Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 250

Sí, Silvana tiene sentido, pero...

Abram se levanta y mira a Silvana. Aunque él y Silvana rompan, debe dejárselo claro a Silvana. Le dice con severidad:

—Pero, ¿qué sabes tú? Ese año Emilio malinterpretó a Luna, por eso la trató así. ¡No sabía que Luna era la gatita salvaje y que él era el padre de su bebé! Es un malentendido!

—Ahora sólo quiero decirles lo que ha pasado y que dejen de odiarse. Pueden comunicarse bien. ¿Por qué tienen que romper?

—¿Qué quieres decir? —Las palabras de Abram llaman la atención de Silvana. Ella ignora los gritos de Abram. Mira a Abram y dice incrédula:

—¿Quieres decir que Conan es el hijo de Luna y Emilio?

Silvana finalmente se da cuenta del problema más crítico. Abram asiente y dice:

—Sí, Conan es su hijo. Ahora sabes por qué lo hice.

—No... —Silvana retrocede conmocionada. Está aturdida. ¿Cómo es posible? Conan es el hijo de Luna y Emilio. ¿Por qué nunca ha escuchado a Luna mencionarlo? ¿Por qué?

Si lo que dice Abram es cierto y Conan es el hijo de Luna y Emilio. ¿Luna...?

Silvana está confundida. Vuelve a mirar a Abram sorprendida. De repente se gira y corre hacia la puerta y grita:

—¡No! ¡No lo creo!

Con eso, Silvana sale corriendo rápidamente.

—Silvana, ¿a dónde vas? —Abram ve que Silvana no se lo cree y corre como si la hubieran golpeado. Está muy preocupado.

Silvana está emocionada ahora. ¿Y si le pasa algo?

Abram está preocupado y sigue a Silvana.

Silvana sale corriendo y se sube a un taxi. Abram la sigue y no puede detenerla. Conduce su coche y sigue al taxi de Silvana.

Abram se está poniendo nervioso. Está un poco familiarizado con la dirección de Silvana.

Abram no sabe por qué le resulta familiar esta dirección hasta que llegan. ¡Silvana llega al apartamento de Luna!

Silvana se baja rápidamente del taxi y sube corriendo las escaleras. Abram no tiene más remedio que detenerse y seguirla.

...

Luna está vestida y lista para ir a trabajar. Cuando se pone los zapatos, oye el timbre de la puerta. Luna abre la puerta y encuentra a Silvana de pie jadeando en su puerta y con cara de enfado.

—Silvana, ¿qué pasa? ¿Qué ha pasado? —Silvana parece seria, así que Luna tiene un mal presentimiento.

—¡Luna! —Silvana pone la mano en el panel de la puerta y mira a Luna. Le pregunta:

—¡Dime si Conan es hijo tuyo y de Emilio!

—¿Conan? —Luna está nerviosa. ¿Por qué Silvana sabe el nombre de su hijo?

Mira fijamente a Silvana y pregunta con dudas:

—¿Qué ha pasado? Dímelo rápido.

Luna ve que se están peleando. A pesar de su confusión, sonríe y dice:

—Siéntate primero en el sofá. Te serviré agua.

Con eso, Luna se cambia los zapatos y va a la cocina a servir dos vasos de agua. Vuelve al salón y les pone el agua delante. Se sienta y dice:

—Dilo. Te escucharé.

Mientras Luna está sirviendo agua, Silvana y Abram se pelean con los ojos. Cuando oyen a Luna, se giran y la miran seriamente y dicen al unísono:

—Te diré...

Silvana y Abram se miran y vuelven a decir al unísono

—¡Yo hablo primero!

—¡No! Déjame decirlo. ¡El bastardo no merece hablar con Luna! —Dice Silvana enfadada.

—Lo digo yo. Eres tan emocional. Estás obligado a distorsionar la verdad —Abram replica.

—¡No! ¡Lo digo yo! Nosotros...

—¡Detente! No discutas. Iré a trabajar más tarde —Están discutiendo todo el tiempo y no le dicen nada a Luna.

Luna los interrumpe con impaciencia. Luna mira a Abram y dice:

—Abram primero.

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