—¡Qué te ha pasado en el Grupo Palacio! ¿Por qué tienes este aspecto? ¿Eres tonto?
Por fin, el jefe golpea furiosamente la mesa. El audaz colega del departamento de ventas comienza a narrar lo que ha sucedido en el Grupo Palacio esta mañana.
Resulta que cuando llegaron allí, fueron tratados ceremoniosamente. Cuando la recepcionista se enteró de que eran de la empresa de diseño, los recibieron arriba. Su actitud fue muy respetuosa.
Más tarde, Alicia fue llamada a una oficina como única mujer. El compañero de ventas pensó que iban a negociar el proyecto de cooperación, por lo que quiso entrar, pero le pararon fuera.
El colega se sorprendió al principio. Después pensó que tal vez sólo querían escuchar el concepto de diseño, así que no le importó y se quedó fuera esperando.
Pero en ese momento empezaron a suceder cosas extrañas.
El compañero se detiene y no continúa.
El jefe dice con disgusto:
—Continúa. ¿Por qué no lo dices?
El colega masculino mira a Alicia y le dice al jefe con dudas:
—Alicia te dirá lo que pasó más tarde.
Alicia se estremece un poco cuando le oye mencionar su nombre. Mira con inquietud al jefe y luego a Luna. Cuando el jefe está a punto de perder los nervios, ella vacila:
—cuando llegué a la oficina...
La experiencia de Alicia es más colorida.
Cuando Alicia entró en el despacho, se encontró con que sólo había un hombre en la oficina y la expresión de ese hombre era terrible. Parecía querer comérsela. En cuanto vio a Alicia, le preguntó en voz alta quién era. Alicia estaba pálida de miedo. Tartamudeó su propósito.
Como resultado, el hombre se puso más terrible cuando escuchó su nombre y compañía. Le dijo enfadado a Alicia que se fuera y la dejara...
—¿Qué? Vamos —El jefe está un poco insatisfecho con la timidez de Alicia, y su tono no es bueno.
Alicia tiembla ante las palabras del jefe. Luna se queda parada y preocupada. No puede evitar acercarse a ella y darle una palmadita en el hombro para que se relaje.
Alicia lanza una mirada de agradecimiento a Luna. Sus ojos siguen siendo extraños. Alicia gira la cabeza para mirar al jefe. Después de un largo rato se arma de valor y dice:
—¡ese hombre me pidió que dejara que Luna se acercara a él en persona!
—...
Las palabras de Alicia callan a toda la oficina. No sólo Luna está sorprendida, sino también el jefe.
Se dice lo más importante, y no hay nada terrible detrás, pero Alicia sigue avergonzada.
El hombre gritó y le dijo a Alicia que se fuera. Alicia estaba asustada. Salió de la oficina pálida. Más tarde, Alicia le cuenta a Luna en privado que los ojos del hombre eran como para matarla. La presión del aire y la temperatura en la oficina eran demasiado bajas. Se sintió espeluznante en este día tan caluroso.
El compañero se sintió extraño, pero antes de que preguntara, alguien les pidió inmediatamente que se marcharan. Su actitud era totalmente diferente al respeto anterior.
Cuando se van, sólo quedan Luna y el jefe en la oficina.
Tras un largo silencio, el jefe dice:
—Luna, siéntate primero.
Con eso, se levanta y camina hacia Luna. Empuja a Luna, que está meditando, hacia el sofá.
Luna vuelve a estar consciente. Se sienta en el sofá y lanza una mirada incómoda al jefe. Dice con torpeza:
—Jefe...
El jefe levanta la mano e interrumpe a Luna. Se sienta frente a Luna y le dice:
Ella ofende a alguien, pero no es una persona.
Luna lo regaña en su corazón. Mira al jefe y piensa un rato antes de decir:
—Tengo una disputa con alguien del Grupo Palacio, pero no es nada grave. Sólo hay un malentendido entre nosotros.
En comparación con estos, el jefe está más preocupado por el éxito de su proyecto de cooperación.
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