Carta Voladora Romance romance Capítulo 699

Giuliana no pudo pronunciar una palabra para replicar.

¿A qué lado iría?

¿No era obvio?

Para Julio, su madrastra nunca se compararía con su esposa.

Entonces, ¿cómo podría responder?

Octavia se rió al ver la reacción de Giuliana.

—Parece que tienes una respuesta. Entonces, ¿sigues pensando que soy la chica tonta que puedes pisotear como una hormiga?

Giuliana temblaba ligeramente mientras miraba a Octavia con rabia.

Octavia se movió las uñas y dijo despreocupadamente:

—Esta es mi última advertencia por el bien de Julio. Será mejor que me trates bien y que abandones tu malvado plan. Si no, recogerás lo que has sembrado.

—Julio te da esta autoridad —Giuliana apretó los dientes:

—Será mejor que reces para que pueda amarte el resto de tu vida. Si no, lo recuperaré todo.

—Gracias por tu recordatorio —Octavia respondió con una sonrisa:

—Ese día no llegará. Te derribaré antes de que tengas la oportunidad de defenderte.

Giuliana se quedó sin palabras y su rostro enrojeció de rabia.

Sabía que había perdido la batalla.

Así que no debería quedarse aquí y dejar que Octavia se pavonee.

Giuliana se marchó a toda prisa.

Octavia se frotó la barbilla con una sonrisa de satisfacción.

A veces era bastante agradable ser una zorra.

No es de extrañar que haya tantas perras por ahí.

Octavia se burló y volvió a la sala mientras Giuliana desaparecía del ascensor.

Florencia estaba leyendo una revista cuando oyó pasos. Dijo sin apartar los ojos de las páginas:

—¿Hecho?

Octavia asintió:

—Sí.

Florencia cerró la revista y le dedicó una media sonrisa.

—Octavia, no sabía que podías ser tan perra.

Ella había visto el truco de Octavia.

Esto había dejado a Octavia atónita. Luego, se volvió avergonzada.

—¡Atrapado?

—Es obvio. Soy una mujer y cuando uso este truco, sigues siendo un niño —Florencia sonrió con conocimiento de causa.

Octavia movió los dedos avergonzada.

—Lo siento, abuela. Te he utilizado.

Debe arruinar su imagen ante Florencia.

¿La despreciaría?

Florencia se dio cuenta de la inquietud de Octavia y se rió:

—No pretendía culparte. En realidad, estoy contenta.

Octavia se quedó sorprendida antes de mirar a Florencia confundida.

—¿Feliz?

—Sí —Florencia asintió.

preguntó confusa Octavia mientras se sentaba junto a la cama.

—¿Por qué?

—Tal vez esté aliviado.

—¿Aliviado?

—La abuela me contó mucho sobre su historia. Es interesante.

—¿De verdad? —Julio le acarició el pelo con cariño.

Octavia le quitó la mano de la cabeza de un manotazo.

—¡Deja eso! ¡No soy una mascota! Por cierto, ¿por qué tardas tanto en volver?

Julio la cogió de la mano y se dirigió a la mesa.

—He recibido una llamada por videoconferencia en el camino.

—De acuerdo —asintió Octavia.

Empezaron a poner la mesa.

Florencia se sentó en la cama, mostrando una sonrisa de satisfacción.

Podía dejar de lado sus preocupaciones.

No se distanciaron por la desagradable experiencia.

Se veían bastante bien.

—Abuela, la cena está lista —Octavia se acercó a la cabecera con un plato y devolvió a Florencia a la realidad.

Florencia agitó la mano.

—Soy vieja, pero no estoy lisiada. Puedo comer sola. Muy bien, vamos a comer. Julio.

Julio dejó entonces el tenedor y se dirigió hacia la cama.

Octavia insistió en alimentar a Florencia sin importar cuánto la persuadiera.

Julio llenó su cuenco con mucha comida, esperando que Octavia pudiera comer algo mientras alimentaba a Florencia.

Pero Florencia rechazó el favor de Octavia.

Honestamente, será mejor que Florencia se lo coma ella misma.

Eso haría que Florencia se sintiera mejor.

Florencia solía ser fuerte y dura, así que ¿cómo podría aceptar ser un anciano que ni siquiera puede ocuparse de su vida?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Carta Voladora Romance