—¡Bien! —Luna asiente satisfecha y sonríe feliz.
Hace mucho tiempo que no habla así con su hijo. Echa de menos estar con su hijo. Quiere encontrar a su hijo y tenerlo con ella el resto de su vida.
Luna quiere preguntarle dónde está. Conan se ríe triunfalmente. Dice con picardía:
—Así que la defendí con acciones prácticas. Creo que no pasará mucho tiempo antes de que se arrepienta de haber tratado así a mamá.
Las palabras de Conan llaman la atención de Luna. Pregunta con curiosidad:
—¿Qué has hecho?
—Jaja... —Conan sonríe a traición. Siempre que muestra esta expresión, significa que alguien va a tener mala suerte. Conan se hace el misterioso y dice:
—Mañana lo sabrás. ¡Se atreve a intimidar a mi mamá porque no sabe quién es su hijo!
Conan hace reír a Luna. Ella mira a su hijo felizmente y sacude la cabeza y dice:
—No me involucres, o te azotaré.
—No, confía en tu hijo, mamá —Conan se ríe alegremente. Luna sacude la cabeza sin poder evitarlo y se ríe con él.
Su hijo la hace amar y odiar. A veces va demasiado lejos.
Luna recuerda que, cuando estaban en Francia, hizo que la boca de una mujer se hinchara como una salchicha de jamón. Sus padres no la reconocieron cuando llegó a casa. Es más, no pudo comer ni beber agua durante varios días. En cuanto sus labios tocaban algo, le dolía mucho.
Cuando Luna lo supo, le dio una lección a Conan. Era demasiado. Pero a Luna no le gustaba la mujer que juraba. Es más, esa mujer la regañó ese día. Conan estaba tan enfadado que la ayudó.
Así que Luna está indefensa con Conan. Mirando a su adorable hijo en el vídeo, Luna está de buen humor y habla con él. Hace mucho tiempo que no se ven, así que tienen mucho que hablar.
Por fin, Luna recuerda de repente la pregunta que iba a hacer a Conan. Le mira seriamente y le pregunta:
—¿Dónde te esconde tu papá? Mamá te está buscando. ¿Sabes cuánto tiempo lleva mamá sin comer la comida que hiciste? Ahora tengo la cara muy mal porque no he comido la comida que has hecho.
Luna amenaza y pretende dar pena, pero Conan escucha y se hace el sorprendido y mira a un lado.
Entra en pánico y le dice a Luna:
—Mamá, papá va a volver. Voy a colgar primero. ¡Adiós, Mamá!
Conan lo dice rápidamente y el vídeo se interrumpe. La pequeña figura de Conan desaparece de la pantalla.
—...
Luna se queda mirando la pantalla con asombro. Después de un largo rato, dice enfadada:
—Pequeño villano. Le daré una lección cuando lo encuentre.
Luna se calma y se siente molesta.
Ella entendió mal a Emilio. Resulta que él no es lo que ella piensa. Felicia, de alguna manera, obligó a Emilio a quedarse con ella, por lo que malinterpretó a Emilio.
...
El segundo día.
Luna no va a trabajar por los rumores en la empresa. Ayer decidió que si Emilio no la aclara, ¡no volverá a trabajar!
—Espera —grita Emilio.
—¿Qué? —Luna no quita su teléfono y quiere escuchar lo que Emilio quiere decir. Si él no se ocupa de los rumores sobre ella difundidos por Felicia, ella ignorará al bastardo.
Emilio se queda callado un rato y dice:
—Levántate y vístete primero. Te recogeré en tu apartamento más tarde. Vamos a comer.
Luna quiere decir que no, pero se lo piensa. ¿Se acercará a ella en persona para admitir su error? En ese caso, ¡ella le dará una oportunidad misericordiosamente!
Pero Luna no lo deja ir fácilmente. Se burla de él.
—Presidente, ¿se atreve a almorzar conmigo? Si su prometida o uno de los empleados de la empresa lo ve accidentalmente, me considerarán realmente su amante.
—...te llevaré a otro sitio a comer —Emilio finalmente opta por el compromiso.
Pero Luna no está contenta. Ella levanta la voz y dice:
—¿Por qué tengo que escucharte? No voy a ir. A alguien no le importa la fama, pero a mí sí.
Ante el sarcasmo de Luna, Emilio no puede mantener la calma. Dice con impotencia:
—Luna, admito que no lo he manejado bien, por lo que se te ha malinterpretado. Por favor, créeme que ahora he resuelto todos los problemas. Nadie te regañará a tus espaldas.
Luna...
A Luna le late el corazón...
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