Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 82

Abrió la bolsa con dedos delgados y se vertió el contenido en ella.

Era un montón de fotos, más precisamente, un montón de fotos que registraban todo el proceso de Vanesa calumniada por Melina. Hasta ese momento, se había revelado todos los misterios.

Los registros fotográficos eran muy claros: cómo Melina drogó a Vanesa; cómo la llevó al hotel con otros; cómo se quitó la ropa y tomó las fotos íntimas y eróticas de ella.

En ese momento, Vanesa debía haber confiado en Melina. De lo contrario, no habría sido drogada por ella.

No sintió nada absolutamente durante todo el proceso, e incluso no tuvo ningún recuerdo de todo el día anterior. Melina le había explicado que ambas estaban borrachas, por lo que se alojaron en el hotel. Debido a que no había rastros en el cuerpo, Vanesa nunca dudó de lo que había sucedido ese día.

Era posible que esas imágenes de Vanesa de traición mencionadas por Orlando vinieran de esta manera.

Melina quería destruir la relación entre los dos pero no quería que Vanesa se diera cuenta de su intriga, así que elaboró tal trampa para Vanesa. Melina conocía la arrogancia y el orgullo de Orlando. Definitivamente estaría furioso cuando viera estas fotos de su esposa y se aseguraría de que Vanesa lo había traicionado sin hacer investigación...

Ciertamente, Melina conocía muy bien su característica y lo hacía todo meticulosamente.

Si Dylan no hubiera buscado a alguien para investigar este incidente, nunca habría encontrado las pruebas.

—Señor Dylan, ¿es necesario darle estas evidencias a la señora Vanesa?

Dylan guardó las fotos y las volvió a meter en la bolsa.

—No.

Aún no llegó el momento adecuado.

Estas evidencias deberían ser usadas en los momentos más críticos, por lo que no se lo dejaría saber a Vanesa por el momento. De todos modos, incluso si lo supiera, no serviría para nada, ¿no? Vanesa y Orlando no podía recuperar la relación y volver a pasado.

***

Vanesa había pensado que Gerardo no dejaría pasar tan fácilmente lo que había pasado en la empresa, pero no esperaba que él fuera personalmente a buscarla al Grupo Cazalla.

—Abuelo, ¿por qué viene aquí?

Vanesa miró con sorpresa a Gerardo que había venido acompañado por Jaime y se apresuró a levantarse para recibirlos.

Fuera como fuera, seguía siendo su abuelo.

—Tengo tiempo libre y quiero venir a verte. Vanesa, no hemos charlado por un tiempo —después de hablar, miró a Jaime—. Jaime, ve y comparte las cosas con el personal que trajiste.

—Sí, señor.

Jaime se fue, dejando solos a Gerardo y Vanesa en la oficina.

—Vanesa, estoy aquí hoy para disculparme contigo por Orlando.

Gerardo suspiró, con una expresión de "no había enseñado bien a su nieto".

—Abuelo, esto no fue su culpa, no tiene que disculparse conmigo.

—Vanesa, sé que te han hecho daño. Lo que hizo ese chico Orlando fue demasiado inconcebible. Si no fuera mi único nieto, lo habría llevado al extranjero. Vanesa, la culpa fue del abuelo y de la familia Moya. Hoy vine a verte dejando mi dignidad y decoro. Espero que puedas darle a Orlando otra oportunidad.

—Tú y Orlando habéis estado casados por más de un año y enamorados mutuamente. Tal matrimonio entre tú y Orlando es tan difícil para elaborar en nuestras familias ricas. Orlando hizo algo mal y haré que se te disculpe y lo dejaré compensar. Te daré el 1% de las acciones del Grupo Moya como compensación por la pérdida del Grupo Cazalla.

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