Bebé por Contrato (COMPLETO) romance Capítulo 20

Mi mamá es quien no para de llorar, llora desenfrenadamente, Barry no borra de su rostro su linday amplia sonrisa, y está bien, mientras tanto yo estoy aquí, sólo presenciando sus reacciones, ¿por qué yo no he reaccionado así?¿Por qué incluso Barry está tan emocionado?

Al salir del consultorio Barry me pide que por favor me atienda un doctor que él conoce, pero yo me niego a dejar a Jorge, él sólo sabe como soy y lo que no puedo tomar, es mi médico de cabecera.

-Suegra, ¿Le parece si las invito a desayunar? -propone Barry con una linda sonrisa.

-Ooh hijo, claro que sí, por mí está perfecto, creo que nadie irá a desayunar hoy a la casa así que es mi oportunidad para que me consientan. -mi mamá toma del brazo a Barry y empiezan a caminar con él hacia ninguna dirección mientras dice demasiadas cosas a la vez.

-Señora, el auto está por acá-señala el rubio.

-Bien, vamos-mi mamá no suelta a Barry; lo más chistoso es que ella sigue hablando de bebés y lo que se sufre al cambiarles los de pañales.

Barry me abre la puerta del copiloto(obviamente sin soltar a mamá),yo entro con cuidado y mamá entra por si sola en el auto, todos, especialmente yo me pongo el cinturón de seguridad.

Los tres por un momento vamos callados, mamá habla por teléfono con Denis o con uno de los tres estúpidos, y sinceramente no sé cómo es que van a reaccionar con la noticia del embarazo, a puesto a todo que empezarán con sus cosas de "de casó porque estaba embarazada" y bueno, la realidad no está tan aparte de la idea, sólo hay una razón para ésto, mi ayuda hacia los necesitados, me deberían postular de santa.

Barry para en un restaurante carísimo, pero estando con él, uno se puede dar ciertos lujos. Durante el gran desayuno del exclusivo restaurant, mi mamá con lágrimas en los ojos nos desea lo mejor.

-Es una hermosa y maravillosa noticia, los felicito, hijos. Serán unos buenos padres, y tú hija-dice mirándome -debes de cuidarte.

Después del gran desayuno en el restautant Ornelas, el preferido de Barry, vamos a casa de mis papás, mi mamá sabe cuál será la reacción de los gemelos y la de mi papá, sin embargo creo que es bueno decírselos, pero no ahora si no después, cuando me sienta cómoda por el tema, así que los tres obviamos la noticia cuando vemos a Denis y a Dale, que se van a trabajar. Denis es ingeniero, y Dale es abogado y psicólogo, aunque Dale no ejerce, él no sirve para ayudar a los demás, al menos emocionalmente.

-Adiós, hermanita...-Dale me sonríe y me abraza -no te habíamos visto desde tu boda, pensábamos que no te veríamos hasta la semana que viene.-comenta un poco duduso.

-Se te sale lo abogado, regresamos antes por el trabajo de mi esposo-Barry está sentado en el sillón con las manos en el regazo, obviamente sin hacer nada, está incómodo por la presencia de los gemelos.

-Bye, sopita,-Denis, quien pasa a lado mío, me jala el cabello a modo de despedida.

-¡Ay! Tarado-en la presencia de mamá está estrictamente prohibido hablar mal, aunque seamos mayores. Los dos estúpidos de marchan y puedo ver como la tranquilidad de Barry vuelve.

-Que agradables son-espeta tocándose la nuca irritado.

-Ya te conocerán, y te querrán. Esto no es fácil, paquete completo -digo refiriéndome al contrato.

-Que paquete me eché, mala decisión -ríe y salen sus lindos y adorables hoyuelos.

-Ahhh pero que guapo te ves riendo -me burlo.

-Adiós sonrisa, entonces,-instantáneamente su risa escandalosa se detiene,-me arruinas la felicidad.

-Es mi especialidad -suspiro.

Mamá baja de su habitación con Pinky en los brazos para despedirnos, nos felicita de nuevo y mi esposo y yo salimos de la casa con la pequeña, nos miramos y sin saber porque nos reímos...

