Aunque Aquiles dijo que su vida era muy miserable, Clara no lo tomó en serio en absoluto.
Con su buena apariencia, hay innumerables mujeres en todas partes que quieren conocerlo. ¿Tiene miedo de no gustar a nadie?
Clara le miró, -¿Qué? ¿Piensas que mi presencia va a entorpecer tu popularidad?-
Aquiles sonrió y dijo, -Sí, eres muy destacada. Cuando otras mujeres te vean, seguro que sentirán que no pueden compararse contigo.-
-¿Es así? Ya que soy tan sobresaliente. ¿No consideras tener más relaciones conmigo?-
Clara levantó las cejas. La sonrisa era un poco pícara.
Cuando Aquiles escuchó eso su rostro se distorsionó por el shock. Gritó con la cara llena de pánico, -Cuñada, las palabras no son como la comida. No puedes decir lo que quieras como si estuvieras pidiendo comida. No bromees. Harás que me maten.-
-¡Cobarde!-
Dijo Clara con una fingida risa despectiva, y luego rió aún más fuerte -Parece que realmente le tienes miedo a tu hermano mayor.-
Dijo Aquiles deprimido, -No puedo evitarlo. Crecí sin miedo a nadie, pero mi hermano puede hacerme obedecer. Es mi eterno enemigo en mi vida.-
-Ya lo veo.-
Clara contuvo una risa. Pero sus ojos vieron inadvertidamente que un buen número de personas miraban en su dirección. Frunció el ceño y se apresuró a apartar a Aquiles de la esquina.
-¿Viene tu hermano?-
-Ya está aquí.-
-¿Dónde?- Los ojos de Clara se iluminaron. Se apresuró a mirar a su alrededor.
-No hace falta que mires. Mi hermano aún no ha entrado. Me dijo que entrara primero por el canal especial. Por suerte no entré por la entrada principal. Si no, me habrían observado.-
-¿Cuál es la diferencia? ¿No te están observando a ti también ahora?-
Clara se relamió y miró a su alrededor. Vio que varias mujeres ya caminaban tranquilamente en esa dirección. Cada una tenía una mirada de gran interés en Aquiles en sus rostros.
Y a poca distancia de ellas. La atención de Amaya también fue atraída.
Tres mujeres, tres reacciones diferentes.
Amaya tenía algo de sorpresa en los ojos cuando vio a Aquiles. No hubo mucha más expresión.
Cecilia, ni que decir tiene que la cara no es nada buena. Y algo de miedo.
Ella recuerda claramente el dolor de ser golpeada en la cara por ese hombre.
En cuanto a Delia, ella entrecerró los ojos -¡Ese hombre es impresionante! ¿Quién es? ¿Por qué parece que se lleva bien con Clara?-
Cuando Aquiles entró en el escenario, Delia fue la primera persona en verlo.
Aunque sólo fue una mirada involuntaria, se sintió inmediatamente atraída por el estilo del hombre.
Delia es una persona muy exigente.
El criterio con el que elige a un hombre es que sea rico o guapo. Por lo general, aunque hay un montón de hombres que están interesados en ella. Y ella tiene un montón de hombres para tratar. Sin embargo, esos hombres para ella son un cajero automático o una necesidad sexual. Ambas partes buscan lo que necesitan.
Sin embargo, hace un momento, cuando vio a Aquiles, su corazón no pudo resistirse a latir con fuerza.
Nunca había sabido que un hombre casi alcanzaba a una mujer por su aspecto. Todavía puede exudar esa clase de alma libre. Guapo y alto con una elegancia encantadora...
La intuición le dice a Delia. La identidad de este hombre definitivamente no es ordinaria. Obviamente pertenece al tipo de tener tanto dinero como buena apariencia.
Una voz en su corazón decía: Este es él. Quería tomar a este hombre para sí misma.
Sin embargo, cuando esta idea acaba de surgir del corazón de Delia, encontró que el hombre que quería estaba caminando hacia Clara e incluso se rió con ella.
Clara... una perra que Francisco ni siquiera quiere. ¿Cómo puede hablar con él?
Cecilia negó con la cabeza. Sus palabras parecían tener sentido. En realidad, temía que el hombre que estaba al lado de Clara se ocupara de ella.
Amaya y Delia no la forzaron cuando escucharon lo que dijo. Asintieron despreocupadamente y caminaron hacia Clara.
Mientras las dos mujeres se acercaban. Clara, que estaba hablando y riendo con Aquiles, pareció sentirlo no muy lejos. Inclinó la cabeza para mirar.
Cuando vio que las dos venían hacia aquí. Frunció el ceño al instante, -Se avecinan problemas.-
Aquiles también lo vio y rozó su boca, -No te preocupes. Sólo son dos payasos. Me ocuparé de ellas más tarde.-
Amaya y Delia se pusieron rápidamente delante de ellos.
Primero fijaron sus ojos en Aquiles.
De cerca, la belleza de este hombre era tan hermosa que incluso Delia y Amaya no pudieron evitar sentirse asombradas.
Delia tenía una mirada salvaje. Le miraba fijamente sin querer mover los ojos.
Amaya está un poco mejor. Se dio la vuelta y sus ojos se posaron en la cara de Clara -Clara, hola de nuevo.-
-Efectivamente. Me pregunto qué quieres.-
Clara agitó despreocupadamente el zumo que tenía en la mano y preguntó con indiferencia.
-Las viejas compañeras de clase no se ven a menudo. Estamos aquí sólo para saludar.-
Amaya sonrió. Sus ojos se dirigieron de nuevo a Aquiles. -¿Este es...?-
Clara parpadeó y no respondió. Se limitó a mirar a las dos chicas que tenía delante y luego a Aquiles. Entonces, como si hubiera descubierto algo, tuvo una mirada de comprensión.
Estas dos mujeres, ¡realmente querían conocer a Aquiles!
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