Carta Voladora Romance romance Capítulo 290

—¿Qué? —La expresión de Julio cambió ligeramente, emanando una baja presión.

Después de unos segundos, preguntó:

—¿Cómo está Octavia ahora?

—La señora Carballo ha estado en su despacho sin salir, así que los periodistas no le han hecho daño. Sin embargo, supongo que ha quedado impactada mentalmente —dijo Félix.

Julio entrecerró sus fríos ojos:

—Publica algunos escándalos de famosos en Internet para distraer la atención del público. Además, averigua quién está detrás de las cuentas de influncer que han escupido a Octavia y las cuentas individuales que han proferido los insultos más soeces.

Se vengaba de ellos uno tras otro.

—Entendido, Sr. Sainz —Félix asintió y fue a ejecutarlo.

Julio sacó su teléfono del bolsillo del pantalón y marcó el número de Octavia:

—Hola, el abonado que ha marcado está ocupado. Por favor, llame más tarde...

¿Ocupado?

Julio frunció el ceño.

Se preguntó con quién estaría hablando ahora.

Los rostros de Iker, Alexander y otros hombres pasaron por su mente. Cuanto más se preguntaba, más se molestaba.

Guardó su teléfono y se dirigió al final al ascensor.

Estaba preocupado por Octavia, así que decidió comprobarlo personalmente.

En Goldstone.

Octavia notó la llamada perdida de Julio. Un rastro de sorpresa pasó por sus ojos. Pronto, desapareció.

Podía adivinar por qué la había llamado.

Probablemente, él también había visto las noticias en Internet.

—¿Hola, Octavia? ¿Sigues ahí? —Stefano no recibió su respuesta, así que la llamó desde el otro lado de la línea.

Octavia volvió a ponerse el teléfono en la oreja:

—Sí, sigo escuchando. Lo siento por eso. Acabo de recibir una llamada perdida.

—¿Quién era? —Preguntó Stefano con curiosidad.

Los ojos de Octavia brillaron:

—Nadie importante. Olvídalo.

—Está bien —Stefano se encogió de hombros y no sospechó de sus palabras. Dijo con una mirada solemne:

—Ya que Lorenzo Tenorio le ha hecho eso a Sara, tenemos que pedirle que se presente y demuestre su inocencia. De lo contrario, este asunto será muy difícil de resolver.

—Lo sé —Octavia asintió:

—Llamé a Lorenzo antes, pero no contestó la llamada.

—Debería estar en el quirófano ahora. Un político extranjero tenía un tumor cerebral. Sabía que Lorenzo podría tener más posibilidades de éxito si hacía la operación, así que vino del extranjero deliberadamente. La operación se realiza hoy. Mi padre y sus compañeros de trabajo están esperando en el hospital ahora. La operación durará mucho tiempo. Llevará unas veinte horas —dijo Stefano.

Octavia levantó la barbilla en señal de comprensión:

—Ya veo.

Le preocupaba que Lorenzo se hubiera negado a responder a su llamada deliberadamente.

Como no lo había hecho a propósito, se sintió aliviada.

—¿Así que tengo que esperar otras veinte horas para que pueda demostrar mi inocencia? —Octavia frunció el ceño.

Las cosas estarían fuera de control en veinte horas.

Pero no era lo más importante. Lo más importante era que Bernardo no le daría veinte horas antes de devolverle el poder de gestión.

Stefano soltó un suspiro:

—Bien. Lo único que puedes hacer es esperar. Puedo ayudarte a tapar esto, por el momento, para que puedas tener un descanso. Entonces la bolsa de Goldstone se estabilizaría... ¿Qué?

De repente vio algo y parpadeó sorprendido.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Octavia confundida.

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