El Amor De Antonio romance Capítulo 196

Ya es otoño. Aunque todavía hacía mucho calor, le daba un poco de fría a la gente la brisa.

Clara se sentaba en la cabecera de la cama y estaba leyendo cuidadosamente el libro en su mano .

Este libro lo trajo Alejandra especialmente para que lo leyera. Dijo que era un libro muy popular en internet en este momento. También era muy interesante.

Resultó que era una novela romántica de que un Director Ejecutivo se enamoraba de la “cenicienta”.

Le caía el libro. Aunque la trama era cliché, no era aburrido por la narración genial del autor.

Lo leía con fascinación.

El sol brillaba a través del cristal transparente y se derramaba una claridad sobre el suelo. El viento travieso penetraba por el hueco la ventana y agitaba suavemente las cortinas.

La bella en la cama leía el libro. Sus labios estaban cubiertos por una ligera sonrisa. La expresión era suave y tranquila.

¡Qué escena serena y feliz!

Se le ocurrió esta frase a Antonio en la mente cuando entró y lo vio.

Se le acercó lentamente con una leve sonrisa.

-Jeje.-

Ella rió suavemente. Las elegantes cejas parecían cada vez más atractivas por la sonrisa.

Su mirada era como un destello. Se acercó a su lado en silencio.

Parecía que se le acercaba, movió la cabeza y le aparecieron botones finos a sus ojos lindos. Y miró hacia arriba y vio la barbilla firme, los labios suaves, la nariz alta y finalmente los ojos brillantes y tiernos.

Una sonrisa floreció en su rostro. Dijo alegremente, -Antonio, ¡ya estás!-

Asintió con la cabeza, -Tengo miedo de que está aburrida y quiero venir para entretenerle. Pero ...-

Sus ojos recorrieron el libro que ella tenía en la mano y, de repente, su tono se volvió travieso y dijo, -No parece que te aburras.-

Clara bajó la mirada hacia el libro. Luego sonrió y explicó, -Alejandra temía que me aburriera. Así que me lo prestó para que lo leyera.-

-Es bastante bueno.- Cerró el libro y lo dejó a un lado en la mesita de noche.

Antonio se fijó en el título de la portada. Levantó ligeramente las cejas.

La bella mujercita del Director Ejectivo le ignoraba.

De verdad no sabía como opinar sobre un título así.

-Antonio, llegas en ese momento. ¿Qué pasa con el trabajo?-

Clara miró su reloj. Eran poco más de las tres de la tarde. ¿No debería estar en la oficina a esta hora?

-Los inversores vinieron a la ciudad Paz, y almorcé con ellos.-

-No has comido hasta ahora, ¿verdad?- preguntó Clara tímidamente.

Antonio no respondió directamente. Pero lo admitió con una sonrisa.

-¿Por qué has tardado tanto? - Murmuró en voz baja. Luego preguntó, -¿Has estado bebiendo?-

-Un poco.- contestó con sinceridad.

Ella frunció los labios. Luego se movió un poco para vaciar un espacio en la cama. Extendió la mano y le acarició, -Entonces sube y descansa un poquito.-

La miró con cariño. Sonrió significativamente y preguntó, -Señora, ¿me está invitando?-

Clara se quedó helada. Entonces se dio cuenta de lo que quería decir. Su cara se puso roja como un tomate. Le cedió amablemente su lugar para que descansara, pero él...

¡¡Pensó en otra cosa!!

De repente se enfadó de dentro. Dijo con un soplo de ira, -¿Invitarte y me vas a aprovechar? No olvides ...-

No tuvo tiempo de terminar sus palabras cuando se produjo una repentina oscuridad a su frente. Sus labios fueron besados por los cálidos y suaves labios de él.

Bien. Toda la insatisfacción desapareció al instante.

¿Cómo podría culpar a su corazón que le amaba tanto?

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