"El padre de Patrick y el de Linda son compañeros. Tras retirarse del servicio militar, montaron un negocio juntos. Patrick y Linda vivían en la misma zona y crecieron juntos. Para él Linda es como una hermana".
"De alguna manera, siento que Linda no lo trata solo como un hermano". Catherine lanzó una mirada a Freya.
Freya permaneció en silencio por un momento, luego suspiró. "¿Tú también lo crees? Yo también lo dudaba, pero no tengo pruebas".
"Solo hay que vigilarla bien". Catherine se lo recordó a Freya.
"De acuerdo".
***
Una semana después.
Rebecca y sus padres regresaron a Melbourne después de las vacaciones.
Poco después de que entraran en la villa de la familia Jones, Ethan hizo otra llamada a Rebecca.
En el momento en que Rebecca miró la notificación de la llamada, sus ojos estaban llenos de fastidio. Sin embargo, decidió responder a la llamada. Con una sonrisa falsa, preguntó: "¿Qué pasa, Ethan?".
"¿No puedo hacerte una llamada sólo para saludarte?".
En ese instante, Ethan estaba en algún rincón cerca de la entrada de la villa donde había visto regresar a Rebecca y sus padres.
"¿En qué estás pensando? Claro que puedes". La expresión de Ethan no era tan pesimista cuando escuchó la suave voz de Rebecca. Sin embargo, la siguiente frase de ella lo dejó en un estado de decepción.
"Pero sigo en el extranjero. Tengo el plan de surfear hoy, y tengo una agenda muy apretada".
"¿De verdad?". Ethan sintió que la ira le ardía en el pecho. "Pero te vi volver a casa hace un momento. Estoy justo en la entrada de tu villa. ¿Por qué me mientes?".
"...".
Rebecca miró por la ventana.
Se golpeó la cabeza violentamente, preguntándose por qué había sido tan tonto.
Fue Catherine quien creció con él desde que eran niños.
Si Catherine estuviera en el lugar de Rebecca, no lo habría abandonado nunca.
Ethan recordó el momento en que supo que su padre tuvo un hijo bastardo. En ese momento sintió que su vida estaba llena de oscuridad. Fue Catherine quien estuvo a su lado y siguió animándolo a recobrar la valentía.
Ella incluso aprendió a cocinar por él.
¿Por qué se había olvidado de todas esas memorias?
No era de extrañar que su tío lo considerara como un hombre imbécil. No era de extrañar que Catherine pensara que él estaba ciego.
Así es, tanto sus ojos como su corazón estaban ciegos.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Déjeme ir, Sr. Hill
Cuando agregan mas capitulos?...
Quisiera leer más capítulos de este libro es muy bueno 🤗🤗❤❤...