Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 190

Después de sentarse en el sofá, Emilio sigue descontento. Pregunta con impaciencia:

—Abram, ¿te gusta mi nueva secretaria?

—¿Qué? —Abram se congela y mira a Emilio con incredulidad. Sonríe y dice:

—Emilio, ¿en qué estás pensando? ¿Cómo puede gustarme ella? Sólo la vi y la saludé por casualidad. ¿Por qué te importa tanto? ¿Te gusta y te preocupas por ella después de llevarte bien unos días?

Emilio se burla de él e inmediatamente dice con disgusto:

—No lo sé.

—¡Eso es bueno!

Aunque Abram sabe lo que piensa Emilio, sigue fingiendo. Pone su mano en el hombro de Emilio y le dice con una sonrisa:

—A ninguno de los dos nos gusta. ¿Por qué no eres feliz? ¡Anímate! ¡Emilio, luego vamos a hablar de algo importante!

—... —Emilio mira ligeramente a Abram y se calla.

Abram no puede evitar quejarse en su corazón. Le gusta pero no lo admite.

Te gustaba hace seis años. Seis años después perdiste la memoria y te sigue gustando.

Ha estado sufriendo.

Abram parece estar muy ocupado estos días. Le cuenta algo importante a Emilio y se queda media hora antes de irse. Luna quiere preguntarle si quiere comer con ella, pero él tiene prisa y no quiere molestarle.

A mediodía, Emilio dice que hoy no comerá con ella. Irá al hospital y acompañará a Felicia.

¿Necesita que coma con ella?

Luna hace un mohín de desprecio y no puede evitar preguntarle por la salud de Felicia.

—Ella está bien. Hoy le darán el alta y voy a recogerla —Dice Emilio mientras se pone el abrigo.

—Por cierto, reprograma el billete a la ciudad B y organiza el itinerario.

—De acuerdo.

Luna asiente y se muestra un poco molesta.

Después de que Emilio se vaya, Luna quiere abofetearse a sí misma. ¿Qué le ha pasado? No está contenta por Emilio. Con quién quiere estar es asunto suyo. ¡Ella no debería pensar demasiado!

Tal vez el agravio que sufrió en el aeropuerto ese día no se ha disipado, por eso su estado de ánimo es tan depresivo. Si Emilio se atreve a burlarse de ella de nuevo esta vez, ¡debe darle una lección!

Luna tiene hambre cuando piensa.

Abram está demasiado ocupado para comer con ella. Emilio va a recoger a su prometida. Luna no quiere almorzar sola. No tiene mucho trabajo por la tarde. Macos la ayudó cuando le dolía el pie. Ella puede invitarle a comer a cambio.

Así que Luna llama a Emilio para pedirle permiso por la tarde.

Emilio guarda silencio durante un rato. Piensa que no tiene tiempo para ir a la empresa por la tarde, así que lo permite.

Antes de colgar, dice:

—Recuerda venir a trabajar mañana.

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