Después de sentarse, Clara González miró toda la habitación privada, que era el mismo estilo de decoración del pasillo de la planta baja, que era muy clásico y tranquilo.
En este momento, las fotos colgadas en la pared llamaron su atención.
Se levantó y miró más de cerca, era una foto de grupo.
En la foto ... Clara contó, había siete personas en total, todas parecían adolescentes y muy jóvenes.
Ella lo miró con cuidado, luego volvió la cabeza, su mirada se posó en Antonio Díaz y preguntó, -¿Es esta una foto tuya?-
-Sí- Antonio asintió levemente.
Levantó las cejas y luego preguntó, -¿La hermosa chica del medio es la dueña de este restaurante?-
Antonio no pudo evitar sonreír, -¿Cómo lo sabes?-
-Porque ella es mayor que tú a primera vista-.
-Cuñada, ¿cuál reconoces que es el hermano? - preguntó Guillen con curiosidad.
-¡Por supuesto!- Clara señaló al niño en el extremo izquierdo de la foto, -Todos en la foto están sonriendo, excepto él. Si no es él, ¿quién más puede ser? -
-Realmente no sé por qué muestra una cara cuando toma una foto-. Clara parecía disgustada, y ella no pudo evitar preguntarse si tomarían fotos de la boda en el futuro, el hombre sería tan frío.
En la foto de la boda, ella podría ser la única que sonreía, como si lo obligara.
-Cuñada, no entiendes esto. Esto se llama personalidad. Si sonríes como todos los demás, ¿puedes reconocerlo de un vistazo?-
-¿Por qué no puede, se ve mejor que los demás, cómo no puede reconocerlo?-
Guillen movió los labios. Si estas palabras fueran escuchadas por los demás, estarían enfadados.
Sus palabras complacieron a Antonio, sus ojos brillaron con una leve sonrisa.
-Los otros deberían ser Alquiles y los demás, y se ven tan inmaduros-. Clara miró la foto por un rato antes de regresar a su asiento y sentarse.
-Antonio, ¿tienes una buena relación con el dueño de este restaurante? - preguntó Clara casualmente.
Antes de que Antonio hablara, Guillen dijo primero, -Cuñada, ¿tienes miedo de que ella y el hermano mayor tengan algo?-
Sonrió estúpidamente.
Clara puso los ojos en blanco, -Nadie te tratará como tonto si no hablas-.
Guillen sonrió torpemente. Después de todo, el hermano mayor no podía reír con demasiada presunción.
-Rosana es nuestra hermana mayor, unos años mayor, así que cuida bien de nuestros hermanos menores-.
Cuando se mencionó a Rosana, las cejas y los ojos de Antonio se tiñeron con una leve sonrisa, y se veía muy gentil.
-Lo sé-. Clara volvió la cabeza y volvió a mirar la foto. Ya había visto a todos menos a Rosana. No podía evitar sentir mucha curiosidad por esa hermosa hermana.
Quizás debido al destino, Rosana presionó cuando estaban a la mitad de la comida.
Clara conoció a la propia Rosana como deseaba.
Rosana Duarte, como su nombre indica, era justa y hermosa, con un temperamento fresco.
-Antonio-. Rosana miró a Antonio, a quien no había visto en mucho tiempo, con alegría manifiesta en su rostro.
Antonio dejó sus palillos, recogió las toallitas húmedas sobre la mesa y se limpió las comisuras de la boca, solo entonces lentamente repitió, -Rosana, mucho tiempo sin vernos-.
La voz era tranquila sin un rastro de altibajos, pero la sonrisa en sus ojos reveló su estado de ánimo cuando vio a Rosana.
Rosana se acercó para sentarse, miró a la mujer a su lado, recordó lo que le había dicho el gerente, sonrió y dijo, -Antonio, ¿por qué no le presentas?-
-Querida Rosana, ¿no me viste?- Cuando Guillen vio a Rosana que no pareció verlo siguiendo mirando a su hermano mayor y a su cuñada, se sintió un poco insatisfecho.
Rosana volvió la cabeza y lo miró, doblando los labios, -Guillen, buenas noches-.
Esa frase es completamente superficial.
En su impresión, Antonio era frío y no tenía ningún interés en los sentimientos. Ella pensó que estaría soltero de por vida, pero no esperaba que él fuera el primero en casarse en su grupo.
¡Era increíble!
-Es la primera vez que mi hermana pequeña viene hoy. Me trata todo-. Rosana evitó arrogantemente sus órdenes.
-Yo tampoco pensaba pagar-.
Antonio dijo una broma en su raro buen humor.
La atmósfera era muy armoniosa y relajada, y Rosana también anuló la primera impresión que Clara tenía de ella. Era completamente diferente de las habituales hijas ricas y arrogantes, especialmente tranquilas.
Después de charlar, el gerente envió algunas botellas de vino, diciendo que se tomaría un buen trago con ellos y que no volvería si no se emborracharía.
Como resultado, Clara solo quería comer comida privada al principio, y se convirtió en una reunión de amigos para recordar el pasado.
Al final, Rosana se emborrachó y se desplomó sobre la mesa, murmurando, -Antonio, viendo que estás feliz, me siento aliviada, aliviada...-.
Cuando Clara levantó las cejas cuando escuchó esto, ¿cómo se sintió como si hubiera una historia?
Giró la cabeza para mirar a Antonio que estaba hablando con el gerente. Era perfecto para poner celosa a la gente incluso si solo estaba perfilada.
Un hombre tan excelente y perfecto, ¿no habían sido tentadas alguna vez las chicas a su alrededor?
Por ejemplo ... Rosana.
Novios de la infancia, antecedentes familiares similares, igualmente guapos, protagonistas en las novelas románticas.
Sin embargo, Clara frunció los labios y Rosana trató a Antonio como a una hermana mayor, sin dejar rastro de otros sentimientos.
¿Era esto porque ella estaba allí o era así?
Antes de que Clara tuviera tiempo de resolverlo, escuchó la profunda voz de Antonio sonar en sus oídos.
-Clara, vámonos a casa-.
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