Dulce Juguetito romance Capítulo 40

"No, no, no, no, no, no, como carajos malditos sucedió esto?"

La chica escupe sangre mientras que se lleva las manos hacia su estómago con la daga enterrada.

"Retiren la daga de su vientre!"

"Debe haber algo en mi mochila que pueda usar!"

Recuerdo que tengo algunos insumos del doctor en mi mochila, por lo cual corro por ella para buscar algo que me pueda servir para poder curarla.

"No lo hagas..."

"Déjame ser libre..."

"Yo tampoco tengo nadie afuera que pueda protegerme..."

Las chicas se arremolinan con la chica, a quien recostamos en el suelo con mucho cuidado.

"El chef asesinó a mi abuela, a mi abuelo, a mis tíos y a mi padre."

"Jazmín..."

"Ese es mi nombre real..."

Todas décimos su nombre real como si fuera una especie de mantra.

Desde que llegamos a nuestros lugares de tortura, se nos castigaba cada vez que repetíamos nuestros verdaderos nombres, es por eso que ahora, repetir le hombre la niña es...

Alucinante.

"Quiero..."

Ella tose más sangre antes de seguir hablando cada vez más bajo...

"Quiero decirles que las recordaré, frutitas..."

"Vainilla, que haces aquí?"

Todas nos sorprendemos porque la chica se quedó en el ático del chef.

Volteamos las cabezas con la esperanza de ver a la chica que menciona Jazmín, pero no hay nadie.

"Si, quiero ir contigo..."

"Es hermosa esa luz..."

"Vainilla, ella se llama Millie..."

"Que hermoso nombre..."

Con una sonrisa en la boca y los ojos bien abiertos resplandeciendo de una luz que no vemos, Jazmín fallece en nuestros brazos.

"aaaaaaaahhhhhhh!"

Grito enfurecida y me levanto sintiéndome más sucia que nunca.

"PORQUE, PORQUE?"

Caigo de rodillas llorando porque siento que todo esto es mi culpa.

"Si hubiera dejado que apuñalara a mi, ella estaría viva ahora!"

Observo como la más pequeña de las niñas cierra los ojos de Jazmín mientras que solloza en silencio.

"Nos hubiera asesinado, te hubiera asesinado de cualquier modo!"

"Tu nos haz dado esperanza y fe para volver a nuestras vidas, Princesa!"

"Y ahora, estamos contigo en tu venganza!"

La chica de cabello corto me sostiene con fuerza por los hombres mientras que otra chica tambien lo hace.

Ambas me mueven de adelante hacia atras haciéndome salir de mi trance de dolor.

"Antes de irnos, para siempre de este lugar, debemos hacerles pagar!"

"Debemos hacer que paguen la muerte de Mora azul, digo de Jazmín!"

Siento una presión en el pecho tan dolorosa como si tuviera una tonelada de ladrillos encima de mi.

Me cuesta respirar, jadeo, pero después miro el cuerpo inerte de ese bastardo cobarde de Reginald.

Me levanto y le escupo la cara.

"Puto Bastardo malnacido, hijo de puta!"

Pateo su cara engreída antes de fijar mi mirada hacia las jaulas de las chicas.

"Busquen como podemos abrir estas puertas y si hay algo que podamos darles de comer!"

Me acerco hacia las jaulas hablándoles suavemente y entonces, caigo de rodillas, estremecida por lo que veo...

Ellas..pero que maldito lugar es este?

Ellas, las chicas, no puedo creerlo!

Una chica se acerca y cae al piso como yo.

Detrás de nosotras se extienden dos bracitos de niñas que tienen demasiadas cortadas frescas y viejas a todo lo largo de su piel.

"PUTA MADRE!"

"Porque ellas tienen la boca cocida?"

Las chicas nos miran con ojos suplicantes.

Todos tiene buena parte de los extremos de la boca cocidas, por lo que solo un pequeño popote o un diminuto pedazo de comida pasaría por ese pequeño agujerito sin lastimarlas...

"Ellas, hablaron..."

