Desde un matrimonio falso romance Capítulo 92

—Señorita Ortiz, es solo un cambio de vestido para usted, ¿me odia tanto que quiere arruinar mi vestido?

La voz implacable seguía resonando en sus oídos, y Mariana era incapaz de pensar con calma.

En ese momento, una voz fría le irrumpió,

—Ya que no tienes nada más que hacer, sal a dar un paseo conmigo.

Tras decir esto, Leopoldo se levantó y la ira de Andrea desapareció y se le acercó, abrazándole de forma suave

—Si no quieres quedarte aquí más tiempo, vamos.

Ya Mariana era la única que quedaba en el salón. Dejando la regla en la mano, miró al vestido sin saber qué hacer, seguía tratando de pensar en una forma.

Mientras reflexionaba, la puerta del salón que estaba detrás de ella se abrió de nuevo de un empujón.

Al girar los ojos, aturdida, Mariana vio a Lionel, que había regresado.

Lionel, que era una persona importante para Leopoldo, no solía aparecer delante de ella en público ni mostrar ninguna familiaridad con ella. Su relación con Leopoldo no había sido expuesta, y estaba claro que Leopoldo no quería que la publicara.

Lionel se acercó a Mariana, sacó su teléfono, se lo entregó y asintió levemente, indicándole que lo mirara.

Una mirada de confusión todavía se arremolinaba en sus ojos, pero Mariana tomó el teléfono de todos modos.

Era un vídeo de la diseñadora de renombre internacional Alicia, o un vídeo de ella mostrando sus habilidades.

En uno de los concursos mundiales de diseño, Alicia hizo que los niños pintaran el dobladillo de un vestido blanco con diversos pinceles, cinco o seis de ellos trabajando juntos, y en cuestión de segundos el vestido era colorido y brillante.

El vestido volvió a ser blanco en un instante con una aguja de Alicia.

El vídeo fue admirado por muchos diseñadores y, naturalmente, también fue estudiado y reenviado por todos.

Había un profundo respeto por la habilidad de Alicia y, naturalmente, Mariana también.

—Señor Durán dijo que le mostrara el vídeo, que lo entendería usted.

—¿Te pidió... el señor Durán que trajeras eso?

—Exactamente.

—Gracias.

—Le daré al señor Durán su agradecimiento.

Con eso, Lionel asintió y se dio la vuelta para irse.

El tiempo pasaba, aunque Andrea no pudiera atenderla por un momento debido a la llegada de Leopoldo.

Pero si Andrea sabía que estaba en una situación en la que tenía una oportunidad lista para ponerle las cosas difíciles, no creía que Andrea estuviera dispuesta a dejarla pasar.

Mariana volvió a su trabajo.

Recordando la técnica que acababa de ver utilizar de Alicia, comenzó a dibujar y se volvió más y más hábil. Los puntos se voltean y giran rápidamente sobre el traje, dejando un rastro blanco que oculta las gotas rojas de sangre.

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