Aventura Amorosa romance Capítulo 892

A Fabián se le rompió el corazón al escuchar lo que dijo Fionna. Se veía que Fionna había reprimido durante mucho, mucho tiempo.

—¿De verdad? ¿Realmente lo compraste de nuevo?

Sara se emocionó, incapaz de creer que una noticia tan repentina fuera cierta.

—Sí, realmente la he comprado de nuevo. Espera, tía, definitivamente también compraré la casa que te dejó el abuelo.

Fionna estaba emocionada, pero no olvidó hacer una promesa a su tía. Estos eran los que había vendido entonces, y ahora tendría que trabajar para volver a comprarlos.

Sus padres vivían en esa casa cuando estaban vivos, y para la casa de su tía era el lugar donde vivían sus abuelos.

—Bien, es bueno tenerlo de vuelta. Es bueno tener nuestro hogar de vuelta.

Sara lloró de emoción, era inevitable emocionarse después de haber recuperado por fin su casa después de tantos años.

Se lo debía a su hermano y a su cuñada por todos estos años, por no haber cuidado de sus hijos y haberles prestado ayuda en sus momentos más duros.

—Bueno, ahora tenemos un hogar. Vuelve pronto, tía, y vayamos juntos a casa.

Los ojos de Fionna ya estaban inundados de lágrimas, sus emociones estaban fuera de control y ya no podía controlar su excitación.

Por un lado, Fabián miraba con dolor de corazón, aunque eran lágrimas de alegría, reflejaba que había sufrido dificultades extraordinarias.

Fabián sacó un pañuelo de papel y se lo dio a Fionna. Era algo tan sencillo que podía hacer cuando Fionna estaba tan triste.

Aunque esta casa costó un gran precio para volver a comprarla, pero al ver el deleite radical de Fionna así, sintió que valía cien millones.

En el camino de vuelta, Fabián llevó a Fionna, cuyo estado de ánimo sólo se había calmado en ese momento.

—¿Te ha asustado? —Fionna habló con vergüenza. No esperaba que sus emociones se descontrolaran y que llorara amargamente delante de Fabián.

—¿Tan fácilmente me asusto? Creo que es bastante normal expresar la alegría de recuperar.

La comprensión de Fabián hizo que Fionna sintiera que su corazón se calentaba, pero esta casa estaba más que recuperada.

—Es muy complicado con nuestra familia, cuando esta casa fue tomada por el banco después de que nuestra empresa familiar quebrara. No he pisado esta casa desde que murieron mis padres.

—La casa es vieja, pero es el único lugar que guarda nuestros recuerdos familiares. Siempre sentí que mamá y papá y mi hermana y yo estábamos a la deriva sin esta casa, como si no tuviéramos un hogar y mamá y papá fueran como fantasmas solitarios.

—Ahora que la casa está de vuelta, todos podemos ir a casa.

Fionna se lamenta de que su familia pueda finalmente volver a casa.

—Mi próximo objetivo es volver a comprar la casa de mi tía y tengo que trabajar duro para ganar dinero.

En este momento, la alegría de Fionna no podía interpretarse sólo recuperando.

—Parece que has pasado por mucho, ¿no es suficiente una casa para pagar las deudas de tu familia?

Fionna le contó la historia, pero sin detalles, y Fabián no preguntó mucho al respecto. Esta vez quería saber un poco más y ayudar un poco más.

—Mi familia debía mucho en aquella época, no sólo las deudas de la quiebra de la empresa, sino el dinero que mi padre pidió prestado a otras personas para mantener la empresa en los últimos años, y el dinero que había que compensar cuando murieron mis padres.

—Sumar... es demasiado.

Fionna ni siquiera quería decir la cifra exacta, pues le daba miedo decirla.

—No podía contactar con mi tía cuando ocurrió el accidente, y no tenía nada de dinero. En ese tiempo, tuve que pagar las facturas médicas de mi madre y de Valeria. Incluso fuera del hospital en ese momento había deudores que casi me llevan a la muerte.

—Ahora que no sé cómo lo logré.

Los recuerdos eran demasiado dolorosos para que los olvidara.

Fabián, que conducía, se limitó a escuchar en silencio, pensando que sería una liberación dejar que Fionna hablara de ello.

Fionna continuó.

—En ese momento pensé que mi madre podía ser resucitada, así que fui a recaudar dinero. Por desgracia, mis familiares no querían verme.

—No había otra manera, así que me vendí... a Eric. Para ser más concretos, fue un vientre de alquiler, para darle un hijo.

—Desgraciadamente, en aquel momento no sabía que estaba embarazada y sólo recibí una pequeña indemnización.

—Sin mamá, con mi hermana en coma y con mi tía inalcanzable, no valgo nada por mí mismo.

—En ese momento ..... no te puedes imaginar lo desesperada que estaba en ese momento. Quería morir junto a mi hermana más de una vez.

Fionna no había dicho ninguna de estas cosas a Eric. Pero hoy quería decirlo para liberarse. Y Fabián estaba dispuesto a ser un oyente silencioso.

Fabián se sorprendió, adivinando que Fionna era una mujer con una historia, pero no esperaba que estuviera sufriendo. No esperaba que sus hijos nacieran de un vientre de alquiler.

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