—Fionna, ¿por qué Lucas está viviendo contigo?
Tan pronto como Fionna se sentó en la silla, Deivid comenzó a preguntar. Tenía muchas dudas que aclarar, pero nunca había tenido la oportunidad y no sabía si era oportuno preguntarlo.
—Los dos niños están en la misma guardería, además les gusta jugar juntos, por eso siempre se queda a vivir aquí.
Fionna encontró una excusa cualquiera y lo dijo.
No le sorprendió que Deivid hiciera esa pregunta, era posible que otros tampoco comprendían por qué dejaba que Lucas viviera en su casa.
—¿Cuál es tu relación con el presidente Eric? —Deivid preguntó gentilmente, pero se había puesto nervioso, por temor a que la respuesta de Fionna fuera algo que no quería escuchar.
Fionna frunció las cejas, sus largas pestañas temblaron de confusión y luego mostró una sonrisa amarga.
—Nada, es así de simple como el jefe y su empleada.
Fionna suspiró después de hablar, tratando de relajarse, pero solo se sentía más angustiada.
¿Qué relación podía tener con Eric? Le había despreciado como una inútil, quién trataría a una mujer así con sinceridad.
Deivid exhaló un suspiro de alivio ante las palabras de Fionna, pero lo que vio en el rostro de Fionna era confusión.
—¿Gloria te ha venido a molestar? —preguntó Deivid, suponiendo que la expresión angustiada de Fionna tenía algo que ver con Gloria.
—Ha venido más de una vez, y no sé por qué no puede llevarse bien conmigo. Fue así hace cuatro años, ahora...
Fionna estaba enfadada y mencionó lo de hacía cuatro años, pero luego se detuvo nuevamente. Olvidó que estaba hablando con Deivid, y que Deivid también era uno de los protagonistas del asunto de hacía cuatro años.
—Olvídalo, ya es cosa del pasado y no hay nada que decir. Puedo entender por qué Gloria me molesta, después de todo, cualquier persona sospecharía de algo si Eric siempre está en mi casa.
—Fionna, lo de hace cuatro años...
Hablando de hacía cuatro años, Deivid quería disculparse directamente, pero Fionna no le dio la oportunidad.
—No lo menciones más, fue mi momento más miserable, no quiero mencionarlo más.
Cada vez que mencionaba lo de hacía cuatro años, se sentía triste. De modo que Fionna no se atrevió a pensar en eso y tampoco quiso hacerlo.
En ese momento, Deivid y Gloria la traicionaron. Ahora eran Gloria y Eric quienes la estaban molestando en todas partes, pero no quería provocar a ninguna de esas tres personas.
—Está bien, no lo mencionaré más.
Deivid vio que Fionna parecía herida de nuevo y se detuvo rápidamente.
—Fionna, ya que no tienes nada que ver con Eric, es mejor que mantengas distancia con él. Solo así Gloria dejará de molestarte —Deivid recordó preocupado.
Él había experimentado personalmente la insidia de Gloria. La ruptura en ese entonces también fue una crueldad incomparable. Tenía miedo de que Gloria le tendiera una trampa a una persona tan amable como Fionna.
—Lo sé, también quiero alejarme de Eric, pero hay algunas cosas que no puedo conseguirlo. Deivid, agradezco tu recordatorio. Si no tienes más que decir, iré arriba. Los niños estarán preocupados si no pueden verme.
No era que Fionna había rechazado la bondad de Deivid, sino que no podía hacer nada ante esa situación.
Ahora que había niños involucrados, era imposible elegir por escaparse de ese caótico lugar. Todo lo que podía hacer era soportar y aceptar. Por el bien de sus hijos, era posible que nunca tuviera una vida estable en esta vida.
Fionna se levantó y se fue. Viendo esa figura solitaria, Deivid sentía mucha pena por ella.
Todo eso era su culpa. Si le dieran una oportunidad a Fionna en ese momento, si el tiempo pudiera retroceder, haría todo lo posible para proteger a Fionna, y nunca dejaría que pasara por un momento tan impotente.
Al día siguiente, Fionna empezó una vida de cuidar al paciente. Envió a sus dos hijos a la guardería por la mañana, pero cuando regresó, se encontró con Gloria en la entrada de su casa.
Fionna sabía por qué Gloria estaba allí.
Fionna caminó hacia Gloria y habló con calma.
—¿Vienes a advertirme de nuevo?
—No vine por ti, tengo algo que decirle a mi marido.
El rostro de Gloria era sombrío y tenía una función automática de irritarse, cada vez que veía a Fionna, su cuerpo activaba esa función con toda su potencia.
