Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 135

Emilio está desesperado. Cree que Luna no está contenta con él por comprarla y matar a Macos por culpa de Anita.

Emilio cree que ella puede perdonarlo siempre y cuando la trate bien.

Después de todo, Macos y Anita no son personas muy importantes para Luna.

¡Pero!

Ahora Emilio sabe que la gatita salvaje es Luna. Entonces la virginidad de Luna le fue dada. Además, ¡el bebé de Luna es suyo!

No puede aceptar el hecho. Y cuando Luna sabe que ella es la gatita salvaje y Emilio es el hombre de esa noche y el padre de su bebé, ¡qué triste e increíble se siente!

Emilio sabe que este hecho es difícil de aceptar, ¡y mucho menos la ha humillado y la ha malinterpretado!

Emilio pensó en Anita como la pequeña gata salvaje. Él malinterpretó que ella era una puta y que tenía una aventura con Macos. ¡Él no se atreve a pensar en todo esto!

¡Él es un imbécil!

Por un tiempo, Emilio cae en un profundo arrepentimiento. ¡Incluso él no puede perdonarse a sí mismo, y mucho menos a Luna !

Abram no puede soportarlo. Sabe que Emilio reaccionará así cuando diga la verdad, pero esa es la realidad.

Tarde o temprano, tienes que enfrentarte a la realidad. No importa cómo escapes, la realidad siempre está frente a ti.

La mejor manera es afrontarlo con valentía.

Abram no puede evitar consolarlo.

—Emilio, no tienes que culparte. Los hechos están frente a ti. Puedes confesarte con Luna y hablar con ella. Creo que ella no es una persona irrazonable.

—Abram, ella no me perdonará —Emilio está muy demacrado en este momento. Ha perdido la confianza. Mira a Abram y le da una sonrisa irónica.

—Conozco tu amabilidad. Necesito pensar un rato.

—Bien —Abram asiente. Ha hecho lo que ha podido. El resultado depende del propio Emilio.

Una cena termina con la falta de apetito de Emilio. Al ver que está de mal humor, Abram le propone ir al bar a tomar una copa.

Iban a beber y celebrar.

Apenas llega Emilio al bar, sigue bebiendo. No importa cómo lo persuada Abram, es inútil.

Abram lo lleva a casa y se va.

...

Cuando Abram se va, Emilio abre sus ojos borrachos. Todavía no puede dormir. Tiene que confesárselo a Luna.

Luna no puede dormir por lo de esta mañana. Tan pronto como cierre los ojos, pensará en Emilio llorando en su cuello.

Parece que las lágrimas de Emilio todavía están en su cuello.

Luna suspira y decide olvidarlo. Va a odiar a Emilio de por vida. ¡Ella no puede ser sacudida por tal bagatela!

Luna cierra los ojos. La sala está en silencio. Cuando está a punto de quedarse dormida, el ruido repentino en la puerta la despierta.

A Luna se le pone la piel de gallina al pensar en lo que dijo Abram. ¿El pervertido quiere insultarla de nuevo?

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