¿Se atreve Felicia a hacerlo porque Emilio está siempre ocupado con su trabajo o no le importa?
¿Lo sabe Emilio?
Como Luna ha estado pensando, ella y Conan charlan casualmente y luego interrumpen el vídeo.
Si Emilio no lo sabe, Luna cree haber descubierto un gran secreto.
En cuanto Conan cuelga el vídeo, oye un ruido en la puerta. Cree que Abram ha vuelto, así que finge estar contento. Sale corriendo y grita:
—Tío Abram, has vuelto... ¿Silvana? ¿Por qué estás con el tío Abram...?
Antes de que Conan termine, se da cuenta de lo que está pasando.
Abram está borracho y se recuesta en el hombro de Silvana, y ésta nace fuerte y lo trae de vuelta.
Silvana está agotada en la puerta. Ella agarra el cuerpo de Abram y sin aliento le dice a Conan:
—Apúrate y ayuda a tu tío Abram. Estoy agotado...
—Bien... —Conan corre hacia Abram. De hecho, sólo agarra el brazo de Abram y lo sostiene simbólicamente.
Conan no tiene la fuerza para levantar a Abram.
Silvana está agotada cuando suben a Abram al sofá. Se sienta junto a Abram y se tumba en el sofá. Grita:
—Mierda, me estoy muriendo de cansancio...
Conan los mira. Abram está borracho y Silvana le manda amablemente a casa. Silvana también parece beber mucho. Tal vez sea una bebedora empedernida para no estar borracha.
Efectivamente, Silvana se calma y da una patada a Abram con rabia. Dice enfadada:
—¿Eres un hombre? Sólo puedes beber muy poco.
Conan finge curiosidad y pregunta:
—Hermana Silvana, ¿qué te ha pasado? ¿Por qué bebes tanto?
Silvana está más enfadada. Mira a Abram con rabia y dice:
—Tu tío Abram me pidió que bebiera con él cuando me vio. Si hubiera sabido que sólo podía beber un poco, no le habría acompañado.
Silvana se calma después de quejarse. Le dice a Conan:
—Conan, cuida a tu tío Abram. Me voy. Jugaré contigo la próxima vez.
En cuanto Conan quiere asentir, ve que Abram coge la mano de Silvana y dice:
—No te vayas...
Cuando Conan ve la escena, sonríe y le susurra a Silvana:
—Creo que puedes acompañar al tío Abram. Tengo sueño. Volveré a mi habitación y me acostaré primero.
Con eso, Conan corre de vuelta a su habitación.
Silvana se queda mirando un momento y se tranquiliza. Quiere levantarse, pero está mareada. Silvana vuelve a caer en los brazos de Abram.
Abram la sujeta inconscientemente. Silvana no tiene fuerzas para luchar esta vez. Está débil y mareada.
Silvana tiene sueño, así que no piensa demasiado.
La ingenua Silvana y Abram se abrazan y duermen juntos toda la noche.
...
Cuando Silvana se despierta al día siguiente, abre los ojos y ve su cara más odiada. Tarda varios segundos en darse cuenta de lo que ocurre.
—¡Ah! ¡Joder!
Silvana grita y salta. Le da una patada a Abram.
Abram se despierta por el grito de Silvana. Antes de que pueda reaccionar, le echan de la cama.
—... ¡Ah!
A Abram le duele la nuca. Se toca la nuca y se levanta. De repente, una almohada le golpea en la cara.
—...
La almohada cae al suelo. Abram mira sin palabras a la enfadada Silvana y pregunta confuso:
—Es por la mañana. ¿Por qué estás tan enfadado?
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