Jonathan no se desanimó, estaba dispuesto a darle más tiempo a ella.
Después de pedir la comida, charlaron un rato. Luego, Ángela sacó su celular y se puso a revisarlo.
"Ángela, ¿tienes alguna pregunta sobre nuestra colaboración?" Jonathan preguntó casualmente mientras saboreaba su vino tinto.
Ángela estaba revisando las noticias en su teléfono, al escuchar su voz, levantó la cabeza y lo miró.
"No hay problema con su propuesta, es solo que en nuestra empresa hay algunas opiniones diferentes", respondió sin darle mucha importancia.
Jonathan sonrió: "¿Qué tipo de opiniones diferentes? Veamos si puedo ayudar a resolverlas".
Ángela: "No es necesario, puedo encargarme de este tema yo misma".
El problema en realidad venía de ella misma.
La dirección de Romero Internacional CO. estaba muy interesada en aceptar la inversión de Capital Cree. Pero ella todavía estaba indecisa.
Estos días, accedió a encontrarse con Jonathan con la esperanza de conocerlo mejor a través de la interacción.
Jonathan se comportaba muy bien, pero después de todo, era el hermano de Laura.
Ángela tenía dificultades para no tener prejuicios hacia él. Quería obtener ganancias, pero también estaba considerando las consecuencias de un fracaso.
Aceptaría solo cuando creyera que podría asumir el peor resultado.
El tiempo pasó rápidamente y ya eran las dos de la tarde.
Jonathan y Ángela entraron al salón de exposiciones y se sentaron en los asientos de la primera fila.
Poco después, el presentador subió al escenario y les dio la bienvenida a todos.
"Hoy, tenemos un invitado misterioso en nuestro evento. Este invitado misterioso le hizo una solicitud a nuestra robot Marta", dijo el presentador mientras Marta, la robot, aparecía en escena.
Marta, la robot, estaba muy bien hecha.
Tenía una apariencia femenina, medía aproximadamente 1,50 metros, tenía el cabello largo y castaño y llevaba un uniforme a rayas azules y blancas.
La voz del presentador continuó: "¡A continuación, veamos si Marta puede cumplir con la solicitud del invitado misterioso!"
Aplausos sonaron desde el público.
Marta: "Un chico guapo quiere tener una cita contigo. ¡Es muy guapo! ¡Ven conmigo a ver!"
La voz tierna de Marta era difícil de rechazar.
Ángela señaló a Jonathan y bromeó: "Ya tengo un chico guapo a mi lado".
Marta echó un vistazo a Jonathan y luego le hizo señas a Ángela: "él no es tan guapo como ese chico. ¡Ese chico es realmente guapo! ¡Quiero casarme con él! ¡Si lo ves, seguramente querrás casarte con él también!"
La respuesta de Marta provocó risas en todo el público.
El presentador, viendo que Ángela y Marta estaban en un punto muerto, intervino: "Señorita, ¿por qué no acompañas a Marta a echar un vistazo? Después del evento, ¡tendremos un regalo para ti!"
Ángela estaba indecisa.
No tener en cuenta los sentimientos del robot Marta era una cosa, pero no podía ignorar la cara de los organizadores del evento.
Se levantó de su silla y siguió a Marta hacia el backstage.
Una vez allí, vio una cara familiar inesperadamente:
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