El Amor De Antonio romance Capítulo 107

Todos estos años, aunque ha estado directa o indirectamente teniendo conflictos con Cecilia. Ella no había tenido miedo de nada hasta ahora.

Pero cuando se emborrachó y fue encerrada en un baño cerrado. Y que le echaran agua fría. Esa sensación la hizo sentir indefensa. Se sentía psicológicamente vulnerable.

Antonio podía sentirla temblar. Bajó los ojos para mirar. Vio que el rostro de Clara estaba extremadamente pálido. Su cuerpo se encogía en sus brazos, con un aspecto inusualmente débil.

Antonio no dijo nada. Sus brazos se tensaron. Se dio la vuelta y salió con Clara en brazos.

-Antonio, ¿está bien Clara? ¿Necesitamos llamar a una ambulancia?-

Alejandra le siguió preocupada.

-¡Está bien! La llevaré a casa. Tú ve a buscar a Aquiles por mí y dile que averigüe quién ha hecho esto esta noche.-

La expresión de Antonio era aterradora. Sus ojos oscuros irradiaban una sensación de destrucción. Como un demonio. Daba miedo mirarlo.

Alejandra parecía asustada y asintió apresuradamente -Sí.-

...

Antonio sacó a Clara del salón y regresó inmediatamente a su casa.

Clara estaba aturdida y su vista no era muy clara. El agua de su cuerpo llegó a rozar a Antonio.

A Antonio no pareció importarle mucho. Después de llevarla a su habitación quiso acostarla. En lugar de eso, entró en el baño.

-Vamos a asearte primero.-

Dijo Antonio en voz baja cuando puso a Clara en el suelo. Luego se dio la vuelta para ayudar a Clara a poner el agua.

Los pies de Clara apenas tocaron el suelo. El cuerpo estaba a punto de caer a un lado.

Antonio la sostuvo justo a tiempo. Comprobó que respiraba con dificultad y que olía a alcohol. Todo el cuerpo se balanceaba y no podía mantenerse en pie.

-¿Estás bien?-

Antonio le pasó un brazo por la cintura y preguntó con cierta preocupación.

Los ojos de Clara se abrieron ligeramente. Las escenas nebulosas frente a sus ojos se superponían. Pasó mucho tiempo hasta que pudo ver a la persona que tenía delante.

-Antonio, es bueno que estés aquí...-

Ella dejó escapar un gemido bajo. Todo el cuerpo se apoyó en sus brazos. Parecía un poco blanda y débil.

Antonio la abrazó con fuerza. Su voz estaba teñida de arrepentimiento, -Todo es culpa mía. No te he protegido bien.-

Dijo que no dejaría que ella volviera a sufrir ningún daño. Pero una y otra vez, dejó que la hirieran donde él estaba cerca.

Ella escuchó su culpabilidad. Ella negó con la cabeza, -No es tu culpa.-

Antonio le tocó la cabeza y le dijo suavemente, -Cámbiate de ropa primero. Estás un poco borracha y necesitas descansar.-

-Pero estoy mareado. Quiero dormir.- Clara sacudió la cabeza como una niña mimada que pide un caramelo.

-Estás toda mojada. Te vas a resfriar, - Dijo Antonio con paciencia y compasión.

Al oírle decir eso, Clara ladeó la cabeza para mirarle y sonreír de mala manera, -Entonces... Antonio ¿quieres ducharte conmigo?-

Antonio se quedó atónito por un momento.

¿Una ducha juntos?

-Si Antonio no quiere ducharse. Entonces yo tampoco quiero.-

La piel blanca se reflejaba en el agua que la gente no se atrevía a mirar de frente. La temperatura del agua era la adecuada, y su piel estaba teñida de color rosa. Tenía un aspecto delicado y atractivo.

¡La belleza natural es realmente demasiada hermosa incluso sin maquillaje!

Esta hermosa imagen hizo que Antonio cambiara su expresión. Siempre había tenido un asombroso autocontrol. El abdomen tenía vagamente un impulso.

Y cuando Antonio intentaba contener el deseo en el cuerpo. Clara que estaba sentada en la bañera ladeaba la cabeza. Sus ojos estaban empañados y su sonrisa era embriagadora.

-Quiero ducharme con Antonio.-

Ella alcanzó el agua de la bañera. Antonio estaba en cuclillas junto a la bañera. No pudo esquivar y le salpicó todo el cuerpo.

Antonio se quedó congelado por un momento. Mirando a la mujer que tenía delante, bajó la voz -Piénsalo otra vez. No es demasiado tarde para arrepentirte.-

Clara se inclinó hacia adelante, enganchando sus manos alrededor de su cuello y diciendo, -No me arrepiento.-

Antonio respiró profundamente y la miró fijamente. Tardó mucho en decidirse. Le apartó los brazos. Se levantó, se desnudó, se envolvió con una toalla y se metió en la bañera.

No era la primera vez que estaban desnudos. Pero quizás por el ambiente. El baño olía a amor y lujuria.

Clara no estaba demasiada borracha. Apenas era capaz de mantener la cordura.

El hombre que tenía delante tenía un cuerpo tan perfecto como el de las supermodelos del mundo. La luz se derramaba sobre su cuerpo, emitiendo un indescriptible encanto.

Las mejillas de Clara estaban calientes. Con la ayuda del alcohol en su cuerpo, estiró sus manos una vez más. Como una liana enredada en su cuello, acercándose cada vez más...

-Antonio, ¿recuerdas lo que te dije antes? Cuando esté lista, te lo daré. Creo que estoy completamente preparada. Ahora mismo.-

Ella besó en sus labios torpemente. Su voz baja y murmurada, como con magia. Llegó hasta sus oídos.

Antonio se estremeció y la apartó de sus brazos. Abrió la boca y quiso decir algo. Pero antes de que pudiera hablar, Clara lo besó.

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