Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 101

Abram se queda atónito. Mira al enfadado Emilio y le pregunta:

—¿Qué pasa?

Luna está débil y le cuesta hablar, pero mira a Emilio con rabia y grita,

—Emilio, ¿qué quieres decir? Será mejor que lo expliques claramente.

—¡No necesito explicarlo! Mi lesión es la mejor prueba.

Emilio se acerca a Luna con la mano izquierda levantada y la obliga a ver con claridad,

—¡Mira, esta es la prueba de que tu adúltero me asesinó! ¡Zorra! Estás deseando estar con tu amante poco después de casarte conmigo. Estás deseando que tu adúltero me mate.

—¡Luna, no sé si eres tan viciosa! ¡Quieres matar a tu marido!

La sangre de la mano izquierda de Emilio se ha coagulado. Las manchas de sangre y las heridas son terribles. Luna le aparta la mano y ruge,

—¡No sé de qué estás hablando! ¡Yo no he hecho eso! Emilio, estás loco.

Pero a Luna le siguen saltando las sienes. La intuición le dice que debe haber pasado algo; si no, Emilio no estaría tan enfadado.

¡Pero ella no hizo lo que dijo Emilio!

—Ja, ja...

Al oír esto, Emilio se ríe. Se ríe con locura, de forma horrible y temblorosa. Abofetea a Luna con su mano izquierda ensangrentada y se mofa,

—Luna, no tienes que fingir más. Cada vez que te veo fingiendo, me siento mal.

Con eso, no escucha la explicación de Luna y le dice a Abram que está en la puerta,

—¡Encuentra a Macos! ¿Cómo se atreve a encontrar a alguien para matarme? ¡Le haré saber hoy que no es fácil meterse conmigo!

Al oír esto, Abram comprende que el asesino de anoche fue enviado por Macos. Y envió un asesino para matar a Emilio hoy.

Parece que esto es posible. Macos está compitiendo con Emilio por Luna, por lo que puede amenazar a Emilio de esta manera.

Pensando en ello, Abram sacude la cabeza. Espera que no sea lo que piensa, y si lo es, Macos cabrea a Emilio. Emilio lo castigará severamente.

Abram sólo puede rezar por Macos en su corazón.

Emilio es el padre de los bajos fondos. Rápidamente encuentra a Macos a través de sus relaciones con el hampa y lo atrapa.

Al mismo tiempo, Luna, que no puede salir del hospital, es detenida por Emilio y puesta bajo arresto domiciliario en su casa. Él teme que ella se reúna en secreto con Macos cuando él no se dé cuenta.

—¡Emilio, estás loco! ¡Soy una persona! ¡Soy tu mujer! Emilio, ¿por qué me encierras?

Luna está encerrada en la sala de guantes y no para de dar manotazos a la puerta y de gritar a la puerta.

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