—Pues entra.
Fionna no esperaba haber supuesto mal. Resultó que Gloria no vino por ella. Pero tampoco había nada sorprendente, después de todo, eran marido y mujer.
Fionna llevó a Gloria al ascensor. Ninguna de las dos habló hasta que se abrió la puerta del ascensor.
En el momento en que se abrió la puerta del ascensor, Deivid estaba de pie junto a la puerta del ascensor y los tres estaban atónitos.
Eso debía considerarse un momento histórico. Las tres personas se reunieron por primera vez cuatro años después del incidente. Los tres eran los protagonistas del caso, solo Fionna era la víctima.
Fionna era la víctima, pero fue la que más tranquila estaba. Había pánico en los ojos de Gloria, y se alejó apresuradamente después de mirar a Deivid. En el momento en que Deivid abrió la puerta del ascensor, y vio a Gloria, el odio en sus ojos apareció como nunca.
Ese tipo de odio era por Gloria y también por él mismo, después de todo, esa actuación contó con su cooperación para herir tan profundamente a Fionna.
—¿Vas a salir?
Fionna salió del ascensor para saludar a Deivid.
—Sí, voy a trabajar —Deivid respondió cálidamente a la pregunta de Fionna y el odio en sus ojos desapareció.
Las dos personas tuvieron una conversación tan calmada que puso nerviosa a Gloria.
Salió del ascensor tras Fionna para dejar paso a Deivid, pero Deivid no se movía.
—Cuánto tiempo sin verte, Gloria —Deivid habló con brusquedad y no necesitó mostrar su calidez a Gloria.
No dijo que sí ni lo negó, porque no tenía sentido. Aunque supiera lo que estaba haciendo, a Gloria no le importaba.
Fionna vio que Gloria no hablaba y siguió,
—Los dormitorios de los niños están arriba, uno para cada persona. Su estudio también está arriba, y también hay un cuarto para que los niños jueguen. Lucas está muy bien viviendo en mi casa, no tienes que preocuparte por eso. Aunque no te preocupas por él en absoluto.
Hablando de Lucas, la voz de Fionna era un poco fría y obviamente estaba descontenta.
—Fionna, ten cuidado con lo que dices. ¿Por qué no me preocuparía por mi hijo? —Gloria replicó rápidamente, por temor a ser descubierta.
—La forma en que te preocupas es realmente especial. Me alegro de que Lucas tenga una madre tan buena como tú.
Fionna recordó las heridas de Lucas y deseaba darle bofetadas a Gloria ahora mismo. Si no fuera por algunas cosas, castigaría a Gloria incluso si tenía que dar su vida por ello.
—Fionna, no entiendo por qué eres tan considerada con Lucas. Si es por Eric, tengo que decir que realmente le estás dando mucha dedicación —Gloria comenzó a contraatacar. Eso era algo que Gloria nunca había entendido.
Si era como había dicho, entonces los trucos de Fionna eran más profundos de lo que pensaba.
—Es solo porque no soporto tu actitud de tratar al niño y me gusta mucho Lucas. Si quiero seducir a Eric, no necesito hacerlo a través de nadie, como tú robaste a Deivid en ese entonces.
Fionna no pudo evitar hablar sobre lo que sucedió hacía cuatro años, con odio en sus ojos.
—Tú…
Gloria estaba a punto de refutarla cuando Eric abrió la puerta y salió a pata coja.
—Cariño, deberías ir al hospital si te has lesionado el pie.
Al ver a Eric, Gloria de inmediato se comportó como una persona totalmente diferente, se levantó y se acercó a Eric, preguntando angustiada.
—¿Cómo sabes que estoy lesionado? —Eric rechazó la ayuda de Gloria y preguntó con dureza.
Gloria sintió miedo por un instante, dándose cuenta de que había dicho algo indebido. Además, los ojos lúgubres y perspicaces de Eric la hicieron entrar en pánico por un momento.
—Fionna me lo acaba de decir.
Gloria era la más astuta en ese momento y su adaptabilidad era increíble. Fionna sonrió burlonamente al ver esa escena.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Eric echó un vistazo a Fionna y continuó preguntándole a Gloria.
—Tengo algo que decirte, pero como no podía contactarte por teléfono, he venido a buscarte hasta aquí.
Gloria se sentía un poco avergonzada porque su preocupación había sido rechazado impasiblemente, más avergonzada se sentía porque Fionna estaba presente, pero todo lo que podía hacer frente a Eric era aguantar.
—¿Qué pasa? —Eric seguía preguntando con frialdad, sin echarle un ojo a Gloria desde que salió de su habitación.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Aventura Amorosa