Destinado a romance Capítulo 46

capitulo 46

Me enamoré de ti

Narrado por Álex

Me sorprendió muchísimo, cuando vi a esa mujer loca sentada en la mesa con Amy, y de inmediato le pregunté qué estaba haciendo allí, y ella tuvo el puto descaro de mostrarme una enorme barriga de embarazada y decir: ¿es mía? ¿Está loco el hijo de puta? Estoy jodido con esto. No me he follado a esa perra en casi un año y se le ocurre esta charla de perra marchita??? Quería darle un puñetazo a esa cara de puta mal jodida que viene con el estómago lleno, no sé ni quién es, no me importa, no tengo nada que ver con ese asunto.

Estaciono el auto en el garaje y Amy sale corriendo del auto, da un portazo y entra a la casa.

Joder, está cabreada y con razón.

Me bajo del auto y voy tras ella, tengo que arreglar la mierda que esa chica perturbada le hizo a mi cabeza de flor.

Subo las escaleras y ella ya está subiendo las escaleras hasta el piso del dormitorio.

Alex: - Amy - Llamo pero ni siquiera me mira a la cara.

Corro tras ella, y ya la atrapo entrando a la habitación, la agarro del brazo y me da una sacudida.

Alex: - Amy, por favor - La tomo del brazo de nuevo, y finalmente me mira, y mi corazón se rompe en mil pedazos, mi flor está llorando.

Alex: - Cariño, por favor no llores.

Amy: - ¿Y cómo quieres que sea Alex? Después de todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos estado construyendo, se cae de la nada como una maldita baraja de cartas.

Alex: - No, no lo dejes caer, no hay por qué.

Amy: - Por favor, no juegues con la poca paciencia que me queda - dice dándose la vuelta y dirigiéndose hacia el baño.

Alex: Bebé, escúchame, no puedo ser el padre de ese niño, es imposible.

Amy: - ¿Te la follaste esa semana que estuviste ahí?

Alex: - No, lo juro.

Ella me mira, como si tratara de averiguar si estaba mintiendo o no.

Ella se sienta en el borde de la cama y yo me arrodillo entre sus piernas.

Alex: - Amy, yo fui quien impuso una sola condición en el crucero, que estaríamos solo nosotros dos, sin traiciones, lo cual haríamos esta vez para que funcionara.

¿Crees que lo tiraría todo por la borda? Te amo, estoy loco por ti, aunque no quiera admitirlo, creo que me enamoré de ti, en el momento en que caíste a mis pies, cayendo del manzano.

Ella hace una leve y triste sonrisa.

Amy: - Tengo muchas ganas de creer todo esto Alex, pero, siempre fuiste un pollo y… no sé qué pensar, estoy realmente impactada por todo esto.

Alex: - Nunca fui una gallina contigo, flor, desde que llegué aquí a Inglaterra, traté de acostarme con una mujer y ni eso pude porque llamé tu nombre.

Ella me mira con asombro por la declaración, por qué, es verdad.

Alex: - Y después de eso no me acerqué más, porque sabía que no sería capaz de follar ninguna, contigo en la cabeza.

Amy: - ¿No has estado con ninguna mujer por más de un año?

Alex: - Yo era Amy, y no me arrepiento, aunque quisiera no lo seguiría, así que sí, era casi virgen otra vez.

Me da una palmada en el brazo y sonríe.

Amy: - Idiota.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos.

Alex: - Te juro que no me la follé cuando estuve en París esa semana, ni con ella ni con nadie más.

Amy: - Entonces, ¿por qué dice que el niño que lleva es tuyo?

Tiene desesperación en su voz, y no puedo culparla por eso.

Amy: - No puedo fingir, que anoche no pasó Alex. Estoy molesto, enojado, jodido y solo quiero estrangular a alguien.

Me mira, abre la puerta de la ducha, coge la toalla, sale y empieza a secarse.

Alex: - ¡Espero que no sea yo, quien tiene ganas de atragantarse bebé! Ya te dije que no tengo nada que ver con esa serpiente y mucho menos con el niño que lleva, seguro que no es mío en el mundo.

Amy: - ¡Me juras que en realidad no tuviste nada que ver con ella esa semana!

Deja de secarse y viene directo a mí mientras envuelve la toalla alrededor de su cintura.

Ese cuerpo caliente, viniendo a mí, hasta me da dolor en el alma.

Sostiene mi cara con ambas manos y me mira profundamente, directamente a los ojos.

Alex: - Te juro por todo lo que es más sagrado, que no lo tuve con ella ni con nadie más. La última vez que toqué a una mujer fue tres días antes de subirme a ese crucero, de ahí en adelante solo fuiste tú amor, solo tú, y así quiero que sea, hasta el final de mis días.

Esas palabras de su toque en lo profundo de mi corazón, en lo profundo de mi ser. Sé que está siendo honesto, sé que está diciendo la verdad. Pero eso no elimina el jodido problema que ha traído a nuestras vidas el poseído por los celos y el rencor.

Suspiro.

Amy: - Ok Alex, confío en ti, pero tenemos que resolver este problema.

Alex: - ¿Y qué podemos hacer? No quiero preocuparme por un problema que no es mío, no tenemos nada que ver con esa loca.

Amy: - Todo esto es muy lindo, pero olvidaste que aparte de nuestros padres y Matt y Meg, nadie más sabe que estamos separados, si eso sale a saber qué dirán?? Que me has estado engañando y que te has escapado de París y regresado para evadir tus responsabilidades. ¡Has visto el problema! Sí, porque siempre le creerán a la mujer embarazada que fue abandonada por el hombre casado que saltó la cerca, ¿sabes?

Respira hondo y apoya la frente en mi hombro. Quédate ahí unos segundos, seguro que estás pensando.

Alex: - Tienes razón, tienes toda la razón bebé.

Amy: - Démonos prisa, se nos hace tarde para ir a la oficina.

Me da un beso y sale del baño abatido.

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