Después de Traicionado romance Capítulo 18

Mateus

Otro día, estoy escuchando la charla de Mirella, dando una narración sobre mi higiene, fisioterapia y todo. Tan pronto como terminé mi cuidado matutino, solo quedamos nosotros dos en la habitación.

Por lo que dijo hoy, hace quince días que tuve el accidente y nadie ha venido a visitarnos ni a cambiar de lugar con ella, lo cual me resulta muy extraño.

Patricia y Marcos hasta le doy gracias a Dios que no vengan, pero mi padre y Leonardo? Los extraño mucho, me encantaría al menos escuchar sus voces. Además, su desaparición es muy extraña, los conozco a ambos, sé que algo sucedió que hizo que no vinieran a verme. Leonardo solo vino una vez y mi padre, no lo he visto desde que salí de la mansión el día de la boda.

Mirella tampoco dice nada acerca de dónde están o qué están haciendo, solo dice que pronto todos vendrán a verme, pero puedo escuchar en su voz que esto no es una certeza, parece que está asustada y no sabe qué decir sobre este hecho.

Ella no deja de hablar. Habla del tiempo, de algunos proyectos de la empresa y ayer se puso a leer un libro, además de poner música ambiental siempre que puede.

Pasa un poco mas de tiempo y me dice que le falta trabajar un poco, pero que me va a dejar escuchando musica, y no sabia que se habia fijado tanto en mis manías, increiblemente siempre pone las canciones que yo usaba para escuchar mientras trabajaba, pero siempre lo dejé bien bajo, no sabía que se había dado cuenta.

Y así lo hace. Mientras suena la música, fuerzo mis párpados y hoy, a diferencia de otros días, logro abrir los ojos, la luminosidad de la habitación me molesta, parpadeo varias veces, hasta que todo se enfoca, esfuerzo un poco para tratar de moverme. mi cabeza o boca, pero fue en vano, pero Dios mío, abrí mis ojos...

Las lágrimas comienzan a fluir, Dios mío, abrí los ojos, me quedé allí, inmóvil, pero con los ojos abiertos y llorando.

No sé cuánto tiempo me quedo así, hasta que Mirella grita.

Mirella

— ¡Dios mío, MATEO! ¡Te despertaste! —

Hablo acercándome a él para confirmar que sus ojos están abiertos. Veo lágrimas cayendo y mi corazón se encoge, así que limpio sus lágrimas y beso su frente mientras hablo.

— Oye, no llores, te despertaste, eso es bueno, vas a volver con nosotros. Voy a llamar al médico, me alegro mucho de verte despierto. —

Salgo a llamar al médico. Estoy tan contenta de que se haya despertado, va a volver, ella va a estar bien. Sé que lo hará.

Llamo al médico que viene rápidamente y comienza a examinar a Matthew.

— Mateo, ¿puedes entenderme? Si es así, parpadea dos veces. —

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