José sólo encontró una excusa. En realidad, tenía miedo de que Martina no entendiera sus puntos de vista como forasteros en ese asunto.
—Toma asiento, gracias por recibirme al bajar del avión.
—Me alegro de que Martina esté bien.
—Te respeto, por eso he venido a verte —dijo Fionna bromeando al escuchar que Martina estaba bien.
—Me encanta escuchar eso.
—Haha... —dijo José con una sonrisa, siempre había sentido que Fionna era una persona amable. Era una buena mujer, una buena madre y una buena compañera.
Podía encontrar muchas ventajas sobre ella fácilmente, pero le costaba encontrar sus defectos.
—Ve al grano, José, sólo tengo media hora —recordó Fionna con una sonrisa.
Sabía que José no la llamaría si no había nada importante.
—Bueno, para ahorrar tiempo, iremos directamente al grano. Te llamé por Eric... en realidad por papá.
José se metió en la conversación.
—Papá está de mal humor durante este periodo de tiempo. Incluso discutió con Martina hace un tiempo. La razón es que quiere encontrar a esa mujer, pero Martina está en contra.
—Fionna, no sé cuánto sabes de papá. No sé mucho. Esta familia es complicada, así que nunca pregunté.
José respetaba la intimidad de Martina y de su suegro, así que nunca preguntó.
—Sólo sé que Daniel tuvo una aventura fuera de su matrimonio.
Eric no le contó a Fionna los detalles.
Ella entendía el complejo de esta familia y sabía que Eric no quería hablar de ello. Nunca le preguntó. Ella escucharía si Eric estaba dispuesto a contarle.
—Después de todos estos años seguía queriendo encontrar a esa mujer, creo que realmente la ama. Y cuando discutieron, pude escuchar que se sentía culpable por la mujer.
—Es comprensible que quiera arreglar las cosas ya que es mayor. Si esa mujer también está soltera, creo que es bueno que estén juntos. Así podrán cuidarse mutuamente y no se sentirán tan solos. Lo más importante es lograr lo que querían cuando eran jóvenes.
—José, esa es sólo mi opinión. No sé lo que piensan los demás, después de todo, no es asunto de mi familia.
Fionna expresó su opinión. Si Martina lo supiera, pensaría que Fionna se entrometió.
—Tengo el mismo pensamiento que tú.
José estaba satisfecho. Sabía que Fionna tendría ese pensamiento.
—Fionna, tú y yo somos forasteros. Sólo los forasteros como nosotros lo entendemos claramente.
—La razón por la que quiero hablar contigo a solas es que Eric y Martina no aceptarían esa idea.
—Pensaron que fue culpa de esa mujer que mi suegra muriera. Por eso no pueden aceptar que papá busque a esa mujer.
El análisis de José era correcto, pero sólo podía hablar con Fionna, porque Martina y Eric no lo aceptarían.
—Sí, Eric odia a esa mujer. Incluso odia a toda su familia.
—Pero creo que debería dejarlo ir. Es la causa de su ambiente siempre sombrío. No está mal que Daniel quiera encontrar a esa mujer. Incluso si no pudieran estar juntos, debería darle un fin.
Fionna sabía que Eric realmente odiaba a esa mujer y a su familia, lo que le hacía difícil dejarlo ir.
Pero sólo cuando todas estas cosas estuvieran resueltas, Eric podría estar soleado.
Fionna quería que Eric lo dejara pasar, para que pudiera tener una vida tranquila, pero podría fracasar.
—Sí, eso es lo que pensaba.
Jiang estuvo de acuerdo con la idea de Fionna.
—Le he aconsejado a Martina que no insista en ningún odio. No es necesariamente culpa de esa mujer. Dijo que su padre siempre dudaba en mencionarlo, como si quisiera que no supieran nada. Y ha dicho muchas veces que esa mujer también era una víctima, y que no era su culpa.
—Martina no cree lo que ha dicho, pero yo sí. He conocido a papá a lo largo de los años, y no es el tipo de persona que miente, que toma partido por alguien que comete un error. No creo que esa mujer tenga la culpa, pero Martina y Eric no saben la verdad.
Josué confiaba en el carácter y la sinceridad de su suegro.
José conocía el dilema de Fionna, más sabía que ella no quería seguir en contacto con Eric, pero pensaba que Fionna podía manejarlo bien.
Fionna guardó silencio, no podía dejar solo a Daniel, pero ¿escucharía Eric sus consejos? ¿Tenía ella la capacidad de ayudar?
Después de guardar silencio durante un rato, Fionna abrió la boca.
—Puedo intentarlo, y no sé si lo conseguiré.
—Ok, todo lo que tienes que hacer es ayudar. Si Eric aún no puede dejarlo pasar, buscaremos otras soluciones.
José tenía razón en que Fionna no sería un espectador.
—Fionna, me encargaré de ello. Una es por la felicidad de papá, la otra es que no quiero que Martina siga odiando. Quiero que sea feliz. Quiero que vuelva a casa con un estado de ánimo emocionante y feliz.
José debe hacer algo por Martina, y Fionna haría algo para hacer feliz a Eric.
Fionna tenía confianza. Incluso podía imaginar que Eric se enfadaría con ella si lo mencionaba.
Pero era bueno que si hacía que su relación fuera más tensa. De esta manera, Eric se aburriría de ella y no volvería a aparecer frente a ella.
Fionna fue a casa de Gloria después de separarse de José, pero cuando llegó, Facundo no había vuelto.
—De nuevo, ¿quieres morir? —dijo Gloria, rechinando los dientes.
—Paso a verte. ¿Cómo estás estos días? —preguntó Fionna y se dirigió a Gloria, desprevenida.
Cuando llegó al lado de Gloria, ésta la empujó con fuerza y Fionna cayó al suelo.
—Ouch...
Cuando los dedos de Fionna tocaron el suelo, gritó de dolor.
En ese momento volvió Facundo, y la niñera oyó el ruido y salió corriendo.
—¿Qué está pasando? Fionna, ¿estás bien?
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