El Amor De Antonio romance Capítulo 221

Él había aguantado durante varios años y nunca había tenido relación sexual con ella, pero no mucho después de romper con él, se acosté con otro hombre.

Eso era una humillación para Gregorio, una humillación hacia su dignidad como hombre.

Su rostro cambió de repente, soltó directamente la mano que sostenía a Lolita, caminó hacia adelante para agarrar el cuello de Alejandra y tiró de su cuello, revelando chupetones de varias intensidades.

-Gregorio, ¿qué estás haciendo?- exclamó Alejandra, rápidamente apartó su mano, dio un paso atrás agarrando su camisa con fuerza con ambas manos y lo miró con horror.

Estaba realmente asustada por su comportamiento repentino.

Lolita también estaba asustada, abrió los ojos en grande y lo miró con incredulidad, -Gregorio, ¿qué estás haciendo?-

Gregorio ignoró sus palabras, miró fijamente a Alejandra con los ojos enrojecidos, su mirada estaba llena de rabia y reacio.

-¿Quién es esa persona?- preguntó con dureza.

Alejandra no sabía a quién estaba preguntando, pero no pudo evitar sentir ganas de reír porque él tenía una pinta de enfurecido, -Gregorio, ¿qué derecho tienes para preguntarme ahora?-

Su tono estaba lleno de burla.

-¿Quién diablos es él?- preguntó Gregorio de nuevo con los ojos más sombríos que antes, luciendo aterrador.

-Gregorio, ¿qué diablos estás haciendo?- Lolita no pudo soportar ser ignorada, así que fue directo a tomar su mano.

Miró a Alejandra con una expresión un poco insegura, le agitó la mano y le dijo coquetamente, -Gregorio, ignoremos a Alejandra. Aún tenemos que comprar una cama, ¿no?-

-Lolita, lo compraremos más tarde, espera a que aclare este asunto.- Gregorio parecía totalmente otra persona delante de Lolita, porque era gentil y sutil.

Al ver eso, Alejandra se burló y decidió no entretenerse más con ellos.

Por lo que se dio la vuelta para marcharse.

Sin embargo, cuando Gregorio se dio cuenta de que ella quería marcharse, dejó de lado eso de consolar a Lolita y la persiguió para detenerla.

Una sensación de impotencia surgió en el interior de Alejandra y le invadió entera.

Esa persona era demasiado pesada, no quería involucrarse demasiado con ellos, ¿por qué no la dejaban en paz?

Respiró hondo, levantó los ojos y miró a Gregorio con dureza, -Gregorio, creo que no tengo la obligación de contestar ninguna de tus preguntas. Si eres sensato, déjame ir, de lo contrario gritaré en alto para pedir ayuda y diré que estás intimidando a una mujer.-

Gregorio resopló y dijo con arrogancia, -Pues grita, veré si la gente de aquí te va ayudar a ti o a mí.-

¿Por qué era tan desvergonzado? Nada más se ponía tan arrogante por el poder de la familia Martí, pero ese lugar no pertenecía a la familia Martí, ¿de verdad creía que podía hacer lo que quería?

A Alejandra se le ocurrió algo de pronto, entonces alzó la voz y gritó, -¡Ayuda! Todos, venid a ver, un hombre grandullón está intimidando a una mujer.-

Gregorio probablemente no esperaba que ella realmente gritara, de modo que se quedó atónito, y cuando reaccionó, estuvo a punto de taparle la boca, pero entonces la gente ya había escuchado el grito y se estaban acercando.

Su rostro cambió de repente, y maldijo a Alejandra ferozmente, -¡Perra!-

Alejandra dijo levemente, -No me atrevo a compararme contigo en términos de perra.-

-Alejandra, eres demasiado. Gregorio solo se está preocupando por ti, ¿tenías que armar tanto jaleo?-

Lolita encima la culpó. Como vio a la gente acercarse, apresuradamente le echó toda la culpa a ella para que fuera la crítica del público.

Pero se olvidó de nuevo que ella ya no era la Alejandra que se dejaba intimidar.

-¿El exnovio ha venido con el amante para preocuparse de mí? Vaya, ¿debería estar tan conmovido como para estar llorando?-

Cuando dijo eso, las personas que se acercaron comprendieron de inmediato qué tipo de situación exagerada era esa.

Era la típica escena exagerada de los dramas con el exnovio, la exnovia y la amante.

Todos los espectadores mostraron una expresión de interés y, efectivamente, a todo el mundo les gustaban los chismes.