-¿Qué te parece si vamos de compras? -comenta mientras ajusta su cinturón de seguridad.

-¿Compras?

-O sea sí, para el bebé-aclara, y empieza a conducir.

-¿No crees que es muy pronto? -digo un poco angustiada,-ni siquiera sabemos que será-eso me recuerda a la pequeña imagen que nos imprimió Jorge, la saco del sobre y miro la bolita que está ahí, ese es el bebé de Barry, y mío también, supongo.

-Buena foto-se ríe-se la enviaré al abogado de mi papá para que deje de joderme la vida-suspira liberado.

-Oye, no. Le mandarás una copia porque está me la quedo yo.- Digo asustada ante el hecho de perder esa pequeña imagen.-¿No iremo a darle la noticia a tu mamá?-Barry sujeta el volante con fuerza, casi contenido una gran discusión.

-No-espeta enojado, es totalmente injusto, ¿se enfada sólo por que he preguntando por su mamá?

-Ah ya-gruño, mejor me pongo a mirar por la ventana.

-Mi mamá es muy diferente a la tuya, te lo aseguro, es un asco de persona, jamás dejaré que arruine al bebé, más bien que no lo dañe como a mí, es algo que no quiero que suceda.-Explica rápidamente.

-Bien, no hay problema Barry, sólo quería conocerla y ya, pero gracias, da igual. - Me recuesto en el asiento y me cubro la cara con el brazo. Estoy demasiado cansada, aún no he hablado con los gemelos, pospuse la plática sólo por un poco de paz, realmente todo lo que ha pasado durante los últimos tres días han sido muy agotador, muy pero muy agotador. Lo más lindo es que mañana es viernes, aunque quiero ir a la oficina sólo para echarle una mano a Barry, por que aún no he renunciado ni nada, ni tampoco él me a pedido que deje de ir, así que mañana iré.-Mañana iré a la oficina contigo-susurro distraída.

-Aaah no, ni lo pienses Kelly, olvidalo. No irás a trabajar.-Sentencia.

-¿pero por queeeeee?-grito frustrada.

-Por qué no.-contesta demasiado fuerte, entonces mi pequeña Pinky ladra ante el tono de su voz.

-Eres demasiado, tonto.-Digo en mi defensa.

Barry se ríe y dice:-Tú eres la tonta, eres todo menos inteligente, eres mediocre y eres estúpida, y además crees que todos están a tu disposición-sus palabras no me ofenden, sólo me sorprende de la manera en que relacionó.

-No sé que te pasa, cada vez que trato de decir algo o hacer algo bien me gritas, no llevamos ni una semana y yo ya quiero tomar el papelito que por estúpida firmé y romperlo,-de un frenón detiene en seco la camioneta, y yo salgo disparada hacia delante, pegándome en la mano al tratar de no pegarme en el estómago-¿a caso éstas loco?-digo sobandome la mano.

-Lo siento-dice asustado - ¿éstas bien?¿Te golpeaste?

-¡Qué te pasa! ¡Casi me matas!

-¡Dije que lo siento!-toma de su cabello y lo jala fuertísimo, casi arrancándolo, no digo nada, sólo lo observo con miedo, no entiendo sus reacciones.

-¿A caso éstas loco?-susurro impactada.

-Perdón, perdón. Todo esto...mi mamá... Realmente lo siento.-Se cubre con las manos y empieza a sollozar, ¿está llorando?

-Barry, tranquilo, por favor, hoy hemos tenido un gran día, y lo sabes, hay que aprender a vivir con ello, somos jóvenes y los dos, estoy segura que nos llevaremos demasiado bien, solo hay que tratarlo.-Acaricio su cabello para tratar de consolarlo.-Shhh, tranquilo, Barry.

Cuando llegamos a casa, yo salgo de la camioneta con Pinky en brazos, sin mirar ni decirle nada a Barry voy directo hacia la casa, pero yo no tengo llaves, así que toco para que vengan a abrirme, aunque sé que para cuando una de las señoras venga, él ya estará aquí para abrir.

-Yo abro Kelky,-susurra mientras saca sus llaves del bolsillo de su pantalón.-Listo, pasen.

-Gracias, Pinky estará conmigo en mi habitación, así no te molestará -propongo

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