Aquiles pensaba que se cometió una injusticia, porque él les trajo la comida a Clara y Antonio expresamente, sin imaginarse que oyera que alguien le hablaba mal tan pronto como llegó.
Entró de afuera, vio a Lydia, inmediatamente hizo una mueca de descontento-¿Por qué estás aquí? Eres esa puntillosa.
- ¡Humph! Lascivo.
La chica le echó una mirada odiada.
Al oírlo, se enfadó. Dejó las cosas en las manos, se arremangó las mangas y se le acercó a ella-No dejas de llamarme lascivo. Con tu afirmación, si no cumplo lo que deseas, será mi culpa.
- ¿Qué quieres hacer?
Retrocedió unos pasos con mucha prudencia.
El hombre mostró una sonrisa maliciosa, levantó las manos moviendo frente a Lydia, -Hago algo como un verdadero lascivo. ¿Si quieres que yo te viole afuera directamente o te trate como la última vez?-
- ¡Que te atrevas a hacerlo!-
Mirando las garras frente a ella, le crujió los dientes-Prueba, tócame, a ver si yo voy a cortarte el pene.
Los dos se vieron como el trueno enganchó el fuego del volcán. Frente la escena, Clara no tenía otra alternativa, únicamente se movió la cabeza riendo.
Alejandra no podía contener las ganas de embromarles, -Amigos, ¿si queréis que buscaréis un hotel? y en que podéis seguir la disputa. Aquí es hospital, y se prohíbe hacer ruidos.-
- ¡Vete!-
Los dos le echaron los ojos blancos al mismo tiempo a Alejandra.
A través de la broma, ellos dejaron el choque, sin embargo todavía les daba grima verse.
Y Clara no podía hacer nada para solucionarlo.
Los dos enemigos, dentro del sangre escondían sus propios orgullos. Era innatural que ellos se llevaban bien.
Se agitó la cabeza de nuevo, Clara cambió el tema, -Alejandra, ¿cómo están tus padres?
-La situación es más compleja que lo que pienso. El tío Celio lleva mucho tiempo buscando los testimonios. Pero Lolita y Gregorio lo hicieron resueltamente y no dejaron alguno sospechoso. Pero actualmente no consigue nada útil.-
Ella lanzó un suspiro con cara triste.
Cuanto más tarde se encontraría la prueba, más día sufrirían en la prisión. Nadie podía alegrarse frente a este caso.
-No te preocupes, el asunto saldrá bien.-
Tocó su hombro consolándole suavemente.
Alejandra le asintió con la cabeza, se animó con un esfuerzo, le dijo con sonrisa-No te preocupes por mí, haz bien tus cosas, tú también no estás bien. -Luego se suspendió un rato, -Ah, sí. Clara, ¿has enterado de las últimas noticias del Grupo Pastor?-
- ¿Sobre qué?-
Al escuchar que la noticia del Grupo Pastor, la cara se quedó mala.
-Son las noticias internas de la empresa. El Grupo Pastor ha comprado un gran parte de acciones del Grupo Santa, y por eso se ha convertido en su primer accionista. Este caso ha difundido en ebullición de la empresa. -
- ¿El Grupo Pastor ha comprado un gran parte de acciones del Grupo Santa?-
Era obvio que Clara se sorprendió mucho. Se volvió a mirarse con Antonio, y intercambió los ojos dudosos.
Guiñó los ojos como si lo tomara todo en chunga, -Jeje, yo estoy ociosa. Nidia de hecho es fuerte, si se enfrentan con ella, se teme que no será fácil. Pero no importa lo genial que sea, no puede ser mejor que yo. En otra parte, pienso que Nidia será la última idea de la familia Pastor.-
-El Grupo Pastor acumula mucha relación humano durante estos años, no es sencillo que le derrotemos. Pero también no es muy difícil.-
Siguió el tema Antonio, meditó un segundo, bajó la cabeza mirando a Clara, le preguntó con voz suave, -¿Qué te parece?-
-Ahora no tengo tanta energía para considerarla. Mi padre todavía no se sabe la vida o la muerta, y cuándo se despertará todavía es un desconocido. No pasará nada en un corto plazo, de lo contrario, si lleva mucho tiempo caído en coma. El Grupo González surgirá algún problema tarde o temprano, temo que tenga que encargármelo personalmente.-
Un grupo perdería el mando, no era extraño que saliera mal. Ahora era solo el comienzo, pero Clara tenía que preparar para el futuro. Por eso ella no se interesaba por no solo el Grupo Pastor, sino Nidia, y también no le quedaba tiempo para hacerles caso.
-Pero si alguien quiere ofenderme, no le trataré con bondad.-
- ¡Pues hagamos como así!-
Lydia tomó la decisión con ilusión, y el aspecto provocó la risa de todos.
En realidad, esta chica era divertida, ¿no?
Antonio se agitó la cabeza, añadió, -Aquiles, presta atención a esta caso. Recuerda: podéis jugar caprichosamente, pero no dejéis que tu cuñada sufra cualquier daño. Y además, está en condiciones de informarme la situación concreta.-
-Sí, Hermano, no te preocupes, entrégamelo.
Aquiles le garantizó con las palmaditas en el pecho riendo.
Finalmente, Clara y Alejandra estaba calladas.
¿Por qué no solo Aquiles y Lydia les gustó jugar, sino Antonio?
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