliento.
Su voz parecía tener un efecto hipnótico.
Después de que ella terminó de limpiarle el cuerpo, le arropó con la manta.
Cuando volvió del baño después de acomodar la palangana y la toalla, él ya había cerrado los ojos y se había dormido.
¡Finalmente pudo tomar un respiro!
Se sentó al lado de la cama y miró alrededor de la habitación.
Recordó que durante los primeros tres meses que vivió aquí, estaba siendo vigilada y filmada en todas direcciones, lo que le provocó escalofríos.
¿Habían retirado todas las cámaras de vigilancia de la habitación?
Aunque Stuardo era volátil y de mal genio, no era un pervertido.
Se levantó y fue a buscar su almohada y manta a su habitación.
Durante la noche, Stuardo se despertó varias veces.
Probablemente estaba medio dormido y no se percató de que había otra persona en la cama.
Por lo tanto, pasaron la noche sin incidentes.
A la mañana siguiente, el sol entró suavemente por la ventana.
En la cama grande, el brazo de Ángela estaba sobre el pecho de Stuardo.
Su pierna estaba sobre la de él.
Dormía muy tranquila.
Stuardo se despertó debido a un dolor de cabeza. Al despertarse, vio la cara de Ángela a poca distancia.
Pareciera que hubiera una conexión entre ellos, porque en menos de un minuto después de que él abrió los ojos, ella también los abrió.
Ambos se miraron, el aire se llenó de una atmósfera incómoda.
Su mirada estaba mucho más clara que la noche anterior, aunque sus ojos todavía estaban rojos.
Pero, los conflictos podían conducirse a un divorcio con facilidad.
…
El fin de semana.
Tania Loyola y Borja Esteban tenían planeado almorzar juntos.
Como era la segunda vez que se veían, ambos se sentían mucho más relajados.
Tania llevaba una sudadera, unos pantalones anchos y zapatillas.
Tenía un maquillaje sutil y su cabello estaba recogido en una simple coleta.
Coincidentemente, Borja también llevaba una sudadera, jeans y zapatos casuales.
Se rieron al verse.
"La última vez que te vi en la fiesta, llevabas un vestido muy sexy, pensé que siempre te gustaba ese estilo", dijo Borja riendo.
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