Destino marcado romance Capítulo 64

El duro discurso dio a Lauren una inmensa satisfacción.

Sophia, por su parte, recordaba lo humilladas que se habían sentido ella y su madre cuando las echaron sin contemplaciones del edificio de la Orquesta del Coro Celestial, y estaba más que encantada de ver por fin a Tessa y a Timothy siendo insultados.

Tessa se quedó atónita. Sólo en ese momento comprendió por qué Timothy había sido secuestrado por los Reinhart en primer lugar; el pequeño discurso de Lauren la había iluminado más que insultado.

«¡Timothy tiene algo que ellos quieren!», resopló, un poco incrédula de que los Reinhart llegaran a un extremo tan despreciable y desvergonzado para obtener un beneficio. Cuando ató cabos, soltó una brusca carcajada y se burló con condescendencia:

—¡Así que eso es lo que pasa aquí! De repente te diste cuenta de que tu hijo tenía los medios para ayudarte a conseguir el fin que querías, ¡y por eso lo trajiste de vuelta! Y ahí estaba yo preguntándome si habías encontrado tu conciencia y habías decidido cuidar de él. Todo esto se debe a que Timothy tiene alguna utilidad para ti, y tú sólo quieres sacar un beneficio rápido de sus esfuerzos, ¿no es así? ¡Qué buen padre eres, Silas!

Su risa era estridente, burlona y casi agresiva. Hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de Silas y, por un momento, vaciló. Justo cuando el sentimiento de culpa lo embargaba, Sophia intervino con una risa presuntuosa:

—Vamos, Tessa, tienes que admitir que papá le ha dado la vida a Timothy y lo ha criado desde pequeño. Es justo que reciba algo de él, ¿no crees?

La sonrisa malvada de Tessa se borró al oír esto. Su expresión era frígida mientras ignoraba a Sophia y miraba a Silas antes de enfurecerse:

—¡No tienes derecho a sacarnos nada! A Timothy y a mí nos ha criado mamá; lo único que has aportado ha sido tu semen, y aparte de eso, ¡no se me ocurre ni un solo incidente en el que hayas sido un padre para nosotros! Mamá se esforzó por darnos una vida, pero tú nunca estuviste presente, ni preguntaste jamás por nosotros. Incluso la engañaste con otras mujeres, ¿y ahora te das la vuelta para señalarme?

Estaba gritando con la voz ronca, pero redobló su dureza al soltar:

—¡El orgullo es lo que hace o rompe a un hombre, pero el tuyo es tan frágil que te hace aún más repugnante! Guárdate tus tonterías, y recuerda mis palabras: si no veo a Timothy de vuelta a casa mañana por la mañana, ¡espero que estés preparado para ser detenido por la policía! Esta advertencia es definitiva.

Con eso, Tessa se dio la vuelta y comenzó a marchar con furia. Sin embargo, Lauren no podría vivir con ello si se limitaba a permitir que Tessa saliera impune. Apretando los dientes, entrecerró los ojos y ladró:

—¡Deténganla! No la dejen escapar.

Los guardaespaldas se apresuraron a formar una fila para bloquearla. Al ver eso, Tessa frunció el ceño. Había un brillo gélido en sus ojos mientras se volvía para mirar a Lauren con desprecio:

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