Destinado a romance Capítulo 21

capitulo 21

una buena tarde

Narrado por Amy

Estoy aquí vestido, listo para ir a Alex.

Tengo un vestido violeta largo, tiene una abertura en la pierna izquierda hasta la mitad del muslo, en la parte de atrás tiene un escote en V hasta muy cerca de mi trasero, en el frente tiene un escote degradado un poco más compuesto, sí, es atrevido en realidad, pero ni siquiera quiero saber, ¿no va al gimnasio a ver a esas mujeres prácticamente desnudas? Así que le daré una idea.

Tengo un maquillaje que me resalta los ojos y la boca, lo hice a propósito, quiero verlo hasta pensar en esos lametones después de mirarme jajaja. Mi cabello está suelto, cayendo en rizos por mi espalda.

Según lo acordado, llama a la puerta para venir a buscarme, mi corazón da un vuelco cuando llama.

Tomo mi bolso, me pongo mis sandalias altas y abro la puerta y veo que literalmente se le cae la mandíbula jajaja.

Estrecho mis ojos hacia él.

Amy: - ¿Está todo bien? - pregunto haciéndome sonar ahahah

Alex: - Maldita sea, te ves impresionante.

Sonrío triunfante, obtuve lo que quería, no me quitará los ojos de encima en toda la noche.

Amy: - Si te reconforta, también estás muy bien.

No está bien, es un gato.

Lleva un traje completo azul oscuro, con camisa blanca y corbata en diferentes tonos de azul y negro y zapatos negros, es el perfume que me emociona con solo olerlo.

Respiro hondo, va a ser una noche dura, papá.

Cierro la puerta y me aseguro de darle una vista de mi espalda, y sé que su mirada va directamente a mi trasero, provocándome, lo sé jajaja.

Cuando me vuelvo hacia él, tiene esa sonrisa traviesa en su rostro.

Amy: - ¿Vamos? - pregunto divertida.

Me mira con una mirada que no puedo descifrar, esos ojos verdes tan brillantes, tan hermosos.

Alex: - Vamos - dice sonriendo y dándome el brazo.

Enlazo mi brazo con el suyo y vamos, me siento feliz, lo miro de reojo y él se ve sereno y feliz también.

Amy: - ¿Y adónde me llevas a cenar? - Pregunto.

Alex: - ¿Te gusta la comida francesa?

Amy: - Sí, lo hago.

Alex: - ¡Entonces vamos al restaurante francés! ¿Que te parece?

Amy: - Creo que está bien.

Continuamos hasta llegar a la puerta del restaurante.

El simpático y hermoso mesero (la gente aquí es hermosa kkk) nos lleva a una mesa junto a un gran ventanal, desde allí se puede ver el deck del bar exterior y hay algunas personas divirtiéndose, el ambiente aquí es maravilloso.

El mesero nos da el menú, le miro el maldito menú, lo está leyendo pero me pilla mirándolo, mierda.

Él sonrió.

Alex: - ¿Has elegido?

Amy: - Ahh, no - digo tratando de ocultar la mirada al menú, no estoy leyendo nada, pero en fin - ¿y tú?

Alex: - Sí, quiero Magret de canard. Mi plato favorito.

Amy: - Suenas como un verdadero francés - Me río.

Alex: - Es como yo petit, crecí allí, ¡ya te olvidaste!

Amy: - Por supuesto que no - Hago una pausa - Bueno, quiero Soufflé au fromage.

Me mira con cara de sorpresa.

Alex: -Muy bien elegido, hasta pareces una francesa.

Nos reímos de eso.

Después de llegar a nuestra comida, hablamos.

Alex: - ¡Entonces, cuéntame la noticia! Sé que tu padre tuvo un infarto, ¿está bien ahora?

hago una mueca

Amy: - Bueno, demasiado - pienso en voz alta.

Me mira con curiosidad.

Álex: - ¿Cómo así? Demasiado bien.

Suspiro de frustración.

Dirijo mi mirada a su mano y luego miro su rostro sereno.

Alex: - Estoy aquí para lo que necesites, aunque sea solo para maldecirme.

Él sonríe y yo sonrío con él.

Amy: - Simplemente no sé cómo comportarme en esta situación, ¿sabes? Nani fue la madre y eso no lo tuve, me dio amor, cariño, protección, tú lo entiendes todo, todo lo que da una madre, lo dio. Y ahora ella está atrapada con mi papá, me siento traicionado, no sé, es un sentimiento extraño. Siento que me traicionaron y mi madre también.

Alex: - Amy, en mi humilde opinión creo que Nani es una buena elección y probablemente inevitable, porque siempre estuvo ahí, en las buenas y en las malas, era amiga de tu madre, te crió, fue la que nunca se fue. lado de tu padre. Mira cuando nos casamos, se suponía que ella iba a ir a nuestra casa y terminó quedándose en la de tu padre, ella siempre fue su mano derecha en la vida doméstica, ¿entiendes?

Suspiro.

Amy: - Lo sé, en el fondo sé que estoy siendo infantil - Me quedo en silencio por un momento - Hablaré con ellos cuando regrese, después de todo no puedo huir del tema para siempre, ¿verdad?

Alex: - Estoy de acuerdo, es lo mejor que se puede hacer.

Terminamos nuestra cena y nos dirigimos al casino. El ambiente es genial.

Jugamos Ruleta, Blackjack, Máquinas tragamonedas, ganamos dinero y lo pasamos muy bien, nunca pensé en mi vida divertirme así con Alexander Harrison, pero me divertí mucho, es una compañía increíble.

Bueno, no sé si hablo yo o la bebida, carajo, bebemos demasiado, creo, ya ni sé jajaja.

Me levanto de la silla de la Máquina Tragamonedas y cuando me doy la vuelta él está justo ahí, tan cerca que estoy contra su pecho tan fuerte como una roca, el olor de su perfume entra por mi nariz dentro de mí dejándome embriagado. Por momentos, breves momentos, cierro los ojos y siento su brazo envolver mi cintura, y no tuvo que tirar demasiado fuerte porque estaba prácticamente pegada a él.

Abro los ojos y tiene su rostro tan cerca del mío que siento su aliento. Mis manos parecen tener vida propia, porque cuando me doy cuenta ya tengo mis dedos en la nuca, dentro de tu cabello. Y los besan ahí mismo, junto a una de las tantas Máquinas Tragamonedas.

Nuestras lenguas exploran la boca del otro, y siento su excitación en sus pantalones. Me alejo un poco de él.

Amy: - Mejor me voy a la cama, creo que bebí un poco de más.

Alex: - ¿Y no quieres compañía? - dice bastardo.

Lo miro dudosa, oh dios mio, enfoca a Amy.

Amy: - No, depravado - Me alejo dándole una ligera palmadita en el brazo - Me voy a dormir sola en mi cama.

Alex: - Que pena - dice con cara de desilusionado - Vamos, te acompaño.

Lo miro un poco desconfiado.

Alex: - Te juro que solo te llevaré, no trato de entrar - me guiña un ojo - a menos que quieras ahahah.

Amy: - Loco.

Me lleva a la puerta de mi habitación y, como prometió, no habla más de eso. Nos despedimos con un beso en la mejilla.

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