Tarde,
Ángela había comprado dos macetas de narcisos en el mercado de flores.
Sosteniendo los narcisos, regresó a la casa alquilada por su mamá.
Aunque no eran ni las cinco, según la lógica, Begoña debería estar trabajando todavía.
Pero Begoña estaba ocupada en la cocina.
- ¿Mamá, saliste temprano del trabajo hoy? - preguntó Ángela mientras se ponía unas pantuflas y dejaba las macetas sobre la mesa del salón.
Begoña, algo avergonzada, salió de la cocina.
- Ángela, no seguí con ese trabajo - explicó Begoña - La nuera de mi amiga encontró una niñera más profesional.
Ángela respondió con indiferencia y luego abrazó a su mamá.
- No te preocupes, mamá.
Begoña sonrió y dijo - Estoy bien... ¿por qué compraste dos macetas de flores?
Ángela miró la humilde casa y dijo - Pasé por el mercado de flores y compré dos.
- Ángela, no te preocupes por mi trabajo, puedo encontrar otro.
- ¡Mamá, no busques más! ¡Quédate en casa y descansa! - Ángela sacó su tarjeta bancaria de su bolso y se la dio a su mamá - Hay dinero en la tarjeta, úsalo.
Begoña rechazó la tarjeta y dijo seriamente - Ángela, he vivido media vida y he aprendido una lección. Esa lección es que es mejor depender de uno mismo que de otros. Incluso si mañana voy a barrer las calles, es mejor que pedirte dinero.
Ángela, viendo la expresión seria de su mamá, no pudo evitar reírse - Mamá, olvídate de barrer las calles. Escuché que los barrenderos tienen que levantarse a las cuatro o cinco de la mañana. Con este frío, mejor busca un trabajo más relajado.
Begoña también se rio - Si el salario es bueno, no me importa levantarme temprano. Voy a cocinar, tú siéntate y descansa un rato.
Ángela se sentó en el sofá, sacó su celular y vio un mensaje de Tania.
Tania: Ángela, de verdad no entiendo... ¿qué pasa con Stuardo? Todavía está enfermo, ¿por qué fue a buscarte? ¿Qué papel está jugando? ¡Si te amara de verdad, debería darte dinero directamente! ¿Qué está fingiendo?
Ángela no sabía cómo responder a las quejas de Tania.
Después de un rato, Tania envió otro mensaje: Borja acaba de visitar a Stuardo, el médico dijo que su sistema inmunológico tiene problemas y es mejor que se hospitalice. ¿Es esto muy grave?
Tania: Sí, es cierto. Es imposible para la gente común aprovecharse de alguien tan rico como él.
A la hora de la cena.
Ángela dejó de comer después de un rato.
Begoña: ¿Por qué no sigues comiendo? ¿No te gusta cómo sabe?
Ángela frunció ligeramente el ceño: "Mamá, ya me está empezando a salir la panza."
Begoña se rio: "Ya tienes más de cuatro meses de embarazo, casi cinco, claro que la panza irá creciendo poco a poco."
Ángela: "Menos mal que ahora uso ropa holgada y nadie se da cuenta."
Begoña: "Mmm... Ángela, estuve pensando, ¿qué te parece si vas al extranjero a estudiar una maestría? Aprovechas esa oportunidad para tener al bebé allá."
Ángela se quedó paralizada: "Mamá, estudiar en el extranjero cuesta mucho dinero. Además, no quiero hacer una maestría, quiero trabajar y ganar dinero."
Begoña: "No te preocupes por el dinero. He ahorrado un poco durante estos años. Es suficiente para que puedas estudiar una maestría en el extranjero."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo