(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 33

Luego de tomarnos un par de horas con Mia, analizando, organizando y decidiendo cosas para arreglar los problemas, pudimos llegar al fin del asunto. Todavía nos quedaba arreglar el tema con terceras personas pero entre nosotras dos ya teníamos una idea de como accionar.

Cuando finalizó nuestra mini reunión, me tomé un tiempo para mi, dado a que no estaban Sam ni Samuel. Me di un baño de burbujas, exfolié e hidraté mi cuerpo, realicé una extensa rutina de cuidado fácil y encendí velas aromáticas para darle un relajante fin a este agradable momento. No tenía idea cuánto tiempo me tomó todo eso pero sé que había estado un buen rato, ya estaba bajando el sol y me sorprendió notar que seguía siendo la única en la habitación de hotel.

Ya habían pasado varias horas desde que se fueron, no quería alterarme pero la noche ya se estaba haciendo más evidente. He intentado contactar a Sam todo este tiempo desde que termine de arreglar todo en el hotel pero ella ha ignorado todas y cada una de mis llamadas.

—¿Por qué no me contesta? ¿Le habrá pasado algo? ¿Se habrán perdido?— era la primera experiencia de estas que tenía, mi mente se estaba saliendo de control.

—Tranquila, Alice. Estoy segura de que ella y tu hijo están bien— estaba tan alterada que tuve que molestar a Mia y pedirle venir, ella trataba de calmarme pero no había manera.

Estaba a punto de arrancarme los cabellos de la desesperación pero fue cuando ambas nos volteamos ante el sonido de la puerta abriéndose para dejarnos ver a una sonriente Sam entrar con un tranquilo Samuel.

—¿Dónde estabas? Me tenías con el corazón en la boca— mi alma había regresado a mi cuerpo básicamente.

Aún con mis piernas temblando, caminé lo más rápido a ellos, me acerqué al cochecito y tomé entre mis brazos a un muy dormido Samuel, eso explicaba el silencio.

—Mi pequeña Luz, te extrañé tanto— no mentiría si dijiera que estaba a punto de largarme a llorar, toda la emoción que cargué estas horas, me alborotaron.

—Perdón, Alice. Solo nos distrajimos un poco porque nos encontramos con Edward McQuoid— hubiera querido oir que se perdieron, que pasaron la tarde comprando o no sé... pero que se encontraran con él ¿JUSTO EN LONDRES? era de no creer.

—¿Edward? ¿Está aquí? ¿Te vio?— espero que Sam haya sabido lidiar con la situación, el mejor de los casos es que no se hayan visto.

—Así es— me respondió una tímida Sam.

—¿Vio a Samuel?— Ay Dios, mi presión estaba subiendo por los cielos en este momento.

—Pues, claro, no pude ocultarlo, ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Que hiciera rodar su carrito hacia no sé dónde mientras charlabamos?— tengo que admitir que imaginarme eso me dio un poco de gracia pero eso no me saca de este estado de shock.

—¿Te hizo preguntas sobre él?— tenía que estar al tanto de todo lo que había ocurrido.

—Alice, está bien. Él se creyó todo el cuento de que es adoptado, no sospecha nada— su tono de voz me dio a entender otra cosa, pero elijo creer.

—Disculpen, ¿me perdí de algo? ¿Samuel no es adoptado?— Ambas nos miramos heladas al percatarnos de que nos habíamos olvidado de Mia.

—Mia, nadie puede enterarse de esto. Tendría muchos problemas— aún con una mirada de confusión en su rostro, procedió a asentir como si estuviese acostumbrada a todo —Gracias, Mía.

—Entonces, ¿el padre es...?— ahí estaba, esto no podía acabar tan fácil.

—Ese es el problema, Mia. No estoy segura de quién sea— ella se quedó observándome con una cara que parecía decirme "Mujer impura ¿Cómo hiciste eso?".

—No me mires así, Mia. Es posible de que sea tanto de Nicolas Augier como de David Lancaster no estamos seguras— eran un cincuenta y cincuenta de posibilidades.

—Malditos paparazis chupasangre— Sam estaba igual enfurecida que yo

—Si ya todos lo saben... no veo el por qué de que no vuelvas— nuestra relación era muy buena para ser real, ya tenía que decir algo pasado.

Sabía que algo como esto iba a suceder en cuanto pusiera un pie fuera de mi escondite pero tomamos todos los recaudos posibles para que no pasara.

—Es cierto, Alice. Ya todos saben sobre el bebé. Tan solo tienes que volver y mantener la mentira a la prensa de que es adoptado y todo estará bien— no sé si volvería definitivamente, pero por lo menos tengo que 'aclarar' las cosas— Tu vida volverá a la normalidad.

—David y Nicolas de seguro ya vieron esto, ¿Qué estarán pensando?— esta reaparición estaba siendo cada vez peor.

—Con más razón debes volver, ¿Crees que ese par de locos se quedarán tranquilos pensando que tal vez tienen un hijo? Tienes que volver y dar la cara o la duda seguirá creciendo— es hora de tomar decisiones, de nuevo.

Mientras Sam hablaba, en mi se debatía una batalla de pensamientos. ¿Qué tal si Nicolas y David no se creían lo de la adopción y exigían una prueba de paternidad o algo así?

—¡Alice!— voltee exaltada ante su llamado, estaba muy perdida —¿Qué decidirás?

—Está bien, volvamos, ya no podré seguir ocultándome por más tiempo.

Así fue como, en la que era una tranquila mañana, tuvimos que tomar apresuradas y arriesgadas decisiones para resguardarnos la espalda.

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