Aventura Amorosa romance Capítulo 72

Tal vez porque el tono de Fionna fuera menos duro, tal vez porque los ojos de Fionna no mostraran duda, Gloria no lo pensó mucho y respondió a Fionna:

—No es tan difícil, se puede escucharlo en la empresa.

—¿No es tan difícil? ¿No se supone que no puedes ir libremente a la empresa? Y la empresa ni siquiera difundió mi acontecimiento ampliamente, los únicos que lo sabían eran unas pocas personas en la oficina del presidente. Así que, ¿de dónde diablos te has enterado?

La respuesta de Gloria no satisfizo a Fionna, sino que la hizo sospechar más.

—Eso no importa. Has afectado a mi familia, y esto es el karma. Es el Dios quien castiga a una mujer como tú que no tiene vergüenza.

Gloria se alarmó, sin darse cuenta de que Fionna tenía más para advertir a ella.

—Te pregunto quién te ha dicho esto porque quiero enfrentarme a esa persona para ver si estás mintiendo. Si es mentira tengo que sospechar de ti en este asunto y tengo que hacer que la policía reabra el caso.

Fionna habló en un tono bajo, pero con una mirada severa.

—¿Qué quieres decir con eso? Te mereces que Dios te condene, por qué culpas a los demás. Fionna, si sigues diciendo tonterías, te arrancaré la boca.

Gloria se puso nerviosa y estaba a punto de derrumbarse. Empezó a hablar sin ton ni son.

El pánico en su rostro era tan obvio que no había necesidad de mirarlo. Esto hizo a Fionna, que sólo había sido escéptica, estar más segura.

Fionna se quedó mirando a Gloria con incredulidad. Si esto era realmente obra de Gloria, entonces ya no era simplemente siniestra y maliciosa, se había convertido en un demonio, un demonio sin ni un poquito respeto por la vida de los demás.

—Gloria, deja de ocultarlo, tus ojos te han traicionado. ¿Cómo puedes hacer algo tan despiadado? ¿No sabes que esas cosas van contra la ley?

Fionna empezó a culpar a Gloria, quería que se derrumbara, quería que ella misma dijera la verdad. Sólo había una cosa desafortunada, porque ahora no podía grabarlo todo con su móvil.

—No me hables de leyes, no te finjas a mi frente sólo porque hiciste derecho en la universidad. Fionna, no te olvides que soy yo la que se graduó en derecho.

El corazón de Gloria estaba en pánico, pero intentaba mantener la calma. La expresión de su rostro en ese momento era indescriptible.

—Gloria, hiciste que alguien me atropellara con un coche y lo encubriste deliberadamente como un accidente de tráfico. ¿Es aquí donde tú, graduada de derecho, cómo utilizas la ley? ¿Y la última vez? ¿Si Eric no me hubiera apartado del camino ya habría muerto? —Fionna habló con frialdad, volviendo a pensar en la última vez y directamente la interrogó.

Sólo se podía ver el rostro de Gloria, instantáneamente pálido e incoloro, el pánico impotente en sus ojos aún más inconfesable.

—Estás diciendo tonterías, me estás acusando. Fionna, no creas que no voy a llamar a la policía para que te arresten por difundir rumores falsos —Gloria habló con indignación.

Se dijo a sí misma que Fionna sólo sospechaba, y que no podía hacer nada sin pruebas.

—Llama y denuncia ahora. Mi falsa acusación no es gran cosa, unos días en la cárcel y estaré fuera. Si resulta que has intentado asesinar a alguien a propósito, te meteré en la cárcel el resto de tu vida —Fionna dijo sin miedo, estaba utilizando la provocación para ver cómo reaccionaría Gloria.

—¡Tú...!

Lo que Fionna no esperaba era que llamaran a la puerta justo cuando Gloria estaba a punto de rendirse.

La llamada a la puerta fue fuerte y urgente, como si la persona que estaba fuera estuviera rescatando a Gloria a propósito.

Los ojos de Fionna estallaron de odio, estaba tan cerca de conseguirlo. Sin embargo, el pánico en los ojos de Gloria desapareció, y ajustó sus emociones tan rápidamente como pudo, revelando al momento siguiente una mirada de desprecio engreído.

El hombre fuera de la puerta entró, tranquilo y sosegado, hacia la cama de Fionna.

Fionna y Gloria dejaron escapar una mirada de sorpresa al ver al visitante.

—Abuelo...

El corazón de Gloria se bloqueó violentamente y sus ojos se agitaron. No sabía qué hacía Romeo aquí, y mucho menos si había escuchado la conversación. El hecho de pensarlo hizo que Gloria se sintiera aún más abrumada.

—¿Qué le trae por aquí, presidente?

Fionna era todo lo contrario a Gloria, al principio sorprendida, pero luego con una mirada de tranquilidad en sus ojos. Los que no ocultaban nada, estaban tranquilos.

Romeo miró a Gloria y luego a Fionna, y por las expresiones de ambas podía leer en sus pensamientos.

Por un momento, la seriedad de su rostro desapareció. Se sustituyó por una sonrisa relajada.

—Me he enterado de que la ingeniera más importante de la empresa se ha lesionado y he venido a visitarla en nombre de la empresa. ¿Por qué estás tú también aquí, Gloria? ¿También está expresando sus preocupaciones en nombre de la empresa? —Romeo dijo deliberadamente, delante de Fionna debía mostrar la importancia que la familia Serrano daba a Gloria para que Fionna no se hiciera ilusiones.

—Ah... Sí, es mi deber venir a visitar a la directora Fionna ya que Eric no está en casa.

Gloria se quedó atónita por un momento, luego alivió la rigidez de su rostro para seguir la corriente a Romeo.

—Buena chica, estás haciendo lo correcto. Ayudar a Eric en estas cosas hace que sea mucho más fácil para él también —Romeo continuó con sus cumplidos, dirigiéndose deliberadamente a Fionna.

Y Fionna no era tonta, entendía que lo decía para excluirla, para que dejara en paz a la familia de Eric. Fionna no dijo nada, escuchando con indiferencia a los dos.

No quería molestar a la familia de Eric; las advertencias o insinuaciones no significaban nada para ella.

No le importaba que Romeo defendiera a Gloria porque ya sabía que Gloria realmente había utilizado tácticas turbias contra ella.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Aventura Amorosa