Carta Voladora Romance romance Capítulo 173

Julio no respondió a la pregunta y preguntó:

—¿Estás en el Grupo Sainz ahora?

—Sí, estoy en el pasillo —Sara asintió.

Julio se frotó las cejas y dijo:

—Ya veo. Espérame allí. Si tienes algo que decir, espera hasta que la reunión haya terminado.

Después de eso, colgó el teléfono directamente.

Sara no pudo evitar pisar fuerte.

Era la primera vez que le colgaba.

Julio volvió a la sala de conferencias.

Los presentes en la sala de conferencias murmuraban. Cuando le vieron entrar, se callaron inmediatamente.

Julio parecía serio. Al ver la mueca de desprecio en la cara de Octavia, comprendió que sólo hablaban de él. Dijo con voz severa:

— Sigamos.

La reunión duró más de una hora.

La multitud comenzó a dispersarse.

Octavia se fue por fin como siempre.

En cuanto llegó a la puerta, fue detenida por Julio:

—Espera un momento.

—¿Sí? —Octavia se detuvo.

Julio le entregó un documento.

Octavia lo cogió con dudas:

—Esto es...

—Esta es la propuesta original de Arturo. Pensé que era suya entonces y le añadí un montón de anotaciones. Puedes echarle un vistazo. También sirve para tu futura participación en este proyecto —explicó Julio.

Al oír eso, Octavia abrió la carpeta que tenía en la mano. Vio muchas marcas y comentarios en rojo.

Lo miró durante unos segundos, cerró la carpeta y se volvió hacia el hombre que tenía delante:

—¿Por qué me ayudaste a hacer esto?

En ese momento, pensó que la propuesta era suya y aún así la revisó para ella. ¿Por qué se molestó?

Al ver que el color rojo casi llenaba la página, cualquiera podía ver lo mala que era la propuesta. Entonces, ¿por qué molestarse en modificarla? Eso era realmente desconcertante.

Julio respondió con indiferencia:

—No sólo te ayudé. Anoté la propuesta de todos.

—Bueno —Octavia asintió, no pensó mucho y se lo creyó.

Sí, eso tiene mucho más sentido.

—Ya veo. Voy a echar un buen vistazo. Gracias, señor Sainz —Octavia hizo una ligera reverencia a Julio.

dijo Julio:

—No llegues tarde para firmar el contrato mañana.

—Sí, entonces me iré primero —Octavia le sonrió amablemente, se dio la vuelta y salió.

Julio miró a su espalda y levantó ligeramente la mano, como si quisiera agarrarla del brazo.

Pero al final, no lo hizo.

—Sr. Sainz —Félix se acercó.

Julio volvió a meter la mano en el bolsillo del pantalón:

—¿Qué pasa?

— El Dr. Stevenson ha subido al avión —respondió Félix.

—Ya veo. ¿Has arreglado la clínica psicológica para el Dr. Stevenson?

—Todo está dispuesto según sus necesidades. Cuando llega, puede ir directamente a la clínica —dijo Félix.

Julio asintió:

—Volvamos al Grupo Sainz.

—De acuerdo.

Pronto volvieron al Grupo Sainz.

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