Carta Voladora Romance romance Capítulo 708

—Te acompañaré allí después del desayuno —dijo Julio.

Octavia asintió con la cabeza.

Se levantaron, se lavaron y salieron del dormitorio.

Justo cuando Octavia se disponía a ir a la cocina a cocinar, sonó el timbre de la entrada del salón.

—Julio, está sonando el timbre —le dijo Octavia a Julio, que estaba preparando café frente a la mesa de café.

Julio sirvió el café preparado y luego respondió:

—Debe ser Félix. Ha comprado el desayuno para nosotros.

—¿Le pediste que hiciera eso? —Octavia levantó una ceja.

Julio asintió.

—Le envié el mensaje cuando me desperté.

Después de hablar, se dirigió a la entrada y abrió la puerta.

Como era de esperar, en la puerta estaba Félix.

—Entra —Julio soltó el pomo de la puerta y se volvió hacia el salón.

Félix le siguió por detrás con la caja del desayuno.

En el salón, Félix saludó con la cabeza a Octavia, que estaba sentada en el sofá y bebiendo el café preparado por Julio.

—Buenos días, señorita Carballo.

—Buenos días, Félix —sonrió Octavia y saludó.

Félix puso el desayuno en la mesa del comedor y dijo:

—Por cierto, señor Sainz, cuando venía hacia aquí me dijeron que había innumerables reporteros fuera tanto de Goldstonemo de nuestra empresa.

—Entendido —Al escuchar las palabras de Félix, Julio asintió con una expresión fría, sin sorprenderse en absoluto.

Octavia tampoco se sorprendió. En cambio, bebió el café con calma.

No era la primera vez que era trending topic, e incluso era más conocida que algunas estrellas.

Cada vez que Octavia se convertía en trending topic, los periodistas la seguían a todas partes.

Por ello, mantuvo la calma al oír que fuera de Goldstone había muchos periodistas.

Después de todo, Octavia estaba acostumbrada.

Al ver que tanto Octavia como Julio mantenían la calma, Félix se quedó sin palabras.

Octavia y Julio no le prestaron atención.

Por lo tanto, Félix pensó que no tenía que estar tan inquieto.

Encogiéndose de hombros, Félix no dijo nada y siguió sacando el desayuno de la caja.

Al cabo de un rato, el desayuno estaba listo.

Félix miró a Octavia y Julio sobre la mesa de café.

—Sr. Sainz, Srta. Carballo, es hora de comer.

—Vamos —Julio dejó el café y se levantó, agarró la muñeca de Octavia y la llevó a la mesa del comedor.

Después del desayuno, eran las ocho y media.

Había una hora y media antes de la conferencia de prensa. Octavia podía ir al banco y volver a Goldstone antes de que la conferencia de prensa comenzara.

De camino al banco, Julio pensó de repente en algo, y giró la cabeza para mirar a Octavia, que estaba escribiendo en el teléfono.

—Pequeño Arce.

—Sí —Octavia lo escuchó y miró a Julio.

—¿Qué pasa?

—Has dicho que los vídeos de Susana y Débora intimidándote están guardados en la caja fuerte del banco, pero ¿dónde está el certificado de adopción? Si no tienes un certificado de adopción, cómo puedes explicar al público que Hugo te adoptó —Julio frunció el ceño con expresión solemne.

Octavia no sabía que era la hija de Arturo, pero Julio lo sabía.

Octavia fue robada de Arturo por Hugo, no fue adoptada de un orfanato, por lo que no necesariamente tenía un certificado de adopción.

Al fin y al cabo, Lina estaba en trance por la muerte de su primer bebé, Iris Carballo. Hugo adoptó a Octavia porque quería que ésta consolara a Lina.

De ser así, no habría necesariamente un certificado de adopción.

—¿No lo sabes? —Julio miró la maleta y preguntó.

Octavia negó con la cabeza.

—No lo sé. Aparte de lo que me dijo mi padre, no sé nada al respecto.

—Sólo ábrelo y echa un vistazo —Julio dijo:

—De todos modos, tienes que abrirlo si quieres la tarjeta de memoria.

—Tienes razón —Octavia sonrió y empezó a girar el pomo.

Sabía que la contraseña era su cumpleaños. Hugo se lo dijo después de meter la maleta en el banco.

Octavia siempre lo tuvo presente.

Un clic rompió el silencio.

Cuando Octavia giró el pomo según el último número, se oyó un clic en la cerradura de combinación.

Octavia sonrió sorprendida.

—Está abierto.

Julio dejó de apoyar la cabeza y retiró el codo del reposabrazos de la puerta del coche.

Octavia agarró ambos lados de la maleta con las dos manos, levantó la parte superior y abrió la maleta.

Inesperadamente, además de la tarjeta de memoria y el certificado de propiedad inmobiliaria que Octavia conoció a tiempo, el resto era un producto de seda doblado y un conjunto de ropa de bebé.

Octavia estaba atónita.

—¿Por qué mi padre guardaba la ropa de bebé dentro? ¿Y qué es este producto de seda?

Octavia lo frotó y sintió que era tan suave como el algodón. Se sorprendió.

—¿Es una colcha?

Después de eso, Octavia sacó la colcha, la desdobló con cuidado y comprobó que efectivamente era una colcha.

Más exactamente, parecía más bien un pañuelo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Carta Voladora Romance