Boda bajo un contrato romance Capítulo 34

6 horas después.

Jeff se encuentra en su oficina arreglando papeleos, viendo puros números.

—Debería tomar un descanso jefe —dice una de las chicas que trabaja allí, por la que toda la vida a suspirado por Jeff.

—No —dice con un tono un poco arisco.

—¿Pasa algo con tu esposa? —Pregunta ella.

—No seas impertinente Laura, no pasa nada con mi esposa —dice Jeff mientras revisa el papeleo.

—No entiendo, a que le temes, si tienes una mujer admirable quien se deslumbra por ti, no se a que le temes, y no se tampoco tu mal humor, ¿dónde quedo esa sonrisa que hace horas tenías? —Pregunta Laura.

—Se esfumo hace minutos, esto no esta bien, rayos —murmura Jeff decepcionado de el mismo.

—¿Qué no esta bien? —Pregunta Laura.

—Y si no soy lo suficiente para ella, y quizá por eso la pierda para siempre, quizá yo no le doy lo que ella quiere o necesita todos los días, incluso no se si querra hacer algo conmigo todos los días —dice Jeff.

—SI no se lo preguntas nunca lo sabrás —dice Laura.

—Tengo miedo ok —dice Jeff.

—El miedo no te define, por favor te lo suplico, deja de estar con tus bloqueos, veras que pronto serás padre, y no puede estar con esas inseguridades, por algo se caso ella contigo, y no creo que sea por tu dinero, ella te ama de verdad —dice Laura.

—Tienes razón —dice Jeff.

La voz de el abuelo de Jeff interviene.

—Aquí estas, vine hablar sobre un lugar hermoso que les daré a ambos ¿Y tú bella esposa adonde esta? —Pregunta el abuelo de Jeff.

—Aquí estoy, solo fui a traerle algo de comer a mi esposo —dice Lucrecia.

—Perfecto necesito que firmen esto, ya que quiero dejar todo arreglado, les dejare dos hoteles lujosos, que seguirán manteniendo ustedes dos, y para eso necesito que firmen ya que serán los dueños —dice el abuelo de Jeff.

—Perfecto —dice Jeff mientras Lucrecia se acerca donde esta Jeff, deteniéndole el corazón, ella sea cerco mas y lo beso en sus labios.

Siempre que pasa eso, Jeff siente que sus besos son la calma, Lucrecia siente que se va el alma, y tambien siente que, con cada beso, es como que su corazón saliera de su pecho, más cuando están tan cerca.

El abuelo de Jeff solo observa mientras pone los papeles en la mesa, mientras los dos románticos no terminan de besarse.

Una voz desganada, y asombrada entra por la puerta.

—OMG no puedo creer, miren quien es Jeff el millonario, vaya, supe que te casaste, y bueno es tu mujer ahora ella, lo vi en los periódicos, pensé que tu mujer se daba la gran vida, no imagine que trabajara para ti —dice la chica de cabello negro.

—Si soy su mujer, y bueno no he tenido tiempo como para estar usando dinero, aparte que no soy de las personas que vayan a gastar dinero, no soy esa clase de mujer —dice Lucrecia.

—Entiendo, entonces me voy —dice la chica de cabello Negro.

—No puedo creer que tantas mujeres te sigan amor, pero bueno creo que querían percatarse de que ya no eres soltero —dice Lucrecia.

—No seas celosa amor, yo solo tengo ojos para ti —dice Jeff.

—Mas te vale —dice Lucrecia.

Caso seguido ellos se preparan para poder darse mas que besos en el escritorio de la oficina, ambos se sonrojan.

1 hora después ambos salen de la oficina como si nada y se fueron a la Limosina, y bueno Jeff se puso curioso y pregunta.

—¿Quién te vino a dejar hasta la oficina? —Le pregunta.

—Rosa me vino a dejar, pase tiempo un rato con ella, y no estudie nada con la persona que no quiero mencionar, creo que dejare al tutor, no me siento segura, prefiero que tu me ayudes a estudiar, amor, pero tutor no quiero, se que mi madre me va a matar —dice Lucrecia.

—Guao amor, esta bien, me alegra que hayas pasado con tu amiga, y con lo del tutor, pues no sé, si tu no quieres que el te ayude, es tu decisión —dice Jeff.

—Si amor, sabes que hoy podemos dormir mas cerca en la cama —le dice Lucrecia mientras lo besa.

—Delicioso tus besos cariño —dice Jeff con tanto sentimiento y deleitándose en su mirada.

Jeff arranca la limosina grande, y se van a la mansión para descansar, aunque la noche podría hacer un poco traviesa, para ambos.

Cuando entran a la mansión, Michelle ya estaba lista.

¿Gustan cenar en este momento? —Le pregunta.

—Si, por favor —dicen ambos.

Lucrecia se sonroja, y esta un poco nerviosa, solo de pensar en la noche traviesa que tendrían ambos, esta noche seria más bien adictiva.

1 hora después, ambos suben a la habitación y les espera una cama de lujo para poder hacer sus travesuras, con besos, carisias y mucho mas.

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