Melanie estaba conmocionada. “Papá, ¿estás planeando…?”.
“Quiero que seas la jovencita de élite más popular de Canberra. Serás buscada y envidiada por todos”. La mirada de Damien estaba llena de confianza. “Ese día llegará muy pronto”.
Melanie imaginó esa escena y su cuerpo se estremeció de emoción.
...
11 p.m.
Catherine regresó a la mansión después de ver una película.
Cuando abrió la puerta, sintió que algo no estaba bien. El olor a rosas en la sala era demasiado fuerte. Había un par de zapatos de hombre en la entrada y parecían familiares.
Su corazón dió un salto.
Ella encendió las luces. Había numerosas rosas rojas arregladas en forma de corazón en el centro de la sala.
Shaun estaba sentado en el sofá de tela, vestido con una camiseta negra combinada con pantalones largos negros. Incluso se había cortado el pelo en flequillos, que actualmente eran una tendencia en la industria del entretenimiento. Su cabello, junto con sus rasgos angulosos y su rostro claramente delineado, lo hacían lucir guapo y pulcro.
Catherine casi no pudo reconocerlo.
‘¿Ese era Shaun?’.
‘¿Por qué lucía así hoy?’.
Parecía un niño recién salido de la escuela, inocente pero obstinado y revoltoso.
Ella ya tenía la impresión de que los artistas en la tele se veían guapos con ese peinado.
Sin embargo, no se comparaban con Shaun.
Él había vivido durante 30 años, pero era la primera vez que sentía que lo habían abofeteado.
“Debes estar loco. ¿Cómo voy a botar todas estas cosas?”. A Catherine le dolía la cabeza por mirar las flores. Ella pasó el día entero limpiando la nueva casa, pero él había hecho un desastre aquí.
“...”.
Shaun escuchó sus murmullos y su expresión se oscureció como el fondo de una sartén.
Había pasado tanto tiempo arreglando las flores, y sus manos estaban todas pinchadas por las espinas.
“¿Por qué estás aquí de todos modos?”. Catherine lo miró con disgusto. “¿Cómo entraste? Vete de inmediato o te denunciaré a la policía por invasión de propiedad privada”.
“Está bien, adelante puedes denunciarme. Le mostraré esto a la policía”. Shaun sacó su certificado de matrimonio. “Todavía somos marido y mujer. Compartimos la mitad de las propiedades que tenemos, así que tengo derechos legales para estar aquí”.
Catherine se quedó sin palabras. Casi se le olvidó que él era el mejor abogado de Australia.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Déjeme ir, Sr. Hill
Cuando agregan mas capitulos?...
Quisiera leer más capítulos de este libro es muy bueno 🤗🤗❤❤...