Desde un matrimonio falso romance Capítulo 258

Diana, que era arrastrada por Lidia, giró la cabeza y miró al personal que poco a poco se iba reuniendo a su alrededor, se quedó atónita por un momento y se apresuró a calmarse.

Fue entonces cuando Lidia soltó tranquilamente a Diana, luego dio un paso al frente y miró a la chica que había estado temblando y agachando la cabeza, en sus ojos brilló una pizca de disgusto, pero sus palabras fueron muy suaves.

—Bueno, no hay nada más que hacer aquí, puedes irte.

Lidia giró entonces la cabeza, sonrió suavemente al personal reunido a su alrededor y atrajo de nuevo a Diana al salón de descanso.

Una vez dentro, se acercó a las cámaras y las apagó todas antes de que Lidia se sentara enfadada en el sofá, cruzara las piernas y hablara con rabia.

—Cariño, ¿cómo puedes perder los nervios en un lugar público? Si no hubiera llegado a tiempo, te habrían grabado y colgado en Internet. ¡Habría sido tu fin! Y entonces perderás fans y ya no te querrán.

Ahora Lidia estaba sentada en el sofá con un poco de miedo, ni siquiera se atrevía a imaginar que, si hubiera llegado un poco más tarde, ¡entonces lo que acababa de decir volverse realidad!

—¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué estás tan antipática? Acabo de escuchar que fuiste a la habitación de Mariana... ¿Por qué fuiste a la habitación de Mariana cuando todos quieren evitarla en este momento? ¿Y si la gente te malinterpreta por querer ayudarla?

Lidia llevaba muchos años en el mundo del entretenimiento y sabía desde hacía tiempo que Diana tenía un horrible corazón bajo su suave y noble apariencia, pero ahora que eran compañeras, no diría nada al público.

Había pensado que Diana era una mujer inteligente que podía controlarse, pero nunca se había imaginado que hoy seguiría siendo incapaz de mantener su temperamento y que eso casi llevaría a una catástrofe.

Diana sonrió sarcástimente, y su pecho se llenó de rabia y resentimiento, no tenía tiempo para escuchar las quejas de Lidia en este momento, sólo quería encontrar a Leopoldo rápidamente. Si Leopoldo protegía a Mariana, Diana no sería capaz de ganarle de una vez.

Con las cejas fruncidas, Diana cogió su bolso y dijo bruscamente:

—Tendré cuidado con lo que diga y haga a partir de ahora. Tengo algunas cosas que hacer, así que me iré ahora.

Antes de que Lidia pudiera decir algo más, Diana salió de la habitación.

Mirando la puerta cerrada, Lidia dejó escapar un profundo suspiro y apretó su pecho con impotencia.

Si las estrellas fueran obedientes y no se metieran en líos, no habría necesidad de agentes como ella. No había dejado que ningún vídeo de Diana fuera visto por nadie y tuviera un impacto negativo en su reputación. Ahora Diana era as de su manga, ¡si Diana tenía éxito, ella también saldría truinfante!

Con una feroz determinación en sus ojos, Lidia se levantó y salió.

Por otro lado, después de hacer muchas llamadas telefónicas, Nuria finalmente contactó al asistente de Leopoldo, y le contó rápidamente lo que había sucedido.

Sin embargo, pero para su sorpresa, una voz fría y grave salió del otro lado del teléfono.

—Me encargaré de esto, no dejes que Mariana se entere.

Tras decir esto, colgó.

Nuria miró cómo la pantalla se oscurecía poco a poco, y la felicidad sustituía la melancolía.

Ahora, este asunto podría resolverse finalmente.

En la oficina del presidente del Grupo Durán.

La alta figura estaba de pie frente a la ventana, la luz solar brillaba en su espalda y la sombra cubría su rostro, haciendo imposible ver la cara del hombre, parecía estar escondido en la oscuridad.

—¿Cómo va la investigación de este asunto?

Las frías y duras palabras salieron y golpearon con fuerza los delicados oídos del asistente Lionel, haciendo que sus ojos temblaran y se apresurara a hablar.

—La fuente de la noticia es un pequeño sitio web de entretenimiento que nunca había tenido mucha reputación, pero debido a esta noticia ahora es conocido por el público.

Sus fríos ojos parecían estar en contraste con el calor del sol, haciendo que las personas se sintieran como si estuvieran en un lugar frío pero a la vez caluroso.

Así era como se sentía Lionel frente a Leopoldo en este momento.

—La otra cosa es que la persona que fue capaz de tomar fotos tan claras, debe haber sido conducida por alguien, pero está bien escondida y aún no ha sido rastreada.

Dando la espalda a su asistente, Leopoldo dijo después de un largo rato:

—No hay prisa, ¿cómo van las noticias en internet?

Se sintió un poco sorprendido, ¿su jefe iba a dejar al manipulador? Pero de pronto entendió algo, como si hubiera vislumbrado algún secreto.

Después de que se quedara atónito por un momento, Lionel volvió a decir con seriedad:

—La noticia en Internet ya está siendo reprimida, pero la otra parte ha invertido mucho dinero, como si tuviera que dar a conocer esta noticia a todo el mundo, y hacer que la reputación de la esposa... Ahora nosotros...

—¡Soluciónalo a toda costa! —Leopoldo habló con frialdad.

—Sí.

Se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse cuando Lionel pensó en algo, frunció el ceño y volvió a hablar.

—Señor Durán, hay una cosa más. Hubo una llamada de la familia Durán, parece que también es sobre su esposa.

De repente, un abrupto timbre sonó en la oficina. Leopoldo se dio la vuelta y se acercó a su escritorio, descolgó su móvil, pero al ver la pantalla, frunció el ceño y finalmente colgó.

Lionel lo miró involutariamente, pero no esperó ver el nombre de Diana y bajó rápidamente la cabeza.

En ese momento, sonó una voz helada.

—No te preocupes por eso, yo me encargaré.

—Sí, entonces si no hay nada más, saldré primero.

Hubo una pausa y, se marchó sin otra repuesta.

Cuando la sala volvió a quedar en silencio, Leopoldo se sentó en la silla detrás de su escritorio, sumiéndose en sus pensamientos.

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