Estaban en la entrada de la iglesia, una estructura imponente de piedra color gris. Los reflejos del sol le daban un brillo amarillo en el frente del lugar. Aun sin soltar su mano, Hunter la llevo al interior. El lugar estaba completamente vació, a Samy le costaba hablar, ya que el mas mínimo susurro hacia eco. Se sentaron en uno de los tantos bancos cerca del altar. Hunter veía en silencio las estatuillas religiosas y el enorme Cristo delante de ellos. Samy sostenía su mano sin aflojar el agarre, hasta que Hunter tomo una bocanada de aire.
-Mis padres me abandonaron en este lugar.- Soltó desanimado, Samy no entendía nada, pero no quiso interrumpirlo.- Mis padres eran un asco, crecí rodeado de armas, drogas y dinero sucio. Cuando las cosas al parecer se pusieron bravas, ambos me dejaron en este lugar. Tenia nueve años, trate de olvidarlo todo, pero el rostro de mi madre aun sigue presente.-Meneo la cabeza reprimiendo la angustia.- Las personas de aquí me acogieron y me dieron todo lo que necesitaba, aquí también conocí a mis padres adoptivos, Erin y Dominic.-
-Santo dios Hunter, porque nunca me dijiste nada?- Pregunto Samy acercándose mas a el y acomodando la cabeza en su hombro.
-Quise olvidar absolutamente todo, pero es imposible. El tiempo que estuve en este lugar, Erin y Dom siempre me traían algo para comer y ropa. Estuve casi un mes hasta que fui a un hogar para niños con situación de calle. Allí trataba de vivir pacíficamente pero los niños mas grandes hacían de mi estadía un infierno. No me preguntes como llegaron a ese sitio, pero esta familia que no tenia la obligación de ayudar. Un día llegaron y me dijeron que tomara mis cosas que tenia un nuevo hogar. Te lo juro Samy, verlos allí parados esperando por mi, fue lo mas hermoso que vi en mi vida.-
Samy no quería seguir preguntando, no hacia falta, Hunter había abierto su corazón sin que ella se lo pidiera, pero porque lo haría? Lo que había pasado una hora antes no tenia nada que ver con esto. Hunter tenia los ojos mas hermosos del mundo, y verlos empañados de lagrimas le dolió inmensamente el alma.
-Me comporte como un imbécil antes de conocerte, hacia estupideces, peleaba todo el tiempo, y yo sabia que era por el resentimiento hacia mis verdaderos padres. Luego de conocerte, mi nivel de estupidez bajo totalmente. Y mis padres saben que ese cambio fue gracias a ti.-
Involuntariamente Samy tomo su rostro entre sus manos, y le sostuvo la mirada con una sonrisa.
-Eres una persona excepcional, no te sientas mal por un pasado que ya no volverá. Piensa las vueltas que te dio la vida para estar hoy, aquí conmigo.-
-Sam...- Quiso hablar Hunter, pero ella no lo dejo.
-Yo... siento, mejor dicho sentía vergüenza de mi cuerpo.- Soltó Samy volviendo a acomodarse en el hombro de Hunter.- Desarrolle mucho antes que todas mis compañeras y esto genero que me dejaran de lado, se burlaban de mi, hablaban a mis espaldas, y los niños que siempre me molestaban, comenzaron a estar encima mio. De a poco quise, no se, esconderme un poco. Y de repente comencé vistiendo con ropa de mis hermanos, lo cual soluciono el tema de la envidia de mis compañeras.- Sonrió con melancolía al recordar.
-Una vez quise preguntarte cuando habías comenzado a vestirte así, pero temía que te molestaras.- Dijo Hunter con una sonrisa.
Ambos respiraron profundamente, como si se hubiesen sacado un gran peso de encima y se mantuvieron uno al lado del otro tomados de la mano. Hunter tenia intensión de hablar seriamente con Samy, no quería dejar pasar esta oportunidad. Si el ataque de celos era por que sentía algo por el, debía aprovechar la jugada.
-Tienes algo con Anna?-Se adelanto a preguntar Sammy.
-Y si así fuera, tu que harías?- Miro a Samy esperando su respuesta. Notablemente su cuerpo se tenso y lentamente se aparto de su lado, como si el roce la quemara.
-Sam, dime por favor que sientes lo mismo que yo. Porque después de haberte dicho todo esto, no podre vivir en paz si me dices que no me quieres.- Samy lo miro con detenimiento, acaricio su mejilla y sonrió.
-Te amo Hunter. Maldito seas, estoy enamorada de ti. Estas calado en mis huesos y te odio por eso, porque no puedo hacer nada sin pensar primero en ti.-
Toda palabra, todas las dudas y todo pensamiento se disolvió como agua cuando Hunter se inclino y la beso en el cuello lentamente. A Samy se le escapo un leve gemido, no entendía como era posible, no poder controlar aquellos sonidos que brotaban de su garganta. La sensación de posesión de sus labios, absorbiendo su sabor y su humedad, la dejaron como embriagada. La beso como si fuese la ultima oportunidad de saborear sus labios, jugueteando con su lengua . Samy estaba expectante a sus movimientos y sin poder resistir mas, paso sus brazos por detrás del cuello, apretándose aun mas a Hunter.
Luego del largo y apasionado beso, ambos sentían como si estuviesen agotados, por lo que Hunter insto a Samy a sentarse en el suelo, miro directamente a los aturdidos ojos de ella, quien se sorprendió a si misma riendo como una tonta, besándolo nuevamente. Se quedaron un instante inmóviles, sonrojados y mirándose fijamente.
-Tengo miedo.- Dijo Samy con algo de timidez.
-Lo se, Sam.- Respondió con ternura- Pero tendrás que confiar en mi.-
Confiaba en el, lo amaba con locura. Eran muy distintos en muchos aspectos, pero eso no dificultaba para nada su amistad. Lo que realmente le preocupaba a Samy era saber si realmente estaban hechos el uno para el otro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETA) Cuéntale que me Amas