En la interfaz, se demostraba que la grabación seguía activando, lo que significaba que todo lo que hablaban había sido grabado.
La cara de Paloma se puso pálida al instante.
Sí que era holgazana y arrogante, pero no era tonta.
Sabía lo escandalosas y excesivas que habían sido sus palabras, y si Isaias publicara la grabación, la reputación de la familia Alguacil quedaría arruinada.
Acto seguido Paloma maldijo con la cara enrojecida por el enojo:
—¡Zorra! ¡¿Cómo puedes ser tan vil?!
Isaias sonrió levemente y refutó:
—No, no soy vil. Solo es que no me hace falta ser cortés con gente despreciable como tú.
Al ver que la situación no estaba en su favor, Selena se apresuró a entremeterse:
—Isaias, no te enfades. Malentiendes a Paloma. No era intención suya ponerte en ridículo. Simplemente, cree que este vestido no es adecuado para ti y no quiere que gastes dinero para nada. Hay muchos otros vestidos bonitos en la tienda, ¿por qué no eliges otro que te queda más?
Isaias hizo una mueca burlona ante las palabras de su supuesta hermana.
«Je, je, mira esta Selena, realmente es un perro fiel de Paloma y una buena en desfigurar los hechos.»
Si alguno que no supiera lo que estaba pasando escuchara las palabras dichas, seguramente pensaría que Isaias solo discutía con Paloma sobre si la ropa le quedaba bien o no.
Desgraciadamente, Isaias no era tonta y naturalmente no se dejaría llevar por sus disparates.
Isaias preguntó con cara inexpresiva:
—¿Oh? Entonces, ¿por qué ella me acusa de manchar el vestido de su tienda familiar y por qué prefiere poner el vestido que he elegido a un perro en vez de vendérmelo?
Selena se quedó atragantada ante su pregunta y no pudo pronunicar ni sola palabra por un momento.
A estas alturas, Selena no pudo evitar sentirse un poco molesta con la acción impulsiva de Paloma.
Al principio, tanto ella como Paloma querían humillar a Isaias para darle una buena lección, pero ahora al revés la situación estaba en el favor de Isaias por la acción imprudente de Paloma y, estando bajo control de ella, sería inútil para ellas sofisticar más.
Al ver esto, Paloma dijo enfadada:
—¡Selena! ¿Por qué hablas tanto con ella? ¡¿Y qué si he dicho que ella es peor que un perro sin hogar?! No creo que se atreva a publicar esta grabación.
Isaias sonrió levemente y dijo:
—Tienes razón. Es cierto que no expondré la grabación. Al fin y al cabo, aunque Thiago y yo hemos roto, no puedo afectar la relación armoniosa entre tu familia y la mía.
Tras una breve pausa, continuó:
—Pero he oído hablar de que tu padre siempre es muy estricto contigo y que el mes pasado te dio una dura paliza por el alboroto que armaste afuera. ¿Crees que él te golpeará de nuevo si le envío esta grabación ahora?
Tras oír las palabras de esta, Paloma mostró un destello de miedo en los ojos, pero muy pronto, lo disimuló y maldijo con los dientes apretados:
—¡Eres una desvergonzada total!
Isaias puso una cara inexpresiva sin tomarse en serio la ira de Paloma.
—Lo siento mucho.
Isaias sacudió la cabeza y dijo:
—¿Tu familia nunca te enseñó cómo disculparte? Debes decir el nombre de la persona a la que vas a pedir el perdón y decir que te equivocaste, ¿entiendes?
Paloma se puso tan enfadada que su cara se quedó pálida, pero al encontrarse con la mirada determinada de Isaias, soportó el enfado y dijo en voz alta:
—Isaias, siento mucho haberte ofendido. Sé que me equivoqué, por favor perdóname esta vez.
Solo entonces Isaias sonrió, le dio una palmadita suave en la cabeza y dijo:
—Así es, buena niña. Tú y yo crecimos juntos, por supuesto que no voy a hacerte daño.
A su vez, Paloma Miró fijamente a Isaias con enfado y dijo:
—¡Borra la grabación ahora mismo!
Isaias siempre era una persona de palabra y no quería enemistarse con Paloma, así que eliminó inmediatamente la grabación como había acordado.
Paloma se sintió entonces aliviada.
Después de borrar la grabación, Isaias no quiso quedarse más allí, por lo tanto, se dirigió a la salida con el vestido después de pagar la cuenta.
Sin embargo, Paloma se precipitó de repente a su espalda...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Casualidad Destinada