Desde un matrimonio falso romance Capítulo 301

La anciana miró a Leopoldo y le preguntó alegremente:

—¿Por qué volviste?

—Para tomar los papeles —Leopoldo dijo con calma.

«Así que no regresó específicamente para ver a Mariana.»

La anciana gruñó y giró la cabeza para hablar con Mariana.

Después del almuerzo, la anciana se fue a dormir la siesta y Clara también se fue a echarse una siesta después de lavar los platos. Al final, en el salón sólo quedaban Leopoldo y Mariana que estaban tomando el té.

Mariana se sentía cohibida estando a solas con él y quería irse.

Leopoldo dio un golpecito en la mesa y preguntó en voz baja:

—¿Se acabó el concurso?

—Sí, obtuve el segundo lugar.

Le sorprendió un poco que Leopoldo se lo preguntara, pero no sabía lo que él quería saber realmente.

Después de responder su pregunta, los dos volvieron a estar en un incómodo silencio.

Mariana se levantó después de unos minutos y dijo:

—Voy a descansar un rato.

Había dado muchos pasos cuando Leopoldo habló de repente.

—No es importante ganar o perder, lo importante es participar.

—Vale —Mariana respondió.

«Entonces, ¿qué es lo que trataba de decir?»

Ella no esperaba que le importara tanto las palabras de Leopoldo que tuviera un sueño durante su corto descanso.

Soñó que consiguió el segundo puesto en Super Diseño y Leopoldo quería consolarla después de saberlo, así que regresó a casa antes del tiempo de la salida del trabajo. Pero como él no era muy bueno con las palabras, tardó mucho tiempo en decirle en voz baja que no importaba si ganaba o perdía, lo más importante era que hubiera participado.

Después de decir esas palabras, Leopoldo levantó la cabeza y se acercó lentamente a su rostro.

En el momento en que estaba a punto de besarla, los ojos de Mariana se abrieron bruscamente y había una fina capa de sudor en su frente.

«¡¿Cómo puede ser él?! ¿Estoy loca? Incluso he soñado que él quiere besarme...»

Desconcertada, Mariana se apresuró a ir al baño y abrió el grifo para lavarse la cara con agua fría.

Se lavó la cara tres veces. Luego, respiró profundamente con sus manos apoyadas en los dos lados del lavabo.

Su mente también se despertó e hizo una excusa perfecta para el sueño.

«¡Porque el comportamiento de Leopoldo era tan raro!»

«¿Por qué había regresado de repente y había dicho esas palabras?»

«Porque era un hombre extraño y este asunto también era muy inexplicable.»

Dejó de pensar en eso para olvidarlo.

Mariana levantó la cabeza y se calmó poco a poco.

Después de despedirse de Mariana, Ana no regresó a casa.

Tal vez tuvo demasiada suerte al decir constantemente en su mente que tenía que averiguar la verdad que mientras caminaba, vio la espalda de Selena.

No estaba segura si era Selena o no, así que la miró con atención varias veces hasta que esa chica se subió a un coche y vio un lado de su cara. Ahí confirmó que era Selena.

El coche no se alejó y Selena estaba conversando con una persona.

Ana se atrevió a acercarse al coche con una gorra.

Cuando estaba cerca del coche, sacó su teléfono móvil y usó la función de ampliación de la cámara para ver la situación en el coche.

Dentro del coche había dos personas, una era Selena, y la otra persona con la que hablaba Selena era una mujer.

Hoy Ana tenía mucha suerte, porque justamente sabía quién era esa mujer.

Hacía un tiempo, Diana y Leopoldo protagonizaron un escándalo, y una cuenta intentaba crear un rumor de que los dos eran novios.

Luego, cuando a Mariana y Xavier les pasaba algo malo, esa cuenta difamaba mucho Mariana.

Era tan activa que Ana se fijó en ella, y cuando miró la cuenta, descubrió que la dueña era una gran fan de Diana.

También publicó varios selfies en su cuenta y la cara coincidía perfectamente con la mujer del coche.

«¡Selena se reunió con la leal seguidora de Diana!»

Ana estaba vagamente convencida de que se trataba de una información importante, por eso hizo fotos y vídeos.

