Luna es enviada a la sala de operaciones para ser tratada. Macos y Abram esperan ansiosos fuera del quirófano.
Se colocan a ambos lados de la puerta del quirófano. Durante ese tiempo, Macos no deja de mirar dentro del quirófano. Parece querer ver a Luna directamente a través de la puerta.
Abram piensa que Macos es gracioso. Tose y dice:
—¡No esperaba que el heredero de la familia Espiga se encaprichara tanto!.
Macos lanza una mirada confusa a Abram. Recuerda que había estado sosteniendo a Luna con ansiedad ante el médico. En lugar de hablar de su identidad, dice:
—Gracias por su ayuda. Si Emilio y yo seguimos luchando, Luna estará en peligro.
Abram dice:
—¿estás capacitado para darme las gracias? Yo salvé a Luna, la mujer de Emilio. Es Emilio quien debería darme las gracias.
Abram entorna los ojos y sonríe mientras habla.
Es diferente a Emilio. Su sonrisa parece pura y sin ironía.
Macos se queda atónito. Pero pronto sonríe aliviado. Dice:
—Tienes razón. Pero como hermano de Luna, debo darte las gracias.
Macos no se enfada en absoluto por las palabras de Abram. Es un caballero.
Macos y Abram siempre han sido amables. Así que tras una simple conversación, aunque no lo digan verbalmente, su impresión del otro es mejor.
Cuando Macos está a punto de preguntar algo más a Abram, la puerta del quirófano se abre por fin.
La doctora que la atiende se quita la mascarilla y mira a Macos y Abram. Sonríe y dice:
—El bebé y el adulto están a salvo. Pero el paciente necesita más descanso. El paciente sigue en coma y debe ser atendido con cuidado.
Se miran y respiran aliviados. Después de todo, si Luna muere, ellos y Emilio tendrán problemas.
Luna es enviada de nuevo a la sala. Macos quiere quedarse para vigilar a Luna, pero Abram se niega.
—Tu relación con Luna es ambigua a los ojos de los demás, así que tienes que volver. Si Emilio te vuelve a malinterpretar, no es bueno para ti ni para Luna —dice Abram.
Macos mira la cara pálida de Luna y dice:
—¿quién cuidará de Luna?
—Abram se ríe:
—Yo me ocuparé de ella. No te preocupes.
Macos piensa un rato y cree que Abram es una persona de confianza y que no debería quedarse. Luna está en coma. Si vuelve a pelearse con Emilio, eso perturbará su descanso.
—¡BIEN! —Dice Macos. Algo se le ocurre cuando se va. Pregunta:
—En realidad, tengo curiosidad por saber de qué lado estás.
Abram se ríe y dice:
—Eres gracioso. Sólo aprecio a Luna y estoy dispuesto a cuidarla. No estoy en ningún bando.
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