-Descarado, cabrón...-
Lydia apretó los dientes y cortó el bistec del plato con fuerza, el roce del cuchillo con el plato emitió un sonido áspero.
Alejandra, que estaba sentada frente a ella, frunció el ceño e insoportablemente estiró la mano para detener su movimiento, -Lydia, ¿puedes considerar un poco mis sentimientos?-
Realmente iba a volverse loca con la torturada de ese ruido.
Lydia sonrió disculpándose, -Lo siento, se me olvidó.-
Después de hablar, dejó el cuchillo y el tenedor, tomó un sorbo del zumo para calmar su estado de ánimo y luego continuó, -Alejandra, ¿por qué los hombres son tan sinvergüenzas?-
-Aunque sea un sinvergüenzas te gusta igualmente.- murmuró Alejandra, bajando la cabeza.
Lydia no escuchó con claridad, -Alejandra, ¿qué estás diciendo en voz tan baja?-
Alejandra levantó la cabeza, con una sonrisa en su rostro, -Son hombres, siempre tienen sus momentos sinvergüenzas, así que no te lo tomes muy en serio.-
Lydia se burló, - ¡ voy a tenérselo en cuenta hasta el último momento!-
Si se atrevía a tocar su pecho, le hará enterar de que su pecho no era tan fácil de tocar.
Alejandra se apoyó la frente, suspirando en su corazón, “De verdad que se consideran mutuamente como enemigos”.
Esa era una discordia entre Lydia y Aquiles, y no era algo que las personas que no tenían nada que ver como ella podía entrometerse.
Por eso…
-Después del trabajo, vamos a ver a Clara. Hoy la dieron de alta del hospital.- Alejandra cambió de tema.
Cuando dijo eso, Lydia recordó ese asunto tan importante.
-Maldita sea, estaba tan frustrada por Aquiles que incluso se me olvidó.- Pensando en Aquiles, Lydia estaba más que furiosa.
Alejandra se sentía impotente ante eso, -Estás demasiado afectada por Aquiles.-
-¿Sí?- Lydia frunció el ceño, luego hizo un gesto con la mano, -Dejemos de hablar de ese tipo odioso. Discutamos a ver qué regalo le vamos a comprar a Clara.-
Alejandra pensó un momento y luego preguntó, -¿Qué quieres regalar?-
Lydia volvió la cabeza para pensar por un momento, luego mostró una sonrisa significativa, -Por supuesto que le tenemos que regalar algo que pueda mejorar su relación de marido y mujer.-
Alejandra se quedó atónita por un momento, luego se dio cuenta de lo que estaba diciendo, y negó con la cabeza, -Lydia, si se lo regalas, ¿no te da miedo que Clara se enfade?-
-¿Por qué se iba a enfadar? Lo estoy haciendo por su bien, ¿entiendes?- Lydia cogió un trozo del bistec con el tenedor y entrecerró los ojos, luego sonrió perversamente, -Cuando su relación de pareja sea más unida, seguro que me lo agradecerán.-
Alejandra no pudo evitar poner los ojos en blanco, pensaba que Lydia estaba demasiado confiada.
...
-Querido primo, ¿estás ansioso porque llevas tiempo sin tocar a una mujer?- Guillen miró al hombre sentado frente a él con mucho interés.
Aunque su primo a veces no aparentaba muy serio, en realidad era bastante conservador y serio por dentro.
Pero no esperaba que algún día fuera realmente tan grosero, y tuviera tanta lujuria que le tocó el pecho a Lydia.
Realmente le había impresionado mucho.
Aquiles parecía frustrado, levantó la mano para tocarse la mejilla dolorida y preguntó muy desconcertado, -¿Por qué crees que esa mujer ha sido tan cruel?-
Guillen le puso los ojos en blanco, -¿No es muy evidente? Le tocaste dos veces el pecho, ¿cómo no iba a ser cruel contigo? Ya tienes que alegrarte de que no te haya dejado en pedazos.-
Aquiles se tocó la mejilla y dijo impotente, -Lo hice para demostrar mi teoría de la diferencia entre que lo haya hecho a voluntad o no. De lo contrario, ¿cómo la iba a tocar por segunda vez?-
Guillen no sabía qué decir ante eso, -Realmente me has dejado sin palabras, primo mío.-
Se levantó para acercarse y le dio una palmada fuerte a Aquiles en el hombro, -Ya la has tocado y también te ha pegado por eso, así que ya habéis arreglado las cuentas, no lo pienses más. Vamos a visitar a Clara después del trabajo.-
-¡No!- Aquiles negó con la cabeza, -Lydia definitivamente estará allí también, y seguro que discutiremos de nuevo cuando nos encontremos. No quiero causar molestias a Clara.-
Guillen se echó a reír, -No sé qué responderte.-
Aquiles no pudo evitar reír, -Es porque nunca has sido considerado desde pequeño.-
Guillen se encogió de hombros, luciendo impotente, -Me habéis estado intimidando desde pequeño, ¿cómo podría ser considerado con vosotros?-
Pensando en esos recuerdos felices del pasado, los dos soltaron unas risas.
-Ya es imposible volver al pasado.- Guillen suspiró con emoción.
Ya era imposible volver a esos días con libertad y sencillez.
Había un rastro de nostalgia en los ojos de Aquiles, -Sí, ya es imposible volver.-
La atmósfera se silenció. Estaban sentados en los extremos opuestos del sofá, pero los dos estaban pensando en los buenos momentos del pasado.
...
Clara fue dada de alta del hospital.
Antonio hizo hueco en su agenda para recogerla en el hospital.
-¿Está todo empacado?- preguntó Antonio cuando vio a José cargando una bolsa de equipaje.
-Sí, la señora lo ha recogido todo por su cuenta.- respondió José respetuosamente.
Al escuchar eso, Antonio frunció el ceño y miró a Clara que se acercaba -¿No habíamos quedado en que José iba a hacerlo por ti? ¿Por qué lo hiciste tú misma?-
Clara miró a José y sonrió levemente, -Después de todo, José es un hombre. Por lo que hay inconveniencias, es mejor que lo haga yo misma.-
Cuando ella dijo eso, Antonio se dio cuenta de ese problema, y un rastro de vergüenza brilló en su hermoso rostro, -No lo pensé bien.-
Clara sonrió, se acercó a tomarlo del brazo, inclinó la cabeza para mirarlo y dijo divertidamente, -Venga, regresemos a nuestra casita.-
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