Bacante romance Capítulo 19

"No puedo, querida", levantó las manos, "dejarte en tal estado sería indecente de mi parte".

Y dio unos pasos hacia mí.

"Mantente alejado, pervertido", le advertí. - O llamaré a seguridad.

Pero Lex se acercó. Lo más cerca posible, ardiendo con tu propia respiración. Me apartó el pelo de los ojos y susurró:

- No me llames pervertido, no es justo. Después de todo, no fui yo quien terminó frente a la multitud que bailaba, sino tú. Salvaje, deseado ... Bacante ...

Susurró las últimas palabras suave y suavemente, y su voz vibró como el ronroneo de un tigre.

Un tigre muy hambriento ...

- Pensaste, - tiré y me di la vuelta.

Lex se rió suavemente, lo que envió una ola de escalofríos por su columna vertebral. Y luego, de repente, me dio la vuelta y me sentó en la mesa, mis piernas se abrieron de nuevo.

Le di una patada y lo empujé, pero él todavía empujó la tela completamente empapada del traje entre mis piernas y hundió sus dedos en mi suave y cálido yo. Retirar la mano después de un momento y colocar lentamente los dedos en la boca.

- ¿Qué estás haciendo? - Abrí mis ojos. - ¡Para!

"Dulce como la cereza de Larissa", dijo descaradamente, sin apartar los ojos de mí, que se había vuelto casi negro por las pupilas que llenaban el iris. Y sentí un pinchazo de miedo, como cuando un animal incontrolable aparece de repente cerca y no tienes a dónde correr. - ¿Siempre estás tan mojado después de un show?

"No es de tu incumbencia", dije, un poco estridente. - Dejar. Estoy cansado.

"Ciertamente mi bacante", asintió, sonriendo contento. - Después de tal orgasmo, es mejor descansar bien.

Suspiré en voz alta con indignación y ... lo golpeé en el pecho con la palma de mi mano.

Me sonrojé y me sonrojé hasta la punta de las orejas. Y volvió a sonreír y desapareció tras la puerta cerrada.

- Hola, Mila, ¿qué es esto? - Una de las bailarinas se deslizó por el agujero que apareció y extendió su mano hacia el disco negro.

Salté de la mesa como si me picaran, agarrando el pequeño panel de control.

- ¡Alguna! Exclamé. - Entonces tonterías.

"Estás un poco raro hoy," la chica se encogió de hombros, caminando hacia la mesa. - Y no bailaste como siempre. Yo diría que estás drogado, porque no estás en "este caso".

“Sí, yo solo… no me siento bien.

- Descansa, tal vez esté enferma ...

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