Ella y Mariana sabían muy bien sobre las malas cualidades de Diana.

Ahora que Selena se encontraba con su fan, ¿eso significaba que Diana también estaba involucrada en ese asunto?

Antes de que pudiera entenderlo, Selena bajó del coche y este se marchó enseguida.

Ana guardó su teléfono y siguió disimuladamente a Selena. Al ver que Selena paró un taxi, Ana también llamó a un taxi.

—Chófer, sigue al coche que tienes delante.

Cuando terminó de hablar, el conductor no le habló durante mucho tiempo. Al ver que el coche de Selena estaba lejos, dio una palmada en el respaldo del asiento con ansiedad y dijo:

—¡Chófer, date prisa! ¡Lo vamos a perder!

El conductor giró la cabeza y la miró con una expresión indescriptible.

—Tienes que darme una razón, ¿verdad?

—¡Te voy a dar dinero!

—Quiero una razón.

—¡Entonces me voy!

Ana empujó la puerta y el conductor la cerró al instante.

Ana nunca había visto a un conductor tan terco, así que realizó una actuación y rompió a llorar.

—Chófer, la mujer en ese coche está embarazada del hijo de mi marido. Sólo quiero pedirle una explicación.

El conductor se sorprendió y rápidamente agarró el volante.

—¡Voy a alcanzar ese coche pronto!

Luego pisó el acelerador y el coche se marchó inmediatamente.

Cuando Selena llegó a un restaurante, Ana se apresuró a decirle al conductor que detuviera el coche.

—¡Vale, ya llegamos!

Cuando se bajó, casi vomitó a causa del mareo, y el conductor la miró nervioso.

—¿De cuántos meses estás embarazada? ¿Necesitas ir al hospital?

Al escuchar eso, Ana fingió estar embarazada y respondió:

—No es necesario, gracias.

Siguió a Selena al restaurante y vio que una mujer se levantaba para saludar a Selena desde lejos.

Ana miró a esa mujer con atención.

«¿Por qué su cara me resulta tan familiar?»

Ana sacó su teléfono y enfocó a los rostros de las dos con la cámara. Sus ojos se abrieron más mientras respiraba profundamente.

Su acto de sostener su teléfono era tan llamativo que las dos personas que estaban frente a ella se volvieron para mirarla.

Ana se apresuró a posar para un selfie y logró pasar desapercibida.

Salió enseguida del restaurante después de tomar las fotos de las dos.

Tenía que decirle a Mariana que Selena se ponía en contacto con la fan de Diana y con la presentadora de Super Diseño al mismo tiempo.

Ana llamó a Mariana y se apresuró a llegar a su casa después de saber la dirección.

En cuanto entró en la puerta y vio la cara de Mariana, corrió a su lado y dijo jadeando:

—¡He descubierto la verdad!

Mariana le palmeó la espalda y le sirvió una taza de té.

—No tengas prisa, descansa un poco primero.

Ana bebió el té de un trago, se limpió la boca y dijo en voz alta:

—¡Selena ha planeado todo! Este campeonato no le pertenece en absoluto.

—Tú...

Mariana no sabía si debía reírse o agradecerle. Ni siquiera le importaba, pero su mejor amiga dijo que iba a descubrir la verdad y realmente lo estaba haciendo.

Según Mariana, el hecho de que Selena había sido el número uno era simplemente porque al público le gustaba, y no le daba mucha importancia, así que naturalmente no entendía por qué su mejor amiga estaba tan enfadada.

—Todavía no te lo crees, ¿verdad?

Ana sólo le echó un vistazo a la expresión y lo supo. Sacó su teléfono para mostrarle las fotos.

—Tengo pruebas, míralas antes de expresar tus opiniones.

Le mostró las fotos de la seguidora de Diana y de la presentadora de Super Diseño hablando con Selena.

—Si no ha planeado nada, ¿por qué se va a ver a estas dos personas justo después del concurso?

Ver a la seguidora de Diana estaba bien, pero la identidad de la presentadora era muy sensible y debería evitar reunirse con las concursantes, pero quedó con Selena en privado en un restaurante.

—Supongo que esto tiene algo que ver con Diana.

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