"Por eso, su excelencia las castigó a todas..."

Las chicas extienden sus manitas cadavéricas hacia nosotras suplicando por algo.

"La comida está en ese estante."

La única chica que no tiene la boca cocida nos señala con su largo y huesudo dedo el lugar más alto de la habitación donde estamos.

"Rápido chicas, la comida está arriba, tengan cuidado cuando la bajen!"

Un ruido metálico se escucha y las puertas de las jaulas se abren.

"Lo logré!"

Una chica sonríe antes de correr a ayudar a la niñas, quienes no tienen fuerza para nada.

"Les cortaré los hilos para que puedan hablar!"

Tomo el bisturí del cuerpo del puto de Reginald, limpiando su sangre en su ropa antigua.

No entiendo como estas chicas no han muerto de inanición...

Si nosotras estamos delgadas, ellas son puros huesos y piel andantes.

Excepto por la única chica rubia que ahora está de pie mirando a las demas chicas.

"Me llamo Lizzie, soy la última adquisición de su excelencia."

"Mi trabajo es mantener este lugar callado y limpio."

La chica, que adivino que tiene más o menos mi edad tambien, un par de años mas o menos, no sé, no soy buena calculando edades, habla.

"Creo que ahora soy libre."

Una alarma suena y un timbre se escucha incesantemente.

"Reginald, abre la puerta!"

Esa voz...

Es mi Rey!

Corro a la pantalla cuando se ilumina y lo veo.

Con la pequeña en brazos.

Ella es la que toca incesantemente el timbre.

Acaricio la pantalla con mis dedos temblorosos.

"Reeyyy..."

Sin querer dejo escapar mi sollozo hacia afuera y puedo ver la cara de asombro de mi Rey.

"Ve a jugar con tu madre, Regina."

Mi Rey...

"Lizzie?"

"Hola?"

"Princesa?"

"Abran esta maldita puerta!"

"No pueden salir de ahí, esta atrapadas!"

"ABRAN DE UNA PUTA VEZ, CARAJO!"

Ese no es mi Rey...

Que maldita cosa está sucediendo en este lugar?

"Encontraré una manera de escapar, Rey."

"Y cuando lo haga..."

Esta vez sostengo la mirada hacia mi torturador personal.

"Quemaré yo misma hasta las cenizas esta casa!"

"Y torturaré a tu amada esposa e hija de la forma en que me torturaste a mi, puto cobarde de mierda!"

Termino la comunicación acariciando, tal vez por última vez, la imágen de mi Rey.

"Asegurate de que ella este muerta."

Le ordeno a la chica, pues aprendí mi lección a las muy malas.

"Busquen una forma de salir de este maldito lugar!"

"Debe de haber un pasadizo, un camino, una salida oculta!"

"Ustedes que han pasado mas tiempo en las jaulas, saben como salir de aquí?"

Las chicas que tienen los hoyos sangrantes en las comisuras de sus bocas, niegan.

Solo una de ellas asiente.

"No digas nada, Kitty."

La chica señala a una jaula antes de decirme.

"En el piso de mi jaula..."

"Ahí es por donde su excelencia desechaba nuestros pocos...desperdicios."

Camina hasta la jaula y tomo la pequeña puerta de metal del piso.

Tiene razón.

Solo es como una pequeña alcantarilla húmeda y sucia...

Pero de pronto, se ilumina...

Observo de nuevo y la luz vuelve a parpadear...

"Hay luz al final de esta alcantarilla!"

"Busquen todo lo que sea comestible y nos pueda servir!"

"Hay que escapar de este lugar!"

Las chicas se mueven mientras que estas "cortesanas" se sientan en el suelo, fatigadas aunque no hayan hecho nada.

"Gracias por rescatarnos..."

Me dice una niña de ojos azules y piel palida verdosa.

"Ese maldito hombre nos dejó esta vez dos semanas sin comer..."

"Nos hacía beber nuestra orina con un popote..."

Ella rompe en llanto y mis ganas de vengarme se incrementan el doble!

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión.

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