Punto de vista de Charles:
Después de haber llevado a Rita a casa, volví a la oficina para atender algunos asuntos de negocios. Por la noche recibí un mensaje de Spencer que decía:-
"¿Quieres venir? Todos están aquí".
"De acuerdo. Estaré ahí pronto", respondí mientras salía de la oficina.
Spencer era el dueño del Mint Bar, el cual era uno de los bares más populares de la ciudad y esta noche estaba particularmente concurrido. Tan pronto como entré, vi a Spencer y a David. Los tres habíamos sido amigos desde que éramos pequeños.
"¿Has visto a Scarlett?", preguntó Spencer tan pronto como estuve frente a él.
"Sí", respondí, después de lo cual le pedí al cantinero que me sirviera un vaso de whisky.
"¿De verdad estás divorciándote de ella?", preguntó Spencer mientras se me acercaba.
"Sí", respondí con impaciencia mientras encendía un cigarrillo.
"¿Cómo pudiste? Scarlett es como nuestra chica. Crecimos con ella. Tú y Rita están siendo muy crueles con ella".
Soplé una bocanada de humo cuando el cantinero colocó la bebida frente a mí. Decidí no responder a Spencer y me dispuse a beber mi whisky. Sin embargo, lo que dijo era cierto.
A decir verdad, anoche, cuando hablé con Scarlett sobre el divorcio estaba muy nervioso. Ella, por su parte, permaneció sentada todo el tiempo, luciendo tranquila y serena, lo cual no sabía si me molestó o me impresionó. Hacía tres años que no nos veíamos. Ya no era la dulce jovencita que tenía los sentimientos a ñor de piel. Era evidente que había crecido mucho.
Verla en esa disposición tan fría me desagradó un poco.
"¿Ella estuvo de acuerdo?", preguntó David con evidente curiosidad.
"Sí, estuvo de acuerdo".
En ese momento comencé a lamentar el haber aceptado salir con mis amigos. Todo lo que quería era tomar un trago con ellos, y ahí estaban, interrogándome insistentemente.
"¿Entonces realmente vas a casarte con Rita?".
"Sí".
"¿Estás hablando en serio? ¿De verdad vas a sacrificar tu felicidad solo porque te salvó?", preguntó David, quien se puso muy sentimental después de escuchar mi respuesta. Incluso, accidentalmente derramó su vino encima de mí.
"¡Maldición!", exclamé con enojo.
"¡Oh! Lo siento mucho". David se disculpó de inmediato.
Como no quería quedarme sentado ahí, hecho un desastre total, me disculpé y fui a casa a cambiarme de ropa. Cuando salí del bar, llamé a un servicio de transporte.
Había planeado ir a casa, pero tan pronto como me subí al taxi me puse a pensar y le pedí al chófer que me llevara a la Calle Gardner.
Cuando llegué, la casa estaba muy iluminada y podía escuchar carcajadas a través de las ventanas abiertas. Además, un Mercedes que me resultaba familiar estaba estacionado en el garaje.
Parecía que mi madre y mi abuela habían venido de visita.
Caminé rápidamente hacia la puerta, pero antes de que pudiera ingresar la contraseña, alguien ya había abierto desde adentro.
"¿Dónde estabas? ¿Por qué no respondiste mis llamadas?", preguntó mi mamá en tono de regaño mientras se me acercaba.
"Estaba en una reunión, mamá".
"¿Y por qué apestas a alcohol? ¿Bebiste? ¡Dios mío! Estás hecho un desastre. Ve a cambiarte", dijo arrugando la nariz, después de lo cual me dejó pasar.
Cuando entré a la casa, vi a la abuela y a Scarlett sentadas en la sala, conversando y riéndose. Había frutas e incluso una tarta de manzana en la mesa de café.
"Hola, abuela". Me acerqué a saludar y tomé un trozo de tarta, pero mi abuela me apartó la mano de un manotazo.
"Quita las manos. Eso no es para ti. Es para Scarlett".
"Charles, ¿qué te pasó? Ven, vamos a buscarte ropa limpia", dijo Scarlett mientras se levantaba y caminaba hacia mí.
"Han estado casados por mucho tiempo. ¿Por qué todavía llamas a Charles por su nombre de pila?", le preguntó la abuela a Scarlett, después de lo cual me miró con recelo.
Ante esto, Scarlett se detuvo y preguntó: "¿Hay algo de malo en la forma en que me dirijo a él?". "¿Acaso los matrimonios jóvenes como ustedes no llaman a sus cónyuges 'mi amor' o algo así?". Scarlett se quedó helada y como absorta en sus pensamientos durante un rato. Luego se aclaró la garganta y dijo: "Ven, mi amor. Déjame ayudarte a que te cambies de ropa".
Cuando Scarlett fue a buscarme una camisa limpia, me quité la que David manchó con su vino y que ahora estaba arruinada. ¡Maldición! La próxima vez no disculparé a David.
De pronto sentí un silencio palpable detrás de mí. Cuando me di la media vuelta, Scarlett estaba parada ahí, mirándome mientras sostenía en la mano una de mis camisas.
Entonces bajó la barbilla para tratar de ocultar el rubor de sus mejillas.
"¿Cuánto tiempo has estado parada ahí?", le pregunté, sin embargo, no me respondió.
En su lugar, rápidamente cerró los ojos. Al ver su reacción, me le acerqué y pude ver más de la nueva Scarlett.
Ya no era la jovencita que solía ser. Los últimos tres años en Francia la habían transformado de un simple capullo a una delicada rosa.
Sus largas pestañas temblaban y sus labios estaban apretados en una línea delgada como si estuviera reprimiendo algo. Su rostro se puso más y más rojo con cada segundo que pasaba.
Entonces tomé la camisa de su mano y rápidamente me la puse.
Después de cambiarme de ropa, volvimos juntos a la sala de estar.
"No me quedan muchos años, Charles. ¿Por qué no pudiste llevar una vida pacífica con Scarlett? ¿Por qué siempre estás tratando de hacerme enojar, eh?". La abuela continuó haciéndome reproches.
"Abuela, la próxima vez que quieras venir aquí, llámame y pasaré a recogerte, ¿de acuerdo?". Todavía no sabía cómo responderle, así que decidí cambiar de tema.
"No, gracias. Siempre estás tan ocupado que no quiero molestarte. Solo quiero ver si estás tratando bien a tu esposa".
"Abuela, estoy bien", intervino Scarlett.
"Muy bien, entonces. Por cierto, no te olvides que la fiesta del 60 aniversario del Grupo Moore es mañana. Charles, espero que le compres a Scarlett un hermoso vestido de noche para la fiesta. Quiero que todos vean lo afortunado que eres de tener a alguien como ella de esposa. No me vuelvas a hacer enojar. ¿Me escuchaste, jovencito?".
"Por supuesto, abuela".
Después de conversar con mi abuela y mi madre durante un largo rato, finalmente pude convencerlas de que dieran por terminada la reunión y las despedí.
Dadas las circunstancias, no había manera de que pudiera mencionarles el tema del divorcio sin desatar un gran alboroto...
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