Aventura Amorosa romance Capítulo 162

Fionna negó irónicamente con la cabeza. Al ver que Gloria era ignorante, se sintió divertida. Ya que Daniel lo sabía, ¿cómo podía la familia Serrano no saber nada al respecto? Pero ella no podía entenderlo.

—Gloria, no tienes remedio. Si no aprovechas tu última oportunidad, arruinarás el resto de tu vida.

—Bueno, no importa. ¿Cuándo dejarás a Eric? Si te prometo que no haré ningún maltrato a Lucas, ¿puedes dejar a Eric?

Gloria no sabía cómo tratar con Fionna. Todo lo que podía hacer ahora era comprometerse temporalmente.

—Piensas demasiado. Desde el principio hasta el final, no soy una amenaza para ti. No hay posibilidad de que Eric y yo estemos juntos. No te preocupes, terminaremos pronto. Realmente no importa ahora. Depende de si puedes mantener a Eric —Dijo Fionna con facilidad y naturalidad.

Fionna había visto el final de Gloria, pero Gloria no sabía nada.

—Fionna, estás mintiendo. Si no tienes nada que ver con Eric, ¿por qué vives aquí?

Gloria no podía aceptar las palabras de Fionna. Pensó que Fionna le había estado mintiendo y la había engañado de varias maneras. Ella no renunciaría a Eric.

—No lo creas, haz lo que quieras.

Fionna se quedó sin palabras y sólo pudo permitir que Gloria hiciera lo que quisiera.

Fionna se dio la vuelta para irse pero Gloria la detuvo.

—Detente ahí, Fionna, déjalo claro. Deja a Eric. Si pierdo a Eric, no hay nada que no pueda hacer. No me culpes por ser poco amable contigo —Gloria puso una cara feroz.

Ahora su cabeza estaba hecha un lío y no sabía qué hacer a continuación. Ni siquiera podía controlarse.

No sabía nada, excepto que tenía que quedarse con Eric, pasara lo que pasara, mientras Eric no la dejara.

Ella se mostraba ante Fionna con Eric. Y Eric era un símbolo de su estatus. Con él, podía disfrutar de la envidia de otras mujeres.

—¿Qué puedes hacer? ¿Secuestrarme de nuevo? Puedo morir, pero incluso si muero, ¿puedes conseguir a Eric? ¿Crees que te querrá? —Fionna gritó contra la ignorancia de Gloria, por su ignorancia, Fionna se sentía desesperada.

Al principio era inteligente, pero ahora se convirtió en la víctima de los intereses.

Quiso ponerla sobria regañándola o golpeándola, para que viera todos los hechos, para que se enfrentara a la realidad, pero en ese momento los ojos de Gloria estaban llenos de ira, que no podía ser controlada por ella.

—Cállate. No es asunto tuyo si me quiere o no. No me lo hará si no te presentas ante él, y no me importa si mueres o no. Es por tu culpa, y te lo mereces si mueres.

Gloria hizo lo posible por empujarla para descargar su ira contra Fionna, pero ésta no la detuvo, porque había un niño en el vientre de Gloria. Aunque no fuera maliciosa, su parada podría causar daño a Gloria.

Ella odiaba a Gloria, pero el niño en su vientre no había hecho nada malo. Por el bien del niño, permitió que Gloria sacudiera su débil cuerpo.

—Para.

En ese momento se oyó una voz furiosa. Antes de que Fionna y Gloria se dieran cuenta de lo sucedido, Eric se había acercado a ellas y apartó a Gloria.

Desprevenida, Gloria fue empujada, pero no cayó al suelo sino a una silla.

—Eric... ¿cómo puedes empujarme? —preguntó Gloria con lágrimas en los ojos.

—Le hará daño al niño —Fionna tiró apresuradamente de Eric que se acercaba a Gloria. Eran muchas las tragedias ocurridas, ella no quería ver más.

—Fionna, no necesito tu falsa piedad. Eres tú, mujer malvada. Debería morir.

Gloria rompió a llorar y no le importó la bondad de Fionna. Pensó ciegamente que Fionna se mostraba y fingía ser amable frente a Eric.

Odiaba que Fionna fuera así.

—Cállate. Deberías ser tú la que muriera —gritó Eric en voz alta y con rabia. Fionna lo sujetó fuertemente para evitar que se acercara a Gloria, por miedo a que le hiciera daño al hijo de ésta.

—¿Quieres calmarte? Ahora está embarazada y es normal que se emocione.

Lo persuadió Fionna, esperando que todos pudieran calmarse en ese momento.

—Ella te hizo eso y tú la defendiste —Eric se dio la vuelta y regañó a Fionna porque era demasiado amable, porque su corazón era demasiado blando, porque no sabía cuidarse.

Había sido débil. Si la sacudía Gloria, le dolería la herida. Cuando vio que Gloria no mostraba piedad, se puso nervioso, angustiado. ¿Por qué no se defendió Fionna?

—No es el caso. No hablo por ella. Estoy pensando en el niño. Sea cual sea la disputa que tengamos, el niño es inocente.

Fionna insistió repetidamente en el niño, esperando que Eric se apiadara de él.

—Tú......¿Has hecho, has hecho daño?

Eric se quedó sin palabras. Quería enfadarse con Fionna, pero se aguantó.

—No, estoy bien.

Aunque le doliera, Fionna no se lo diría, si no, Gloria sería la muerte.

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