Con hermanastros romance Capítulo 8

Al abrir los ojos, vi a Max colgando sobre mí. Me separó más las piernas y, durante unos segundos, admiró mi pubis afeitado. Así como mis delgados labios sexuales con un clítoris saliente. La emoción recorrió mi cuerpo.

- Oh, buena hermana. No puedo tener suficiente de ti. Tuvimos suerte de follar con una chica así. – dijo y acarició mi muslo. – Y haremos que tu trasero funcione.

- ¿Qué quieres decir? - Miré a mi hermano con recelo.

- ¿Tu trasero aún no funciona?

- ¡No! - respondió nerviosamente, más bien por el miedo que se apoderó de mí.

- ¿Nunca ha probado el sexo anal? - Pasha, que había estado en silencio antes, intervino en la conversación.

- ¡No! ¡Y ni siquiera quiero intentarlo!

– No sabes lo lindo que puede ser ... - ronroneó Max y comenzó a deslizar el dedo en la entrepierna de una entrada a la otra.

- ¡Max, no! ¡No quiero, hoy no!

- Entonces, lo intentaremos - sonrió y continuó estudiando mis agujeros. - Bien. Relájate y no temas nada.

Se me escapó un gemido cuando presionó y un dedo se deslizó por el ano hasta el intestino. Sentí movimientos de rotación y presión en las paredes internas.

- ¡Max, no lo hagas! ¡Me lastima!

– Te duele? – preguntó Max y simultáneamente con la pregunta penetró aún más en mí. - ¿Alguna vez te has metido algún objeto en el culo?

- ¡No! - se me puso la piel de gallina.

Max insertó fácilmente otro dedo en mí, y dijo que si no lo haces con el dedo, sino con una polla, todo será mucho más placentero.

- La polla es mucho más suave, caliente y elástica.

– Hermana, ¡no seas caprichosa! ¡Cómo lo educaremos y capacitaremos si rechaza un paso tan importante! – Pasha intervino nuevamente en la conversación. – Túmbate boca abajo y no tengas miedo de nada. No se sentirá bien al principio, pero luego le gustará.

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