Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 263

Está dispuesto a agachar la cabeza para que ella vuelva a trabajar. Luna realmente no puede entender la idea de Emilio, pero éste acepta para que ella no pueda seguir avergonzándolo.

Luna está muy satisfecha y no puede evitar sonreír:

—Vale, pero nos acabamos de levantar y no hemos desayunado. Desayunaré antes de ir a trabajar.

No importa lo que pida Luna, Emilio accede tranquilamente. Emilio le hace una seña a Conan para que venga y los lleve a desayunar cerca.

En el coche, Luna lleva a Conan a sentarse en el asiento trasero. Conan le susurra al oído:

—Mamá, ¿sabes que eras tan engreído que la gente quería pegarte?

Luna le mira y extiende la mano para coserle la boca. Hay una amenaza en sus ojos.

Conan hace un movimiento para coser también su boca. Se sienta tranquilamente a un lado y deja de hablar.

Ahora hay demasiado silencio. Emilio los lleva a desayunar a una tienda cercana. Después del desayuno, Emilio mira a Conan y le pregunta:

—Conan, mamá irá a trabajar más tarde. ¿Y tú? ¿Quieres ir a trabajar con mamá? No necesitas estar solo en casa y aburrido.

¿Ir a trabajar con mamá? Él se interpondrá entre mamá y papá.

Conan sacude la cabeza y se niega:

—No, mejor me quedo solo en casa y espero a que llegue mamá.

Aunque sea por el bien de mamá, Emilio sólo piensa que Conan es inteligente y sensato. Cree que el niño es un talento.

Emilio sonríe y pregunta:

—¿Quieres estar solo en casa? ¿Qué tienes para comer? ¿Qué haces cuando tienes hambre?

Tras la pregunta de Emilio, Conan se limita a sonreír:

—No importa. Pediré yo mismo.

Las palabras de Conan hacen que Emilio frunza el ceño. Pregunta con inquietud:

—¿Y si te secuestra el repartidor? Tu mamá estará preocupada por ti.

Ante las palabras de Emilio, Conan mira a Luna. Ella está desayunando y no se preocupa por él en absoluto.

Luna desayuna tranquilamente y hace oídos sordos a las palabras de Emilio. Cuando estaban en Francia, Conan estaba solo en casa. Cocinaba y jugaba solo. Si lo lleva al trabajo, le dará problemas.

Luna no habla y Conan le dice ingenuamente a Emilio:

A Conan no le suele gustar ir donde hay mucha gente. Al principio se niega, pero ahora de repente acepta. Debe estar tratando de hacer una broma.

Sin embargo, ante los ojos de Luna, Conan se limita a dedicarle una sonrisa pícara, lo que hace que Luna se sienta amenazada. Pero Emilio está allí, y no pregunta mucho.

Después del desayuno, Emilio les lleva a la empresa. Aunque toman directamente el ascensor del presidente, cuando entran en el Grupo Palacio, atraen la atención de mucha gente.

Al sentir las miradas de sorpresa de los demás, Luna entiende de repente por qué Conan aceptó. ¡Resulta que quiere lucirse!

Su cara es como la de Luna. Sus ojos son como los de Emilio. No importa dónde vayan los tres, los confundirán con una familia de tres.

Muchos empleados comienzan a hablar en privado. Algunos sospechan que Luna es la amante de Emilio y que viene a la empresa con su hijo para lucirse. Algunos se preguntan por qué Conan se parece a ellos y cuál es su relación.

Todos dudan y discuten, pero delante de Emilio no pueden hacer ruido. No se atreven a discutir tranquilamente hasta que Emilio se va.

La explosiva noticia es muy impactante. Después de un tiempo, toda la empresa sabe que Emilio llega a la empresa con un niño parecido a él y a Luna, pero no saben por qué lo hace.

Emilio ve sus pensamientos en sus ojos y se siente un poco engreído. Es una buena sensación. Algunos piensan que son como una familia. Esos comentarios le producen una gran satisfacción. De todos modos, Luna será su esposa tarde o temprano.

Emilio y Conan están muy satisfechos. Sólo Luna es infeliz. Se arrepiente. No debería haber dejado que Conan viniera aquí. ¡No pensó en la posibilidad antes!

Dios, antes era considerada una amante. Ahora la aparición de Conan les convence de que es una amante.

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