Aventura Amorosa romance Capítulo 99

Eric pudo escuchar la queja en las palabras de Fionna, pero hasta que todo se aclarara, Gloria no podía alarmarse. Así que tuvo que agraviar a Fionna.

Fionna gruñó, expresando su incredulidad ante las palabras de Eric.

Si no recordaba mal, le había dicho a Eric que no necesitaba llamar a la policía. Pero al final la policía fue alertada. ¿Estaban estas personas montando un espectáculo para ella?

—¿Sí? ¿Quién llamó a la policía? ¿Sólo para aclarar las cosas para Gloria y Lorena? En realidad no tienes que hacerlo, incluso si supiera que ambas lo hicieron, no podría hacerles nada contigo protegiéndolas.

Fionna no estaba enfadada, pero sí entristecida. Ahora era la amante de Eric, y no iba a conseguir ningún favor por parte de Eric. No tenía ningún valor, excepto en la cama.

Fionna salió del estudio y entró en el salón. Al ver a Lucas sentado sin expresión alguna la enfureció aún más. Para Eric, los niños no importaban, así que a quién podía importarle.

Al día siguiente tuvo que ausentarse medio día del trabajo porque la policía buscó a Fionna para verificar la pérdida de su teléfono.

Acudir a la comisaría era sólo una cuestión de cooperación, y a Fionna no le interesaba el resultado. Había comprendido por las palabras de Eric de anoche que no habría optado por llamar a la policía si realmente hubiera pruebas de Gloria y Lorena.

Fionna no tuvo ningún otro problema que el del paradero del teléfono, y la policía le dijo que el teléfono había sido perdido por el ladrón. Era irónico que se le pudiera perder cosas a un ladrón.

Fionna salió de la comisaría. Viendo que aún era temprano, se dirigió al hospital y buscó a Alberto.

Sólo quería saber por qué Eric tenía esa actitud tan fría y distante con Lucas. La única manera de solucionarlo era encontrar la causa y así Lucas podría ser realmente feliz.

Fionna pensó que Alberto debía saberlo, de lo contrario no habría dicho que Lucas estaba deprimido y estaba relacionado con Eric.

—¿Qué te trae por aquí?

Alberto estaba mirando su maletín cuando oyó abrirse la puerta. Levantó la vista, sorprendido de que fuera Fionna.

—Vine tan de repente, que no sé si te molesto —Fionna dijo con amabilidad.

—No, no, siempre estoy disponible para ti. No importa a qué hora del día vengas —Alberto coqueteó.

Fionna tenía un carácter que hacía que su mirada fuera tranquilizadora.

—Tengo condiciones humildes aquí, solo tengo una silla.

Alberto sacó la silla de su escritorio y sentó a Fionna. Luego trajo una botella de agua, desenroscó el tapón y la colocó frente a Fionna.

—¡Gracias! —Fionna habló amablemente.

Después siguió hablando, —Tienes una agenda apretada, así que seré directa.

Fionna no quería molestar demasiado a Alberto, al fin y al cabo era el horario de trabajo de Alberto.

—¿Qué pasa?

—Lucas ha mejorado mucho últimamente, pero he notado que Eric es siempre frío con él y se deprime mucho. He hablado con Eric para que desprenda todo el amor paternal que pueda hacia el niño, pero no coopera mucho. A veces, cuando está de buen humor, se muestra más amable, pero la mayor parte del tiempo se muestra frío y distante, lo que no es bueno para el estado de Lucas.

Fionna hizo una pausa, y la leve sonrisa de su rostro desapareció al pensar en ello.

—¿Qué quieres preguntarme?

Alberto era un hombre inteligente y entendió lo que quería decir Fionna.

—Quiero saber por qué Eric es tan frío con Lucas. Lucas es su hijo, ¿por qué este distanciamiento? Sólo podré encontrar una solución si sé el motivo, de lo contrario el estado de Lucas seguirá repitiéndose.

Fionna no podía contener su tristeza; había hecho todo lo posible por la recuperación de Lucas, pero Eric no cooperaba y seguía sin poder recuperarse del todo.

—Por una mujer.

Alberto no lo ocultó, pero era la primera vez que hablaba de esta mujer. ¿Por qué se lo contó únicamente a Fionna? Probablemente porque sentía que era de confianza.

Para la recuperación de Lucas, Alberto se dirigió a Eric, pero sin éxito. Se lo dijo a Fionna porque él también tenía sus esperanzas puestas en Fionna y esperaba que ésta pudiera convencer a Eric.

Fionna se quedó atónita un momento y luego miró a Alberto.

—¿Una mujer? ¿La mujer del extranjero?

—¿Lo sabes?

Alberto miró a Fionna con sorpresa. Pensaba que era un secreto entre él y Eric, no esperaba que Fionna lo supiera.

—Lo sé, él mismo me lo dijo.

La comisura de la boca de Fionna se levantó una vez más, pero esta vez no fue de serenidad sino de amargura.

—Esta mujer se fue por culpa de Lucas. Por la repentina aparición de Lucas, esta mujer se enfadó y salió del país. Así que Eric siempre se ha distanciado de Lucas.

Alberto aclaró los motivos y era Fionna quien debía resolverlos.

—Es curioso, si no puede solucionar sus propios problemas, ¿por qué le echa la culpa al niño? ¿Qué sabía un niño? ¿Por qué tiene que soportar esto? ¿Y por qué tener este hijo si no tiene la capacidad de cuidarlo?

—Doctor Alberto, ¿puedes ser más específico?

Fionna estaba enfadada.

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