Déjeme ir, Sr. Hill romance Capítulo 52

¿De nuevo?

Un sentimiento de frustración se apoderó de Catherine. Ella se había quedado en casa todo el rato para preparar la comida en los últimos días.

“Saldré a cenar con un amigo que tuve cuando estudiaba en el extranjero”.

Shaun se rió con sarcasmo. “Ah, entonces es una amistad de la universidad esta vez. No olvides que tu amigo de la secundaria te secuestró en un hotel la última vez”.

“Como sea, adiós”. Ella le colgó el teléfono con impaciencia.

Un indicio de decepción cruzó por los ojos de Joseph al ver el rostro enojado de la mujer. “¿Nuevo novio? ¿O esposo?”.

Ella de repente desvió su mirada hacia otro lado. “Nada de eso. Es solo mi... compañero de casa”.

Aunque Shaun era su esposo legítimo, este hombre siempre se negaba a reconocerlo. Así que, su relación se limitaba a compañeros de casa.

Las comisuras de los labios de Joseph se torcieron en una leve sonrisa. “Sonaba como si estuvieras hablando con tu marido”.

“¿Cómo... ¿De verdad?”.

Catherine sintió que el corazón de pronto latía muy fuerte. No obstante ella siempre interactuaba con Shaun de esta manera. Quizás sonaba así solo porque vivían en la misma casa y ya se conocían muy bien.

Había pasado mucho tiempo desde que conoció a Joseph. Los dos disfrutaron del encuentro hermoso y la cena duró hasta las 9 de la noche. La llevó en su coche y la dejó en Bahía Jadeite.

“Recuerda visitarme mañana por la mañana. Conseguí una oportunidad de una villa en el área de Montaña verde. Irás a revisar el sitio y empezar a planificar mañana”.

“De acuerdo”.

Ella le dijo adiós con la mano. Sus ojos siguieron al Porsche a la distancia antes de darse la vuelta para dirigirse a su casa.

Inesperadamente, vio a Shaun, vestido con ropa casual, mirándola fríamente desde los escalones. Fudge estaba acurrucada en sus brazos, luciendo como si estuviera a punto de quedarse dormida.

“¿Tu amigo es un hombre?”.

Su profundo ceño fruncido incluso podía matar a una mosca. Lo cual mostró que él estaba de mala leche.

Pensando en cómo él tuvo que soportar la comida mal hecha y comprada por delivery mientras ella podía disfrutar de la noche comiendo y riéndose con otro hombre en el restaurante, de repente la ira lo invadió como una tormenta.

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