-¿Qué?- con los ojos enfocados, respondió Marcos en voz baja.
Paulina estaba tan nerviosa que el corazón salía por su boca y pensó, “¿Qué quiere hacer?”
“¿Besaría conmigo?”
Claro que no, porque no eran tan familiares.
Seguramente, ¡no!
Entonces, ¿qué quería hacer él?
¿Por qué estuvieron tan cerca?...
En este momento, los dos estaban a unos cinco centímetros de distancia.
Paulina podía sentir claramente que un aliento caliente le sopló la mejilla, que estaba fresca y le daba comezoón como si fuera barrida por una pluma, a la vez, por una corriente eléctrica...Y todo lo que podía oler era su olor único.
Se asustó, y extendió apresuradamente la mano para presionarle contra el pecho, retrocediendo dos pasos sin consciencia.
Pero de pronto, se le agarró la cintura una mano poderosa.
-No te muevas.- le advirtió al oído firmemente.
Así, Paulina estaba tan asustada que no se atrevió a moverse, solo abrazada por él con una postura íntima.
Originalmente, Marcos solo quería verle la cara roja e hinchada.
Tan pronto como se abrazó así, percibió un olor fragante que le soplaba la cara.
Distinguió que era el olor del champú que usaba.
Acababa de ducharse y se vistió con un albornoz. Todo el cuerpo se vio suave y encantador indescriptiblemente.
Es un cuerpo muy suave de una mujer hermosa.
Con dos llamas encendidas debajo de los ojos de Marcos que se oscurecieron, toda la sangre del cuerpo se comenzó a fluir con un aceleramiento como el de agua hirviendo, y luego se reunió a toda carrera hacia la parte inferior del abdomen.
Inesperadamente, ¡produjo ganas de hacer el amor con Paulina !
Sin embargo, Marcos le reprimió rápidamente ese deseo.
¡Todavía no quería asustarla!
Después de respirar profundamente, la soltó, se enderezó de nuevo, y dijo con calma a duras penas, -La cara está muy hinchada de verdad.-
Paulina todavía no conocía la situación, y estaba aturdida durante un buen tiempo antes de que lo reaccionara.
¿Así que se le acercó tan cerca de repente solo para ver las marcas de bofetadas en su rostro?
La hizo que pensara tanto en este instante.
Paulina se vio un poco avergonzada y se sonrojó levemente, -Estoy bien, no me duele tanto ahora y se me redujo la hinchazón más tarde.-
Marcos no estuvo satisfecho al ver su apariencia indiferente.
Lo que más apreciaba una mujer era su propio rostro, pero, ¿por qué no lo le importaba tanto?
Incluso si era guapa, no podía hacer como quiera. ¡Así que una cara hermosa se arruinó con esa bofetada obiva!
Marcos frunció los labios, tiró de ella y la obligó a sentarse en el sofá..
Enseguida caminó hacia la puerta y tomó una bolsa de agua, desde la cual sacó una botella y la presionó suavemente contra la cara de Paulina, mientras dijo en voz tranquila, -Aplícala en la cara, que ha estado refrigerada pero no congelada, lo que no te hará tan incómoda.-
Al final, Paulina se enteró del propósito principal de esta bolsa de agua, que se sintió caliente y graciosa.
-Gracias.- le dijo con una sonrisa.
-De nada.-
Marcos se sentó al lado y la miró que estaba aplicándola.
Los dos se quedaron sin palabras durante un rato. Pues, los alrededores se volvieron silenciosos.
A la vez Paulina se sintió tan avergonzada que debería decir algo para aliviar esta atmósfera.
Pero estaba tan aturdida que no podía pronunciar ninguna palabra, como si estuviera anudada su lengua, y todavía estaba recordando la escena donde le había abrazado hace un momento...
¡Y ella también estaba incluida!
En ese momento, sonó el teléfono sobre la mesa.
Le extendió la mano y la tomó para contestar. Entonces, escuchó a Álvaro en el otro extremo, que gritó ansiosamente, -¡Hermano, ayuda, y regresa pronto porque Esteban se vio como si fuera un loco!-
-¿Qué le pasó?- Marcos frunció el ceño y preguntó con voz profunda.
Álvaro respondió, -Hace un tiempo, lo traje que regresó a casa y lo dejé que tomara un baño. Entonces, le había preparado agua tibia, pero él secretamente la drenó y llenó de agua fría, dentro de que empapó durante la mitad hora. Después de terminarlo, encendió el aire acondicionado y se encerró en el cuarto para evitar que entremos. ¿Qué podía hacer? Si lo continúa, tendrá un resfriado y fiebre...-
Al escuchar esto, las cejas de Marcos se tensaron mucho de repente.
Estaba bien cuando me fui antes. ¿Por qué de repente se sintió incómodo?
Ignorando que Álvaro estuvo hablando sin cesar en el otro extremo, colgó el teléfono y se levantó del sofá.
Paulina también se puso de pie y preguntó nerviosamente, -¿Le pasó algo a Esteban?-
Aunque había una distancia en ese momento, la voz tan fuerte de Álvaro aún se le escuchó.
Le escuchó algunas palabras de forma intermitente.
Marcos asintió, -Sí. Esteban se encerró de nuevo. Solía hacer asuntos de este tipo de vez en cuando, que eran solo pequeños problemas, y estaba un poco incómodo. Pero esta noche, la situación parecía un poco diferente.-
El cuerpo de Esteban era más débil que los de otros niños sanos, por eso era fácil resfriarse y enfermarse. Definitivamente causaría problemas si hizo tales cosas peligrosas.
Cuando Paulina se lo escuchó, estaba en un caos.
Se le ocurrió que todo lo que había hecho Esteban era la culpa de ella.
Además, recordó que Marcos le había dicho antes que Esteban era un poco autista e irritable, lo que le hice inquietar mucho de repente.
¡Lo que mantenía la distancia, lo que la gente en los dos mundos, todo se fue al infierno en un instante!
Pidió ansiosamente, -Sr. Marcos, ¿podría ir contigo para visitarlo?-
Marcos había estado esperando esta frase hace mucho tiempo e inmediatamente la respondió, -Por supuesto.-
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